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La vía docente

La vía docente hacia la carrera universitaria

Existen diferentes vías de acceso a la docencia y la investigación en el ámbito universitario. Cada una de ellas se adecúa a perfiles que varían con arreglo a la particular articulación de trayectoria, circunstancias e intereses. La que aquí denominaremos «vía docente» encaja con una importante cantidad de perfiles y, en muy resumidas cuentas, consiste en ingresar en la vida académica como profesor asociado. Echemos un vistazo a esta noción antes de aproximarnos a los rasgos más destacados de esta vía docente.

 

Profesor asociado

Según la ley de Universidades (6/2001, de 21-XII) un profesor asociado es un “profesor que, desarrollando regularmente su actividad fuera de la Universidad y siendo especialista de reconocida competencia, es contratado de forma temporal y con dedicación parcial para que aporte sus conocimientos y experiencia profesional a la Universidad”. En la práctica, esta definición se plasma en un requisito esencial para acceder a la vida académica por esta vía: el de contar con al menos tres años de experiencia profesional relacionada con el perfil de la plaza –y adquirida fuera del ámbito universitario.

La figura del profesor asociado ha sido objeto de diversas controversias conforme aumentaba la ratio de docentes contratados en estas condiciones y surgían dudas acerca de la situación legal y las condiciones laborales de buena parte de los profesores asociados. No obstante, nuestro interés aquí no es sino el de destacar el modo en que con esta figura se abre una vía hacia el mundo académico adecuada a determinados perfiles. En vista del señalado requisito esencial, resulta sencillo colegir el rasgo compartido por esos diversos perfiles: haber accedido al mundo laboral extrauniversitario. En el caso de la filosofía, la interpretación más habitual de “experiencia profesional relacionada con el perfil de la plaza” hace equivaler esta noción con la de “experiencia docente en la educación secundaria”. Esta identificación no es algo automático y dependerá del carácter de la plaza. No obstante, anotemos de cara a acotar el tipo de perfiles al que se adecúa esta vía de la docencia, en nuestra especialidad lo más frecuente es que opten por ella docentes que, habiéndose mantenido en contacto con el mundo de la investigación académica, comenzaron a ejercer la docencia en la educación secundaria.

 

Etapas de la vía de la docencia

Hemos apuntado ya al principal requisito para el acceso a la carrera universitaria por la vía docente. Nuestra universidad publica periódicamente en su web convocatorias para cubrir plazas de profesor asociado. En ellas consta de forma clara y sucinta la información relevante, pero convendrá glosar aquí el extremo de mayor importancia: el de los criterios en que se basará la decisión del tribunal.

Indicábamos al final del apartado anterior que la vía de la docencia se adecúa particularmente bien al perfil del docente que, habiéndose mantenido en contacto con el mundo de la investigación académica, habría comenzado a ejercer la docencia en la educación secundaria. Ahora, al prestar atención a los referidos criterios, comprenderemos por qué: ya señalamos cuál es la interpretación habitual en nuestra especialidad del requisito de la “experiencia profesional relacionada con el perfil de la plaza”, pero es que además el 60% de la puntuación que obtendrá cada candidato dependerá de su “experiencia profesional”, mientras el 40% restante será función de sus méritos académicos e investigadores –publicaciones, premios, participación en actividades académicas, titulaciones: cabe en este punto destacar que si bien el título de doctorado suma puntos en este apartado, el mismo no es un requisito imprescindible en los primeros pasos de la vía docente.

Hasta aquí no habríamos hecho otra cosa que ingresar en la vía docente. El ingreso podría concebirse como el primer paso en esta vía. El segundo sería el de la consolidación. El título de doctor es ya imprescindible en este punto, de modo que si el candidato no estaba en posesión del mismo antes del acceso a la vía docente, deberá aprovechar sus primeros años en ésta para obtenerlo. Una vez obtenido el título, la acreditación correspondiente y la experiencia necesaria, puede hacerse uso de las convocatorias de Estabilización del Profesorado que periódicamente publica nuestra universidad para acceder a una plaza orientada a la dedicación exclusiva a la carrera académica dentro del ámbito universitario.

Los requisitos habitualmente exigidos en estas convocatorias pueden resumirse en:

  • Encontrarse en situación administrativa de servicio activo en nuestra universidad en el momento de la convocatoria.
  • Haber estado contratado durante los últimos entre 2 y 5 años –en virtud del tipo del plaza objeto de la convocatoria.
  • Haber superado al menos una evaluación de la actividad docente (Docentia‐UCM) en los últimos 3 años.
  • Estar acreditado para la figura que sea el caso.
  • Tener una antigüedad de, al menos, 3 años como doctor.

 

Valoración de la vía docente

No es necesario explicitar que carecería de sentido tratar de realizar una valoración homogénea de esta vía: como suele suceder, one size doesn’t fit all. La particular articulación de trayectoria, circunstancias e intereses será la que decida la valoración que de esta vía hará cada candidato. Sobra asimismo hacer notar que sus peculiaridades la hacen idónea para determinados perfiles. Cuando éste es el caso, y ello concurre además con la intención de abandonar la que contara como actividad principal en el momento de acceso como profesor asociado a la vía docente, la escasa carga docente de los profesores asociados abre permite dedicar tiempo a familiarizarse con la vida universitaria, y asimismo a la investigación –siempre que aquella “actividad principal” lo permita: lo habitual es que la intención de avanzar hacia la segunda etapa de la vía docente se simultanee con una progresiva relajación de aquella “actividad principal”.