El papel de los teólogos en la corte española
En primer lugar, con una importancia más que notable de la religión en la configuración del sistema político de la Monarquía Hispánica, manifestada por ejemplo en la idea de Defensor de la Fe contra los protestantes, hay que destacar el papel del estamento eclesiástico en él. Pues, dichas apologías y propagandas, las que justificaban una intervención—con un marcado carácter de intervención más de la élite local que del Rey—, eran fabricadas bajo una teología. Quizás la mejor forma de acercarse al marco de la exposición sean sus propios protagonistas, o algunos de los más destacados, en el debate filosófico sobre el Príncipe y su lectura cristiana como Pedro de Ribadeneira; un predicador, que tildado anacrónicamente de “intelectual”, supone una de las bases humanistas y filósofas desde el momento, como fray Juan Márquez; o incluso, Bartolomé Carranza, que más conocido por su proceso inquisitorial, por su participación en el Concilio de Trento, como refuerzo a la autoridad monárquica y la de la educación como defensora de esta. Por tanto, al tratarse de tres visiones diferentes sobre el clero, además de explicar las diversas formas por las que se contribuyó a un mayor poder real, también contrarrestan la visión de homogeneidad del clero hispánico así como de la variedad y protagonismo de diferentes órdenes. No obstante, también con estas tres obras, se abarca una mejor aproximación a la concepción del clero en diferentes momentos, desde las obras de los propios autores, hasta la biografía de los teólogos, pasado por la repercusión de su obra en el tiempo contemporáneo. Pero además, con el acercamiento al poder e influencia de los teólogos, permite contemplar como estos son los que ajustan un discurso con un nexo religioso, aun a pesar de las diferencias concepto-teológicas entre órdenes y ellos mismos.
BRUNO OCHOA MARTIARTU
Fray Juan Márquez (1564-1621): Un maestro de la Reforma católica, de Manuela Águeda García Garrido, Huelva, Universidad de Huelva, 2021.
BUCM: GH-B 8112
Autor: Manuela Águeda García Garrido (1978), profesora en la Universidad de Caen-Normandie, es una conocedora de la historia cultural y religiosa, de la Edad Moderna española predicación y sociedad en la Edad Moderna.
¿Qué papel juegan los teólogos? ¿Cómo es la vida y pensamiento de un teólogo? Este texto, escrito por Manuela Águeda García, con un tratamiento más humanizado, desde el acceso a ego- documentos, de la vocación oratoria como definitoria de su personalidad, de la biografía de Fray Juan Márquez, con la que no sólo se analiza al teólogo, sino que además se puede percibir cómo era el conjunto del clero regular en la Castilla de la Edad Moderna, desde un marcado análisis prosopográfico. No obstante, la obra publicada bajo la colección de Diccionario Biográfico del Renacimiento español atiende además a la recuperación de la figura de fray Juan Márquez, denostado y, en cierta forma, olvidado desde la historiografía francesa de Helyot; como uno de los miembros más destacados de la Escuela de Salamanca, de una marcado carácter polifacético que abarcan desde el humanismo más cultural como a las aportaciones teológicas. Pero además, también nos presenta cómo el acceso a una formación agustina, es en su caso, algo inusual e infrecuente que, hasta cierto punto, servirá de modelo para futuros estudios biográficos.
Tratado de la religión y Virtudes que deue tener el Principe Christiano, para gouernar y conseruar sus Estados. Contra lo que Nicholas Machiavelo y los Politicos deste tiempo enseñan de Pedro de Ribadeneira, Madrid, en la emprenta de P. Madrigal, a costa de Juan Montoya, mercader de libros, 1595.
BUCM: BH FLL 1905
Autor: Pedro de Ribadeneira, (1527-1611). Se trata de un tratadista jesuita, que lejos de un papel muy destacado en las relaciones cortesanas, destaca por su aportación teórica política y teológica per se.
¿Cómo afecta un tratado religioso a la política y monarquía? En la medida que una sociedad confesional, es quizás muy determinante cómo se produce una lectura más cristianizada de El Príncipe de Maquiavelo, es decir el papel de la moral y religión cristiana en contraposición de «la razón de Estado» de Maquiavelo. Pero más allá de la refutación, sirve como uno de los escritos desde los que propagar las doctrinas tridentinas por España, en el apoyo a una figura e imagen de Felipe II como encarnación de esta figura cristiana con la que combatir la herejía. Empero, la obra permite además conocer la figura y pensamiento de uno de los propagandistas pro persona de la Monarquía Hispánica, que alejado del entorno cortesano, ejemplifica la construcción de una imagen. Así como, por la imbricación de la teología y la política, en el favorecimiento de una política confesional al servicio del Rey y la Fe; y sobre todo, desde su naturaleza jesuita, pues además evidencia el peso de estos en la política teológica y diplomática.
El arzobispo Carranza y su tiempo (2 vols.), de José Ignacio Tellechea Idígoras, Madrid, Guadarrama, 1968
BUCM: GH-B 8110
Autor: José Ignacio Tellechea Idígoras (San Sebastián, 1928- ib., 2008), historiador jesuita gran conocedor de la Historia de la Iglesia española, así como por sus trabajos, la referencia más o menos clásica para tratar a la persona, Bartolomé Carranza.
Ante la pregunta de cómo estudiar y comprender a un arzobispo de Toledo que fue procesado por la inquisición, y el principal mito que se articula y cierne sobre él, es necesario comprender qué y quién fue en los momentos previos a su proceso. Con ello, el autor clásico ya, permite vislumbrar e imaginar la importancia de Bartolomé Carranza en la negociación política—en su dimensión de religión o religiosa— en uno de los ecuménicos concilios de la Iglesia, en clara reacción a la difusión de ideas heterodoxas, pues no en vano, es una de las principales figuras de las primeras etapas del Concilio; pero también, en la vuelta breve al catolicismo en Inglaterra con el reinado de María I. Así, de la misma forma, la monografía justamente por ese enfoque de poder y de gran consideración en el entramado de la Corona español, reside la que en el momento de su publicación fue la novedad historiográfica en su estudio y análisis, y que sentó precedente en los estudios del clero hispánico en la temprana Edad Moderna.