La canción de la tierra: una bibliografía contada desde El nombre del mundo es bosque de Ursula K Le Guin y Canto yo y la montaña baila de Irene Solà por Javier Pérez Iglesias
¿Tiene la tierra una canción? ¿Podemos escucharla? ¿Nos roza con su ritmo?
En los libros que traigo esa canción suena sin que la naturaleza tenga intención de decirnos algo. Suena, aunque nosotras, humanas, no entendamos nada. En ambas obras, lo no humano cuenta historias. Animales, vegetales, también seres inanimados, participan como protagonistas. Además, las conexiones entre lo vivo y lo inerte se entrelazan con espíritus que habitan otras dimensiones y nos visitan. Por fin, en las dos novelas hay mujeres mayores, mujeres viejas, que no tienen miedo a decir lo que saben y a actuar en consecuencia.
57 años separan estas dos escrituras y 61 años el nacimiento de sus autoras. Nada que nos importe porque, como puede ocurrir con el arte, las relaciones saltan en el tiempo. El pasado ayuda a imaginar, y crear, el futuro. Lo que dicen estas novelas es el presente y nos lo susurran a cada una al oído