Reseña histórica
La Universidad en Alcalá
La actual Universidad Complutense de Madrid es la que fundara el Cardenal Cisneros como consecuencia de la Carta Bulada “Inter cetera”, otorgada por Alejandro VI, el 13 de abril de 1499, para conceder al Cardenal el privilegio de fundar y construir un Colegio de Escolares que debería ubicarse en Alcalá de Henares. Los documentos que salen de la chancillería pontificia son tres, datados en igual fecha. El documento “Inter cetera” pertenece a la categoría de carta bulada –es decir, no es una bula o “littera solemne”- y, concretamente, es una “littera graciosa” o carta de merced; es un pergamino con letra semigótica que se conserva en el Archivo Histórico Nacional.
Cisneros ordenó la construcción del Colegio Mayor San Ildefonso un mes antes de que se otorgase la Carta bulada, colocándose la primera piedra en marzo de 1499. La idea era crear el Colegio Complutense en el que se impartiesen las enseñanzas de Teología, Derecho Canónico y Artes Liberales. La carta bulada papal concede, precisamente, autorización para eso, “un Colegio de estudiantes donde se lean enseñanzas de las Facultades de Teología, Derecho Canónico y Artes”.
Desde el principio aquel Colegio se asentó en el lugar donde se había ubicado Complutum, la ciudad romana del Siglo I a.C. Las obras acabaron en 1508 y en ese año empezaron a estudiar los primeros alumnos. La matrícula se realizó entre agosto y octubre. El día 17 de octubre se eligió al primer Rector de la Universidad –Pedro del Campo-, inaugurándose el Curso el día 18 con una lección sobre la filosofía moral de Aristóteles. La idea inicial de Cisneros reproducía el contenido de los estudios de las Universidades medievales europeas –las que siguieron a los Estudios Generales- en las que se estudiaba Teología, Medicina y Jurisprudencia, siendo preparatorias las enseñanzas de Artes Liberales. Pretendía el Cardenal con la estructura colegial permitir estudiar a personas sin recursos que eran acogidas y becadas.
Desde 1502, y sin estar construido el Colegio, el Cardenal Cisneros inició el acopio de libros para crear la Biblioteca e impulsó los trabajos de la Biblia Políglota.
En 1510 el Cardenal promulga las Constituciones del Colegio Mayor de San Ildefonso; en las mismas se plasma con gran minuciosidad la reglamentación para los estudios de Artes, y lo relativo a las Facultades de Teología, Derecho Canónico y Medicina. Además se contempla que deben establecerse otros estudios como los de Gramática y Griego (Constituciones 38 a 58).
Repárese que los estudios de Medicina no estaban aludidos en la carta bulada papal, ni en el origen se pensaron para el Colegio de San Ildefonso. Sin embargo aparecen en las Constituciones de 1510, concretamente en la 49, que se inicia con las siguientes palabras:
“Puesto que, por razón de las muchas enfermedades que cada día atribulan a los mortales, se considera el arte de la Medicina muy apropiado y necesario en la república, la experiencia, lo atestigua, establecemos que en nuestro Colegio haya dos cátedras de medicina y las tengan dos médicos de mucha erudición y madura experiencia”.
Al promulgarse las Constituciones y jurarse por el Claustro, aparece la comunidad universitaria, o sea, la Universidad, como ente con personalidad jurídica propia, dirigida, al igual que el Colegio, por un Rector.
Tras múltiples avatares sufridos por la Universidad ubicada en Alcalá, que pasó de los iniciales momentos de gloria, a un considerable declive,en 1821, en el Reglamento General de Instrucción Pública, se ordenó la creación de la Universidad Central de Madrid, suprimiéndose un año después la asentada en Alcalá. La Universidad Central quedó establecida por Orden de 3 de octubre de 1822, abarcando los estudios de la Universidad literaria de Alcalá, los de San Isidro y los del Museo de Ciencias Naturales. Pero la vuelta del absolutismo en 1824, supuso el regreso de la Universidad a su primera sede. La Institución se debilitaba por las depuraciones, la privación del fuero, la prohibición de usar el traje académico y la falta de espacios en Madrid.