La temperatura determina la supervivencia del pino negro en el noreste peninsular
- Una investigación liderada por las universidades Complutense de Madrid y Pablo de Olavide de Sevilla ha comparado una población de Pinus uncinata aislada relicta de la provincia de Teruel con dos más abundantes en Pirineos
- Las tres han mostrado una diversidad genética similar, por lo que se concluye que la pérdida de ejemplares de la primera está más relacionada con la diferencia de temperatura de los bosques analizados
Una de las poblaciones de los Pirineos en Ordensa estudiada en este artículo. (Imagen de Jesús Julio Camarero).
UCC-UCM, 7 de diciembre de 2022. La relicta población de Pinus uncinata (pino negro) de Peñarroya (Sierra de Gúdar, Teruel), de la que cada vez quedan menos ejemplares vivos, ha mostrado una diversidad genética similar a la de dos poblaciones de Pirineos, así como un alto flujo genético entre ellas.
Una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (UPO) analiza por primera vez la información genética de esta especie, esperando describir cómo responde frente a las variaciones ambientales. Las poblaciones relictas suelen mostrar una baja diversidad genética debido a su aislamiento y pequeño tamaño poblacional. Sin embargo, los datos obtenidos en este trabajo parecen indicar que existe una diversidad similar a la de las poblaciones de los Pirineos (no relictas). En vista a los resultados observados en los estudios de vulnerabilidad, los científicos apuntan a la temperatura como el factor más limitante para la supervivencia de este tipo de pino de montaña.
También se han realizado estudios de asociación genotipo-fenotipo (GPA) en los que se ha visto que las diferencias identificadas en relación con el tamaño de las acículas entre las poblaciones, presenta una clara base genética.
“Los datos genéticos de esta especie son escasos. Su análisis nos permite determinar el grado de vulnerabilidad de esta especie frente a las variaciones ambientales ocasionadas por el cambio climático, así como establecer si hay asociaciones entre las diferencias que se observan en los fenotipos de las distintas poblaciones y sus características genéticas”, destaca Belén Méndez Cea, investigadora del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología (UD Genética) de la UCM.
Mientras que en las poblaciones de Pirineos la temperatura media está entre los 3 y los 5 grados y las precipitaciones anuales entre 1200 y 1600 mm, la temperatura media de Peñarroya es 9 grados y las precipitaciones descienden a la mitad, 680 mm.
Para llevar a cabo el estudio, publicado en Science of The Total Environment, se ha empleado una técnica de genotipado basada en NGS denominada ddRAD-seq y que ha facilitado el complejo trabajo con los grandes genomas de las coníferas. Después, se emplearon herramientas bioinformáticas para extraer marcadores moleculares relevantes para el estudio.
El siguiente paso en la investigación, avanza Méndez, podría ser “realizar estudios de epigenómica y de transcriptómica para seguir ampliando los conocimientos de esta especie y así poder entender de forma más completa cómo responde frente al cambio climático”.
Además de la UCM, en el trabajo participan la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC).
Referencia bibliográfica: Belén Méndez-Cea, Isabel García-García, Antonio Gazol, J. Julio Camarero, Ester González de Andrés, Michele Colangelo, Cristina Valeriano, Francisco Javier Gallego, Juan Carlos Linares. “Weak genetic differentiation but strong climate-induced selective pressure toward the rear edge of mountain pine in north-eastern Spain”. Science of The Total Environment, Volume 858, Part 2, 2023, 159778, ISSN 0048-9697. DOI 10.1016/j.scitotenv.2022.159778.
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