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EL FOLÍCULO PILOSO

EL FOLÍCULO PILOSO

El epitelio epidérmico se invagina en la dermis dando los folículos pilosos, que son las estructuras formadoras del pelo. En la base de la invaginación hay una dilatación terminal, el bulbo piloso.  El bulbo piloso tiene una cavidad central, la papila dérmica, que está recubierta por varios estratos de células epiteliales llamadas células de la matriz o germinales (cg), que se dividen para formar la raíz del pelo.  La división de estas células origina las diversas capas del pelo. De dentro a fuera están: la médula, la corteza, y la cutícula. La médula (m) está integrada por células grandes, con vacuolas citoplasmáticas que pueden queratinizarse. Los pelos finos pueden no tener esta capa. La corteza (cz) está formada por células más externas queratinizadas, dispuestas concéntricamente y entre ellas hay células melánicas. La última capa que constituye el pelo es la cutícula (c), que está formada por una sola capa de células queratinizadas.

Más externamente las células de la matriz del pelo en el folículo piloso originan las vainas radiculares interna y externa. La vaina radicular interna (vi), está integrada a su vez por tres capas, se localiza entre el bulbo a la desembocadura de las glándulas sebáceas. La vaina radicular externa (ve) es el epitelio de la epidermis con el que se continúa el folículo en su parte posterior. Todo el folículo se encuentra rodeado por una membrana vítrea.

A cada folículo piloso le acompaña una o varias glándulas sebáceas que descargan su contenido en el canal folicular.

En la dermis adyacente a los folículos del pelo hay fibras musculares lisas que forman el músculo erector del pelo, que se une a las papilas dérmicas.