Trata de encontrarnos aunque no nos veamos. Durante el confinamiento y sin ánimo de proyecto lancé esta invitación como un intercambio de favores, preguntándome también por las posibilidades de futuro que tienen las prácticas artísticas presenciales y cómo se ha puesto en crisis ese aspecto de su naturaleza. A su vez, necesitaba creer que había más estrategias, alternativas al streaming, para estar con las personas.

Este dispositivo consiste en generar encuentros vaporosos, me envías una canción o audio por mail, y yo te llevo conmigo al campo, que es donde bailo y practico. A través de tu canción paso un rato contigo y tú lo pasas en ese lugar. Como huella y devolución te envío una foto del lugar con las coordenadas geográficas.

He hecho más de 50 Entregas, así he llamado a estos encuentros.

Actualmente esta invitación sigue en pie, porque aunque ahora tenemos más posibilidades de trasladarnos y vernos, me interesa seguir probando este dispositivo, darle vueltas, cambiarle los espacios, devolvérselo a la escena también, continuarlo para seguir practicando preguntas.

Y también para estar con otros. Al fin y al cabo, yo sigo en el campo después del confinamiento, aquí no hay mucha gente ahora y en cualquier lugar,  todos estamos un poco más solos que antes.