Solo la mitad de las pérdidas de olfato en la COVID-19 se deben a la congestión nasal
A la fiebre, tos y dolor muscular, pronto se unió otro síntoma: la anosmia o pérdida del olfato. Frecuente en otro tipo de virus como la gripe, esta alteración suele estar ocasionada por la congestión nasal. Un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Hospital Clínico San Carlos han demostrado que solo la mitad de los pacientes pierden la capacidad olfativa por la mucosidad que ocasiona el SARS-CoV-2. Para el resto de casos, se barajan hipótesis como la destrucción de la mucosa olfativa e incluso lesiones cerebrales.
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La anosmia puede acarrear problemas de alimentación y de estado de ánimo. / Engin Akyurt.
UCC-UCM, 9 de julio. - La pérdida del olfato -anosmia- es un síntoma frecuente en pacientes que cursan con el virus SARS-CoV-2 pero solo la mitad de los casos se asocian con congestión nasal, según un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y del Hospital Clínico San Carlos.
Las alteraciones olfativas son habituales en otras infecciones como el rinovirus o la gripe y, generalmente, su causa es la obstrucción nasal generada por la mucosidad.
Sin embargo, en el estudio publicado en Frontiers in Public Health, los expertos han determinado que el 54% de los pacientes de COVID-19 presentaban la pérdida del olfato sin congestión nasal con moco.
“La anosmia puede ser un síntoma aislado, que habitualmente es autolimitado y bastante específico en los casos que no hay mucosidad”, indica Jesús Porta Etessam, Jefe de Sección de Neurología del Hospital Clínico San Carlos y profesor de la Facultad de Medicina de la UCM.
En ausencia de mucosidad, ¿cuál sería la explicación a la pérdida de olfato? Según el investigador de la UCM, “hay varias hipótesis” aunque las más “plausibles en vista del conocimiento actual” son la destrucción de la mucosa olfativa o una lesión del bulbo olfatorio que impida la transmisión de información al cerebro.
Las alteraciones del sabor se suman
Aunque la anosmia parece un síntoma poco importante, afecta claramente a los pacientes que la padecen, pudiendo tener alteraciones de la alimentación al no distinguir el “cromatismo” entre distintos productos, cuadros de ánimo bajo y poner en riesgo su vida al no ser consciente de la presencia de humo o escapes de gas, entre otros síntomas.
Habitualmente, los pacientes recuperan el sentido del olfato transcurridas entre 1 y 4 semanas. “He observado pacientes que llevan desde marzo sin el olfato, hay que ser optimistas, en otros virus pueden tardar hasta 2 años en mejorar, aunque existe la posibilidad de que un grupo pequeño de pacientes pueda quedarse sin olfato”, explica Porta Etessam.
Para llevar a cabo la investigación, Porta y su equipo analizaron una muestra de 909 pacientes contagiados de SARS-CoV-2. De ellos, 824 casos (90,65%) informaron implicación olfativa y gustativa simultánea.
Además de la anosmia, las respuestas de los pacientes al cuestionario revelaron otras alteraciones: ageusia – pérdida total de sabor- (64.1%), hipogeusia -sensibilidad disminuida del gusto- (28.2%), disgeusia -cambio de sabores- (2.4%), hiposmia -reducción de la percepción de olores- (15.6%) y disosmia (0.9%).
“La anosmia es más efectiva que muchos de los test que se están realizado. Esto, aplicado de la situación actual nos habla de la necesidad de aislamiento ante este síntoma en época de pandemia”, concluye el neurólogo.
Referencia bibliográfica: Gómez-Iglesias P, Porta-Etessam J, Montalvo T, et al. An Online Observational Study of Patients With Olfactory and Gustory Alterations Secondary to SARS-CoV-2 Infection. Front Public Health. Mayo 2020. DOI: 10.3389/fpubh.2020.00243.
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
Universidad Complutense de Madrid
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