Grupos de investigación

Ángel Ferrant y el diseño de una configuración escolar, 1932

 

Ángel Ferrant, [Gráfico nº 1 del texto "Diseño de una configuración escolar"], [1931]. Museo Patio Herreriano, Fondo Ángel Ferrant, F.F. - PED 2 - 966.

 

 

ARTE. Revista de la Sociedad de Artistas Ibéricos  


 

En el número 1 de ARTE. Revista de la Sociedad de Artistas Ibéricos se publicó el artículo “El Estado y las Artes plásticas. Diseño de una configuración escolar”, del artista y profesor Ángel Ferrant en el que proponía una reforma pedagógica. Ferrant fue un gran defensor de la necesidad de una reforma en la enseñanza del arte, constituyendo esta faceta una parte muy relevante de su trabajo como artista plástico y profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. fue un gran conocedor de las teorías de los grandes pedagogos europeos del momento, por lo que en la suya se advierten influencias y herencias contemporáneas.

 

Influencia de reforma pedagógica de la Bauhaus y la psicología infantil

El sistema educativo y reforma que Ferrant desarrollará en el denominado “pla Ferrant” incluye tanto la influencia recogida del reformismo pedagógico europeo que conocía bien, como la adaptación de técnicas derivadas de la psicología infantil. Respecto al primer factor, el artista conocía, entre otros, el curso preliminar que se impartía en la Bauhaus, donde destacada la división en tres etapas de aprendizaje que teorizó Walter Gropius, o el propósito de otorgar al alumno, o futuro artista, “un nuevo papel que se viese reflejado en una nueva construcción social y constructiva de una nueva realidad acorde a la sociedad del momento. Dicha realidad se centraba en la idea de convivencia entre la industria y la artesanía, de manera que los artistas formados en la Bauhaus se convertirían en árbitros y mediadores entre dos sectores productivos aparentemente opuestos hasta entonces”. (Hernando Morante, 2018, p. 10)

 

“Pla Ferrant”

Ferrant no solo llevó a cabo el diseño de un plan de estudios, sino que planteó la reforma integral de la configuración de la enseñanza de las artes plásticas en las escuelas. Su sistema educativo constaría de varias escuelas, las cuales se distribuirían a lo largo de la ciudad, divididas en afinidad del estilo representado, es decir, en la misma escuela habría pintura, escultura, arquitectura, etc. y afines unas a otras en estilo. Todas ellas contarían con una serie de espacios, desde los más comunes -como las aulas para las clases teóricas, talleres de oficio, biblioteca, sala de actos para conferencias, teatro, cine y conciertos- hasta los menos comunes, como un jardín experimental. Al inicio del artículo, Ferrant defiende que es imprescindible la existencia de un sistema de arte escolar que no trate de seguir ningún ejemplo, para evitar ligarse a la aversión al progreso que había en ese momento en el país. A continuación explica la necesidad de una organización del sistema de enseñanza del arte, partiendo desde los propios centros, que ayude al individuo a desarrollar su propia expresión artística.

En su esquema, realizado con tinta china sobre cartón blanco, podemos ver cómo diferencia las tres etapas de su propuesta educativa, que pudo tomar de las teorías pedagógicas de la Bauhaus: el curso de iniciación, el segundo curso -o fase práctica- y el tercero y último, que consistirá en unas prácticas definitivas. En el gráfico estos tres tiempos quedan, a su vez, entrelazados y atravesados por ámbitos de desarrollo intelectual y plástico del alumno, por categorías de aprendizaje o aptitudes: intuición, conciencia, espíritu, técnica. Como se advierte, tanto la armonía como el equilibrio son factores fundamentales de la organización escolar; Ferrant entiende el lirismo como la creación individual y el trabajo manual como la expresión visual inmediata de la creación individual, un lenguaje eterno personal.

En el desarrollo y argumento de su configuración escolar, el artista también alude a una división de cursos o fases del alumno en la escuela, desde el curso de iniciación, hasta cursos teórico-prácticos especializados. En esta organización destaca la relación singular que mantendrán alumno y profesor. En este sentido, Ferrant intenta romper con la idea convencional de que el alumno debe ser un subordinado del profesor; de hecho, en las declaraciones finales del artículo el artista explica que la contratación de los profesores dependerá únicamente de la demanda de cada materia que se produzca por parte de los alumnos.

Fases del curso académico

En la primera fase o curso de iniciación el alumno es libre de probar todo aquel material que guste, desde carpintería, confección, barros, yeso, papeles, lápices, etc. Se trata de una fase centrada en motivar y estimular al alumno para que encuentre su propia pasión; aquí entra en juego su interés y puesta en práctica de la psicología infantil, pues buscaba en el alumno una improvisación y disfrute más cercanas a la niñez que a la vida adulta. En la segunda fase o cursos prácticos, la escuela debe ayudar al alumno a encontrarse a sí mismo mediante la instrucción. “Se parte de la intuición para llegar al conocimiento”, afirmaba Ferrant. Durante esta fase el alumno asistirá a diversos talleres en los que deberá seguir una instrucción a cargo del profesor pertinente de cada materia, y poner todo de su parte para comprender y asimilar esos conocimientos.

En la tercera fase o prácticas definitivas, el alumno llevará a cabo su labor artística en locales amplios que le permitan trabajar por separado. Estos talleres de oficio los dirigirá un técnico especializado. Como sostiene Ferrant, en esta fase nacerán dos tipos de alumnos: el que se separe de la imitación artística, que se convertirá en cabeza de la representación del arte, y el simple obrero, que no podrá dejar atrás un nivel de interpretación de lo ya existente.

Ferrant termina su artículo apuntando una serie de propósitos que han de guiar su reforma pedagógica, entre los que destacan:

La existencia de un comité de alumnos que vele por los derechos de los mismos.

La renovación de la enseñanza de la Historia del Arte, la forma de abordarla debe ser no solo presentando las obras como elementos ajenos a su propia historia, sino comprendiéndolas y analizándolas en su contexto, asimismo, la división entre artes mayores y menores queda eliminada.

La búsqueda continua de la manifestación íntegra del temperamento individual y la creación de una conciencia de expresión plástica.

La realidad de la organización en la forma planteada no descansa, en rigor, en la totalidad aparente de su volumen material. Podría nacer, y así deberíamos acogerlo, como organismo pequeño, todo lo pequeño que se quiera, pero bien capaz de desarrollarse por su propia vitalidad; dimensiones proporcionadas a los medios asequibles, ajustándose a lo que más bien se ha presentado como esquema, como concepción de una meta ideal.

Ferrant penaliza la copia de obras, ya sea con la intención de sacar partido de una obra de otra persona o la de practicar determinadas técnicas; al contrario, apuesta por que los alumnos desarrollen unas técnicas que les permitan que la expresión artística y las obras personales nazcan siempre de uno mismo, confiando, de este modo, en la capacidad de creación creativa del alumno y que esta prevalezca en su ser, partiendo de sí mismo para encontrar cuál es su vocación dentro del mundo del arte. Esta prohibición total de la copia se relaciona con esa idea de Ferrant de que los resultados artísticos de esta escuela deberían aceptarse en la sociedad como elementos artísticos experimentales. Su propuesta de reforma, pese a la innovación que planteó, no fue aceptada totalmente, causando cierta polémica entre profesores y alumnos, ya que mientras que el claustro de profesores rechazó dicha propuesta, los alumnos la aceptaron y exigieron su implantación. Por otra parte, fue desaprobada por pedagogos y críticos del país, considerándola imposible e impracticable.

 

Bibliografía

Asenjo Fernández, I. (2013). Ángel Ferrant. El anhelo de las influencias pedagógicas”. Arte, Individuo y Sociedad, 25(1), pp. 11-29.

Asenjo Fernández, I. (2007). “Ángel Ferrant. La renovación de la enseñanza artística”. Arte, Individuo y Sociedad, 19, pp. 7 - 36.

Asenjo Fernández, I. (2009) “Ángel Ferrant y la reforma de las escuelas superiores de Bellas Artes”. Archivo Español de Arte, vol. 82, nº 325, pp. 47-62.

Blocona Redondo, L. (2014) “El Vorkurs de la Bauhaus: Dirección de Johannes Itten. (1921-1923)". Pastiche, 9, pp. 84-89

Ferrant, Ángel (1997), Todo se parece a algo. Escritos críticos y testimonios. Javier Arnaldo y Olga Fernández López (eds.), Madrid, Visor; La Balsa de la Medusa.

Ferrant, Ángel (2019), Pancartas escolares. Javier Mateo de Castro (ed), Javier Arnaldo Alcubilla (prólogo), Madrid, Árdora Ediciones.

Hernando Morante, M. (2018) Pedagogía de la Bauhaus. Universidad de Salamanca. Trabajo Fin de Grado.

Gropius, W. (1919), “Manifiesto y programa de la Bauhaus Estatal de Weimar”. En: Medina Warmburg, J. (2018) Walter Gropius: Proclamas de modernidad. Escritos y conferencias. 1908-1934. (pp. 165-170)

 

 

Violeta Rossique Aragón. Grado en Historia del Arte. 3er curso, 2021-2022.