Nuevas evidencias de la zooarqueología medieval en el centro peninsular

A pesar de que la ganadería era una de las principales actividades económicas de la Península Ibérica en la Edad Media, apenas existen evidencias arqueológicas de las especies animales existentes en la meseta. Una investigación, coliderada por la Universidad Complutense de Madrid, muestra una ganadería predominada por ovejas y cabras entre los siglos VIII-XI. Además, destaca la presencia de restos de cerdo en yacimientos, en aquel entonces, musulmanes.

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La oveja y la cabra centraban la mayor parte de la economía ganadera. / Juan Andrés López.
La oveja y la cabra centraban la mayor parte de la economía ganadera. / Juan Andrés López.

UCC-UCM, 5 de junio.- La mayor parte de la economía ganadera de los siglos VIII a XI en el centro de la Península Ibérica estuvo basada en la oveja y la cabra, según un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), con colaboración de la Universidad San Pablo CEU y la empresa de arqueología profesional AUDEMA.

El trabajo, publicado en Archaeological and Anthropological Science, se ha desarrollado analizando los restos óseos que aparecen en algunos yacimientos localizados entre la cuenca del río Tajo y la región de Castilla La Mancha.

“Se trata del primer estudio de estas características hecho para la región y abre una línea de investigación apenas desarrollada en nuestro país, dado que la zooarqueología medieval cuenta con muy pocos especialistas”, destaca José Yravedra, investigador del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la UCM.

A las especies ovicaprinas (que rondaron el 50% de los restos óseos encontrados) le siguen las vacunas (toros, vacas y bueyes) y las equinas. Tras estos animales, se sitúa el cerdo, un dato que ha llamado la atención a los investigadores, que les lleva a plantearse cuestiones religiosas de la época debido al significado que tiene el cerdo entre los musulmanes.

“En teoría, en el mundo musulmán no se puede comer cerdo. Aunque estos restos no son abundantes en los yacimientos musulmanes, en algunos casos aparecen marcas de corte sobre algunos de los restos de estos animales. Esto abre interesantes interrogantes. ¿Quién consumió esos restos de cerdo? ¿Cristianos que vivían entre los musulmanes?, ¿Musulmanes?”, se cuestiona Yravedra y añade que la mayoría de estos yacimientos se sitúan en ámbitos rurales. “En estos lugares a lo mejor las tradiciones estaban un poco más relajadas”, deduce.

Por su parte, Antonio Malalana, investigador del departamento de Periodismo de la Universidad San Pablo CEU califica de “noticia excepcional” la confirmación de la presencia del cerdo en estos territorios.

“Habitualmente, cuando estos yacimientos cuentan con cerdo, se ha explicado de dos maneras: que se trata de jabalí o que los pobladores son mozárabes. Nosotros podemos confirmar que nuestros yacimientos estudiados pertenecen a poblaciones musulmanas, con contextos claramente andalusíes”, añade Malalana.

Esta investigación preliminar deja abiertas nuevas líneas, como el estudio del sacrificio de las cabañas de ganado o del protocolo que se seguía en el procesado de los animales, entre otros.

Además de las instituciones arriba indicadas, en el estudio han participado también la Universidad de Oxford.

 

Referencia bibliográfica: Estaca-Gómez, V., Malalana-Ureña, A., Yravedra, J. et al. “Economic implications of livestock management strategies in the center of the Iberian Peninsula, Tagus Basin and Mancha Alta región between the VIII and XI centuries AD” Archaeological and Anthropological Sciences (2019) DOI: 10.1007/s12520-018-0607-9

 

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