Descripción del Grado en Periodismo
Historia y características de la titulación en Periodismo
La Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid es la institución pionera en España de los estudios universitarios de Periodismo, incorporados a la Universidad en el año 1971. Desde esta fecha, la citada Facultad es la referencia obligada e imprescindible para las más de cuarenta facultades españolas de comunicación así como para un elevado número de Universidades Iberoamericanas.
En estos 50 años ha habido diferentes planes de estudio, todos ellos intentando mejorar y actualizar la enseñanza del Periodismo. Han sido miles los egresados en Ciencias de la Información, rama Periodismo, de esta Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.
La demanda de estos estudios es muy alta y ha ido creciendo cada año hasta mantenerse estable pero no decreciente. Por tanto, es lógica la expectativa de una demanda abundante de los estudios de Graduado/a en Periodismo por futuros estudiantes. Su interés para la sociedad, indiscutible, se ha explicado en el punto anterior. En la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM ya se ha implantado desde 2007-2008 el Máster oficial en Periodismo, aprobado en 2007 (BOCM de 30 de marzo de 2007 y BOE de 14 de junio de 2007) con las titulaciones de Máster en Periodismo y Doctor. El Graduado/a en Periodismo culmina la adecuación de la titulación según los compromisos de Bolonia para la convergencia europea.
Interés académico, científico y profesional
Desde sus inicios como profesión en el siglo XIX, el periodismo ha tenido una relevancia creciente. Esta relevancia es política, social, económica, cultural, tecnológica y educativa (por la divulgación de conocimiento) en nociones tanto locales como globales o universales. Por esta razón los estudios universitarios de Periodismo son una necesidad social dada la influencia y responsabilidad de sus profesionales.
El periodismo interpreta la realidad y da sentido a la misma. La formación del periodista es, pues, una de las exigencias más acuciantes de nuestras sociedades democráticas. La sociedad actual se caracteriza por la irrupción de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). Es la llamada sociedad del conocimiento porque:
- Se distribuye por medio de numerosos canales y de forma inmediata a todo el mundo.
- Escapa a la acción de los gobiernos.
- Crea la necesidad de una formación y aprendizaje continuos.
- Potencia la inteligencia humana gracias a ese contenido de información que la tecnología ha permitido proporcionar masivamente.
Todas estas realidades están cambiando rápidamente las sociedades del planeta.
Las características de esta sociedad de la información y del conocimiento podemos resumirlas en las siguientes:
- Globalización económica y cultural a la vez que se afianza el arraigo de las identidades territoriales y de grupos
- Valor creciente de la información
- Continuo avance científico y tecnológico
- Necesidad de formación continua y renovación de la adquisición de conocimientos
- Información sobreabundante
- Existencia del ciberespacio
- Redes de distribución de información de ámbito mundial
- Omnipresencia de los medios de comunicación de masas e Internet
- Reorganización del sistema socioeconómico
- Cambios sociales: diversidad cultural y lingüística y desigualdad en el acceso y disfrute del conocimiento entre naciones, comunidades e individuos
- Movilidad de las personas y del dinero. Deslocalización empresarial
- Capacidad de rápida movilización de masas por SMS (FlashMobs)
Es evidente que en esta nueva sociedad que se está gestando la irrupción de las TIC está revolucionando el propio concepto de conocimiento y su forma de transmitirlo. Estos cambios son culturales, sociales y filosóficos. El Periodismo es una comunicación básica e imprescindible para que los ciudadanos de un mundo ya globalizado, aunque desde luego también defensor de cada territorio, asuma un sentido de la realidad. Precisamente, las TIC ponen en evidencia continuamente los propios conceptos de periodismo y de realidad. Puede decirse que estamos ante un cambio de paradigmas en lo que respecta a la teoría, a la praxis y a la actividad docente. Las TIC nos han empujado a una revisión profunda de todo ello; han cambiado el mundo y la propia epistemología del conocimiento y de su transmisión.
El teórico de la comunicación Manuel Castells sostuvo ya en 1997 (La era de la información. Economía. Sociedad y Cultura. Madrid, Alianza Editorial) que el nuevo paradigma tecnológico, organizado en torno a las nuevas tecnologías de la información más potentes y flexibles, permite que la misma información se convierta en el producto del proceso de producción. Esto significa que existe ahora una disponibilidad universal para procesar información.
Ante esta realidad, Bill Kovach y Tom Rosenstiel afirmaron en 2003 que “las nuevas tecnologías permiten a cualquiera que tenga un modem y un ordenador declarar que hace periodismo”. Y advierten ante la confusión: “La tecnología ha dado lugar a una nueva organización económica del periodismo que fuerza, redefine y a veces abandona las normas de la profesión. Un examen de la cuestión demuestra que no son la tecnología, ni los periodistas, ni las técnicas empleadas los elementos que definen el periodismo. Lo que define los principios y el propósito del periodismo es algo más básico: “la función que desempeña la información en la vida de todo ciudadano. Porque a pesar de lo que ha cambiado el rostro del periodismo, su objetivo ha permanecido inalterable desde que hace ya más de 300 años surgiera una noción de lo que es la prensa. Y pese a que la rapidez, las técnicas y el carácter de los medios de información han cambiado, existen ya una teoría y una filosofía de la información muy definidas que surgen de la función que desempeñan las noticias” (Kovach, B. y Rosenstiel, T.: Los elementos del Periodismo, Madrid, Aguilar, p. 24)
Como defienden Kovach y Rosenstiel, el periodismo no es tecnología ni tampoco un conjunto de técnicas que se aplican mecánicamente, con rutina, sino una praxis y una filosofía social.
En nuestras sociedades democráticas occidentales conviven diferentes actividades comunicativas que viajan en los mismos medios. Pero esto no significa en modo alguno que el medio sea el mensaje. Ese eslogan sólo sirve para la confusión y para negar al periodismo su exigible responsabilidad social que empieza por la independencia respecto de las demás actividades comunicativas: publicidad, propaganda, espectáculo, infoentretenimiento. Es decir, que la convivencia inevitable no sea aceptada como connivencia obligada.
El periodismo selecciona la información extraída de la realidad con criterios claros de interés general y público, verifica datos (“es una disciplina de verificación”, según Kovach, B. y Rosenstiel, T, op. cit.) y relata hechos y asuntos sociales importantes, los explica y orienta el debate público con argumentos.
En resumen, lo que define los principios y el propósito del periodismo es la función que desempeña la información en la vida de todo ciudadano, y, por tanto, ese ciudadano está representado en dos conceptos que delimitan la actividad periodística: el interés general y el interés público, son diferentes pero complementarios. El primero proporciona un sentido de la realidad respecto al mundo que habitamos. El segundo, respecto a la actividad y parcelas inmensas del ser humano, de utilidad y de cultura. El equilibrio entre ambos conceptos selectivos constituye lo esencial del periodismo. El desequilibrio, o la falta de estos criterios selectivos de la información, sirve a una actividad seudoinformativa que no debe ser considerada como periodismo profesional.
La idea de periodismo como acción social es imprescindible para el sostén del sistema democrático. Se acerca a la filosofía política porque promueve la construcción de la democracia deliberativa (J. Habermas). Por mucho que se hable de “rutinas profesionales”, el trabajo del periodista no puede supeditarse a ninguna usanza mecánica. El periodista no es un “codificador semántico” de lo que otros deciden que debe decir ni un gestor industrial de contenidos. Es un intelectual público que debe decidir qué cuenta, cómo lo hace, para qué, cuál es su aportación de auténtico servicio público, y, un profesional con esta gran responsabilidad necesita una formación multidisciplinar, universitaria, exigente y de calidad.
El interés científico por el Periodismo es una realidad comprobable desde hace más de medio siglo en todas las sociedades democráticas de América y de Europa. Esto se traduce en las ofertas universitarias de enseñanza del periodismo y en las publicaciones científicas.
En España existen 22 revistas científicas de comunicación en las que el periodismo es protagonista de la mayoría de los estudios e investigaciones. En la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid se edita Estudios sobre el mensaje periodístico, una de las 4 revistas fuente catalogadas por IN-RECS en el área de Ciencias Sociales/Comunicación (Índice de impacto de las Revistas Españolas de Ciencias Sociales). Revista fuente se define como publicación científica española de Ciencias Sociales/Comunicación más influyente, y que, al mismo tiempo, respeta los estándares de calidad editorial. Estudios sobre el mensaje periodístico tiene desde 2002 el mayor índice de impacto acumulado. Las otras 3 revistas fuente catalogadas por INRECS son Anàlisi (Universidad de Barcelona), Zer (Universidad del País Vasco) y Communication & Society (Universidad de Navarra). Desde julio de 2022, la revista, además está en el primer cuartil (Q1) de Scopus para Estudios culturales y segundo cuartil (Q2) para Comunicación (https://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/indexing).
En resumen, los profundos cambios sociales y la revolución tecnológica están provocando actualmente una revisión de la responsabilidad del periodismo y de su forma de ejercerlo. Es una buena coincidencia que se pueda tener la oportunidad de renovar la enseñanza del periodismo de forma racional, en coherencia con las nuevas sociedades que se están configurando.