L'Arc de Triomphe
La historia de los arcos conmemorativos se remonta a la antigua Roma. También Napoleón Bonaparte ansió uno para inmortalizar sus victorias por el mundo: el Arco de Triunfo de la Estrella, testigo mudo de la historia contemporánea de Francia, desde la entrada de los prusianos en París, en 1871, hasta la liberación de los nazis en 1944, pasando por la despedida a Víctor Hugo, cuyo féretro cobijó durante toda la noche anterior a su entierro, en 1885, y las dos guerras mundiales.