El calendario para un tiempo vegetal se construyo a través de pequeñas miniaturas de vídeo que se enviaban (a través de suscripción) a móviles y ordenadores cada mañana, durante el tiempo que duró el confinamiento; tiempo en el que tuvimos que prescindir del desplazamiento y del cambio de lugar,  nuestro tiempo vegetal.  cada uno de estos vídeos retrataba una flor silvestre encontrada en la cuenca del Rio Guadarrama, en Madrid. La peculiaridad de este ciclo es que el material de vídeo  el que se componían estas miniaturas, partía de filmaciones microscópicas, es decir retrataba la estructura de estas flores. La flor es el más delicado artefacto de propagación, es una arquitectura complicadísima que nunca se repite, durante 44 días de este confinamiento miramos ese mecanismo construyendo pequeñas ficciones en torno a cada flor, ficciones de 1 a 2 minutos de duración. Este proyecto lo pusimos en pie David Benito (edición de vídeo), Elena Córdoba (microscopio y escritura) y Luz Prado (sonido) con el apoyo de La Caldera (Barcelona).