Agua

El agua existente en la naturaleza es constante constituyendo un ciclo donde pasa de forma continua del estado líquido o sólido a vapor y viceversa. Este ciclo es gobernado por el clima y, por tanto, los cambios climáticos arrojan necesariamente cambios en el tiempo y en el espacio de los recursos hídricos disponibles. En el contexto actual, donde las evidencias indican que habrá un aumento de las temperaturas y una disminución y cambio de patrones en las precipitaciones, los recursos hídricos se verán afectados de forma directa. Los impactos sobre estos recursos se manifestarán no solo en la variación de la cantidad de agua disponible sino también en la alteración de su calidad y en su distribución temporal.

Los factores que inciden para satisfacer las necesidades hídricas de la población, es decir, que tienen incidencia directa en la cantidad y calidad de recursos hídricos disponibles, pueden ser endógenos y técnicamente no modificables o exógenos y potencialmente modificables. Entre los primeros se encuentran la temperatura, las precipitaciones, la cobertura del suelo (natural y artificial), el suelo y el subsuelo. Mientras que los exógenos se refieren a la demanda en cantidad y calidad del agua, la estructura temporal de la demanda, el sistema de recursos hidráulicos para su gestión y, por supuesto, la forma de gestión de este sistema. Un indicador de gran utilidad para establecer políticas del uso del agua y para respaldar las decisiones de su gestión, es la huella de agua o hídrica, que puede ser calculada a diferentes escalas (sectorial, poblacional, institucional). La huella hídrica institucional es una medida del total del agua consumida para su funcionamiento (directa u operacional) y el agua usada en toda la cadena de suministro (indirecta).

La UCM, en consonancia con su política ambiental y sus buenas prácticas de gestión, encaminadas a asegurar la sostenibilidad de sus actuaciones en las facetas educativa, social y ambiental, desea mostrar su compromiso de lucha y adaptación contra el cambio climático, tratando de desempeñar sus actividades de manera más eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Por esta razón, decide dar su primer paso en realizar un cálculo de su huella de agua, a través del estándar ISO 14046:2016. Los resultados del estudio van dirigidos a los tomadores de decisiones, comunidad universitaria y público en general. Adicionalmente, se espera que, con los resultados, se puedan implementar acciones que permitan reducir los impactos generados por los usos de agua y concienciar y sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la importancia del agua y su cuidado. El estudio se realizó en 2023 con los datos del año 2022, siendo una evaluación única e independiente.

Según los resultados del estudio, la cantidad total de agua que entra de la red de distribución general de la Canal de Isabel II a la UCM sumada al agua embotellada que proporciona la UCM a la comunidad universitaria alcanza un total 552.125 m3, de los cuáles un 84% retorna a la red a través del alcantarillado. Por tanto, la UCM consume solo el 16% del agua entrante, es decir, 90.838 m3 que corresponden casi al 100% al riego.

HUELLA HÍDRICA

DIRECTA

INDIRECTA

ENTRADA (m3)

SALIDA (m3)

CONSUMIDA (m3)

CONSUMIDA (m3)

Agua de red

Embotellada

Alcantarillado

Riego

Embotellada

Materias primas Residuos

552.125

461.287

(84%)

90.838

(16%)

1.850.000

 

Se estima que el riego/ha/año adecuado en clima mediterráneo, con suelos poco fértiles, es de, aproximadamente, 5.000 m3/ha/año. La UCM está usando unos 500 m3/ha/año para el mantenimiento de casi 200 ha de espacios verdes. El agua indirecta consumida corresponde prácticamente 100% a las materias primas, especialmente al consumo de papel. Considerando la huella hídrica directa e indirecta, el 95% corresponde a un consumo indirecto y tan solo el 5% a un consumo directo. En cualquier caso, la UCM tiene un margen de mejora importante en las infraestructuras relacionadas al uso del agua (red de distribución, sanitarios) y en la gestión y control de calidad.