Son muchos los retos turísticos a los que se enfrenta la ciudad de Santiago. Trataremos de resumirlos en aquellos más relevantes.

1. Ampliar el espacio turístico. Se trata de una medida de gran relevancia por las consecuencias que puede tener. La fuerte concentración en algunos sectores del centro histórico contribuye a degradar el patrimonio, empeora la experiencia del visitante y expulsa a los residentes, dejando al casco antiguo en prácticamente un espacio tematizado pensado casi en exclusiva para el turista.

2. Crear nueva oferta. Este reto se puede poner en relación con el señalado en el párrafo anterior. Infelizmente, los esfuerzos realizados hasta el momento no han tenido demasiado éxito en parte por el poderoso influjo del casco antiguo en general y de la catedral en particular. Pero también en parte por una gestión de los flujos que privilegia siempre la presencia de los turistas en la ciudad histórica.

3. Incorporar elementos patrimoniales desconectados a la oferta turística general. Nos referimos fundamentalmente a la Ciudad de la Cultura, a la colegiata del Sar y al monasterio de Conxo. Aunque no en exclusiva porque se debería actuar para la activación patrimonial de otras piezas y sectores del conjunto urbano.

4. Controlar la masiva incorporación de apartamentos al mercado turístico, muy especialmente de aquellos localizados en la ciudad histórica. Lo mismo habría que decir en relación al comercio turístico que de una manera u otra está ocupando todo el espacio del casco viejo.

5. Mejorar la experiencia del peregrino. Hay que considerar al peregrino que hizo el Camino como un visitante con unas características especiales. En estos momentos, su llegada a la ciudad lo transforma en un turista más y eso afecta a su satisfacción. Por lo tanto, es necesario singularizar su figura en el contexto de un destino urbano.

6. La proximidad del Año Santo de 2021 hace prever una afluencia masiva de visitantes en sus diferentes tipologías. Sin entrar en las cuestiones de gestión del Camino, Santiago como punto final de estos itinerarios se puede ver desbordada por su llegada, además de un abultado volumen de turistas en general. Hay que tener en cuenta que las competencias sobre el Jacobeo son de la Xunta de Galicia lo que deja a la ciudad un escaso margen de maniobra que se limita muchas veces a la simple gestión de los flujos.

7. En relación al Año Santo, otra cuestión que nos parece relevante es la relativa a la imagen. Santiago ha desplegado esfuerzos por visibilizar un destino urbano en el que se combina la tradición con lo moderno. Sin embargo eso ha chocado con una tradición milenaria de lugar de peregrinación. Los años santos sirven para reforzar esa imagen porque el foco se centra en los caminos de peregrinación y en el santuario que acoge los restos del apóstol.

A modo de conclusión, el principal reto con el que se encuentra Santiago en relación al turismo, es el fuerte crecimiento que están experimentado los flujos de visitantes y como eso afecta a la ciudad histórica en su conjunto, no solo al patrimonio sino también a los residentes e incluso a la propia satisfacción del visitante. La gestión del destino y de los flujos de viajeros aparece como un punto clave, al igual que el tema de la imagen. Todo esto se acrecienta ante la proximidad de un nuevo año santo compostelano que promete ser muy masivo, con los problemas que ello puede acarrear.