[40.40758, -3.69206]
Documental colaborativo
Coordinación
- Manuel Broullón
Autores/as
- Capítulo 1: Pájaros de ciudad © Daniela Viccia, María José Correa, Pablo G. Boutou, Ana Catalina Córdoba, Pepe Pulido, Carolina Rojas
- Capítulo 2: No juzques un libro por su portada © Sara Sacristán Horcajada
- Capítulo 3: Amor en la Renfe © Montserrat Camargo, David Pungin
- Capítulo 4: Jardines encontrados © Brayan G. Anaya
- Capítulo 5: Notas de notas de Atocha/ Tornos de entrada y salida de Cercanías © Andrés Plat, Vicent Segarra, Iris Tudón
- Capítulo 6: Camaleón © Mar Rayo
- Capítulo 7: ¿Tiene género la seguridad? © María Novoa, Laura Ruiz, Mayo Riofrío, Alicia Gutiérrez Vega
- Capítulo 8: Un viaje hacia a Atocha © Daniel Zamora Quiroga
- Capítulo 9: Se te ve el plumero © Sofía Barajas, Ane Lucas, Almudena Misis de la Torre, Marta Sacedo Rosa
A modo de presentación
En la meditación tercera de la Phisiologie du marriage, Honoré Balzac escribe: «oh! Errer en Paris! Adorable et délicieuse existence! Flâner est une science, c’est la gastronomie de l’oeil. Se promener, c’est végéter; flâner c’est vivre»[1]. Charles Baudelaire, en El pintor de la vida moderna, definió al flâneur como un observador privilegiado del mundo urbano, aun sujeto a su ritmo vertiginoso; un «príncipe de incógnito» que registra a través de esbozos pictóricos, siempre inacabados pero no por ello menos lúcidos, todo lo que encuentra a su paso. Lauren Elkin, en su ensayo sobre las mujeres viajeras de los siglos XIX y XX, concluye que «Sin esta libertad [la libertad de salir solas, tranquilas, a pasear, sin ser molestadas ni violentadas], no es posible ser una artista…».
El situacionismo artístico y filosófico del medio siglo propuso a través de la «deriva» un dispositivo de subjetivación del espacio público, incluso cuando el poder lo ha neutralizado y privatizado, arrebatándolo a la colectividad hasta empobrecerlo ras con ras de los no-lugares –como los ha denominado Marc Augé–, pero que todavía podemos reapropiarnos a pesar de que el policía –depositario licitado para el ejercicio de la violencia en el Estado moderno– trate de impedirlo con la orden «¡circulen, aquí no hay nada que ver!».
En Práctica de la deriva, Guy Debord, afirmó que «Una o varias personas que se entregan a la deriva renuncian durante un tiempo más o menos largo a las motivaciones normales para desplazarse o actuar en sus relaciones, trabajos y entretenimientos para dejarse llevar por las solicitaciones del terreno y por los encuentros que a él corresponden». Así pues, el resultado de la deriva es siempre impredecible, coreográfico, lúdico y constructivo; un testimonio de lo que ha acontecido en el tiempo histórico; un mapa vandalizado con anotaciones que, reunidas, se convierten en un texto documental.
El 24 de marzo de 2023, día viernes, un grupo de estudiantes del Máster universitario en Escritura Creativa de la Universidad Complutense de Madrid, bajo el auspicioso marco teórico y práctico del proyecto de innovación UCM170 Laboratorio Transmedia, decidimos salir del aulario y habitar la ciudad. Nos citamos a las cuatro de la tarde para debatir y proyectar, de manera horizontal y asamblearia, distintas formas de mirada, recorridos y dinámicas de relación con uno de los espacios públicos más transitados de Madrid: la estación de tren Atocha-Almudena Grandes. Organizados en distintos grupos, dimos inicio una deriva en la que observamos e intervinimos el espacio público con observaciones, apuntes, reflexiones formuladas en alta voz, registros audiovisuales, e incluso ocupando el lugar, tumbándonos o sentándonos en el suelo... Tras el paseo, puesta en común en asamblea, celebración y revisión pausada de los materiales generados, para, posteriormente, dar lugar a un documental colaborativo que hemos dado en titular [40.40758, -3.69206] -estos números corresponden a las coordenadas geográficas en que se representa la situación espacial de la estación Atocha-Almudena Grandes–; un documental transmedia, intermedial e hipertextual de lo que sucedió en la tarde del 24 de marzo, un collage, cuando no un monstruo de Frankenstein armado a base de textos, registros gráficos o sonoros, apuntes a vuelapluma, impresiones y performances, sin un orden único ni lineal de lectura, abierto a la prolongación del paseo con nuevos registros que, quienes lo deseen, nos puedan enviar a través del buzón de contacto del Laboratorio Transmedia.
El documental está compuesto por nueve capítulos de distinto género literario e intermedial: ensayo, crónica, reportaje gráfico o audiovisual, ficcionalización... A cada capítulo es el resultado de una de las estrategias de subjetivación pactadas en la asamblea previa a la deriva. En el mapa, los capítulos están señalados con iconos de colores distintos con tal de orientar la lectura y facilitar los recorridos paralelos a través del hipertexto.
La invitación queda extendida para recrear el paseo del 24 de marzo mediante la exploración del mapa interactivo que se presenta a continuación, pinchando sobre cada uno de los puntos anotados en los que se despliegan ventanas con los textos, vídeos y registros sonoros que contienen.
Pasen y paseen.
–Manuel Broullón, septiembre de 2023.
[1] «¡Oh! ¡Errar por París! ¡Adorable y deliciosa existencia! Flâner es una ciencia, es la gastronomía del ojo. Pasear es vegetar, flâner es vivir.» (tr. n.).