Tierra, Agua y Viento.
En esta serie de fotografías titulada , María José López Cerro ha querido hablar del paisaje desde el propio paisaje; recrear su piel a través del dibujo atmosférico, desde la interacción de los elementos que labraron su forma: la tierra, el agua y el viento. La idea principal empleada por la artista a la hora de abordar el dibujo atmosférico era utilizar el viento como generador de formas ligado a un lugar, concretamente para mover el pigmento (hecho con la roca del propio terreno, Blanco de España) sobre el agua. Realizado por medio de un proceso que duró varias semanas del mes de noviembre, dejando que el viento dibuje el trayecto del agua. Como resultado se han obtenido varias superficies que definen las cualidades matéricas del lugar.