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El tipómetro se convierte en pieza de museo

Muchos de los estudiantes de periodismo que se formaron en la Facultad de Ciencias de la Información en la década de los ochenta y noventa del siglo pasado recordarán aquella herramienta con la que se maquetaban periódicos, revistas y otras publicaciones en papel.

Odiado por los más torpes en aquellas tareas de diseño y amado por los que ya apuntaban maneras en el campo de las artes gráficas, el tipómetro era uno de los escasos recursos tecnológicos con los que se encontraban los estudiantes en sus cinco años de carrera.

 

Aquella extraña regla, que servía para medir las tipografías, fuentes, interlineados y otras medidas relacionadas con la maquetación de documentos, se utilizaba en el segundo año de carrera, en concreto en la asignatura de Tecnologías de la Información.

Los profesores que impartían la materia pedían a los alumnos, como trabajo principal, la elaboración de un monstruo (modelo de diseño impreso) de una revista o periódico, para lo cual era indispensable utilizar el tipómetro con cierta soltura.

Ese instrumento fue utilizado en las facultades de periodismo hasta la llegada del nuevo milenio, cuando fue sustituido por aplicaciones de diseño digital como las pioneras Dreamweaver o Corel Draw, hasta llegar a las más actuales, como In Design.

El tipómetro seguirá siendo utilizado en sus trabajos por los románticos y nostálgicos de las artes gráficas, pero se puede decir que ya ha pasado a la historia, como lo demuestra el hecho de que el Museo de la Facultad, especializado en piezas vinculadas a la comunicación, haya decidido  incorpora a su catálogo dos de estas piezas.

Ambos tipómetros han sido donados por profesores del Departamento de Periodismo y Nuevos Medios, responsable de la asignatura de Tecnologías de la Información.

El tipómetro diseñado y donado por Roberto Gamonal, director del departamento, está fabricado en metacrilato naranja y es una herramienta denominada por su autor como “navaja suiza” de la imprenta y la tipografía. Mide en cíceros, puntos Didot y también en centímetros y milímetros, por lo que sirve tanto para los tipógrafos tradicionales como para los diseñadores actuales. También existe una versión en picas y pulgadas adaptada al sistema métrico imperial que se utiliza en países anglosajones.

El segundo tipómetro está fabricado en plástico por la editorial Fragua, la librería de la facultad especializada en publicaciones vinculadas a Ciencias de la Información. Este tipómetro es de plástico flexible e incluye una regla de 30 centímetros y con él también se puede medir en cíceros y puntos Didot. Ha sido donado por el profesor David Álvarez.