Ciencia al rescate del planeta en "la Noche" complutense
Fomentar el uso de nuevas formas de alimentación sostenible o reinventar la cocina tradicional; imitar los mecanismos de la naturaleza para hacer un mundo mejor, buscar formas para descontaminar aguas y suelos o conocer la biodiversidad de árboles que nos rodean sin salir del campus. Todas estas lecciones que nos deja la XIII Noche Europea de los Investigadores e Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid tienen un objetivo común: salvar al planeta y, con él, nuestro futuro.
Los participantes de la Gymkana foliar reciben instrucciones de cómo jugar. / María Milán.
María Milán, 3 de octubre de 2022. “¿Por qué hay que salvar la naturaleza?”, pregunta Eva Batanero, investigadora en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). “Porque sin la naturaleza no podríamos vivir”, señala muy tajante Iván, de 8 años. Pese a su juventud, él y su hermano Álvaro están concienciados de que nuestro planeta no puede seguir el ritmo al que le sometemos.
Soluciones a la contaminación que nos rodea
Iván y Álvaro atentos al video de la actividad. / María Milán.
La biblioteca de la Facultad de Ciencias Biológicas acoge la actividad “Biomímesis para preOcuparse del Planeta”. Un vídeo introductorio nos acerca el concepto de biomímesis, la ciencia de finales del siglo XX que imita la naturaleza para “resolver los problemas de la actualidad” y que se basa en principios como la cooperación, la adaptación, el reciclaje o el ahorro de energía.
“¿Se os ocurre algún ejemplo de imitaciones del ser humano?” “Los aviones, que parecen pájaros”, vuelve a responder Iván. Bañadores basados en escamas de tiburón, chalecos reflectantes como los ojos de un gato o flores inteligentes que captan la luz del sol para transformarla en energía son algunos de los ejemplos de biomímesis que añade Eva. Después de la teoría, vendría la práctica.
Esta actividad es una de las seis que el pasado viernes 30 de septiembre celebraron la XIII Noche Europea de los Investigadores e Investigadoras de Madrid en la UCM. El eje central de este año fue la concienciación del estado de nuestro planeta y la búsqueda de soluciones apoyadas en la ciencia.
“Me encanta este evento. Es importante llevar la ciencia a la sociedad, y que los niños vean que los científicos somos personas normales”, comenta ilusionada Jéssica Gil Serna, capitana de la actividad “Espejito, espejito, ¿qué riesgos ocultan las frutas de mi frutero?”. En 2020, debido a la pandemia de COVID-19, este taller se realizó de forma virtual, por eso la emoción de recibir a la veintena de asistentes se multiplica.
Entre robles, cipreses y madroños
Para salvar el planeta, en primer lugar, hay que conocerlo. Y qué mejor que empezar por las especies vegetales que tenemos más cerca, sin tener que salir del campus de Ciudad Universitaria. A primera hora de la mañana, el Real Jardín Botánico Alfonso XIII abre sus puertas a 24 alumnos y alumnas de segundo curso del Grado de Biología de la UCM.
El profesor de Botánica Jesús Palá capitanea un año más la popular Gymkana foliar, una competición entre los equipos azul, rojo y verde con el objetivo de conseguir trece etiquetas que cuelgan de los árboles del jardín. Reunirlas todas, identificar las especies y responder un cuestionario final son los objetivos. “Hoja compuesta con más de cinco folios”, formulan en el equipo azul. “¡Fresno!”, contesta una de sus integrantes.
La actividad contó con la inauguración de Ana Cremades, Directora General de Investigación e Innovación Tecnológica de la Comunidad de Madrid. “La Noche Europea de los Investigadores es un instrumento para que la sociedad tome decisiones informadas. Vosotros, como futuros científicos, tenéis que contar la ciencia para mejorar su percepción”, les recomienda a los jóvenes antes de que Jesús dé el pistoletazo de salida y corran entre árboles.
Soluciones a la contaminación que nos rodea
Leandro Conte, investigador en la UCM del programa europeo Marie Sklodowska-Curie (MSCA) ./M. Milán.
Simultáneamente, en la Facultad de Ciencias Químicas se desarrolla la actividad de Leandro Conte, investigador del programa europeo Marie Sklodowska-Curie (MSCA) que recibe a los alumnos del IES Emilio Castelar de Madrid en el taller “Luz Solar, una aliada valiosa en la descontaminación de Aguas y Suelos”.
Tras una breve introducción, los alumnos bajan a los laboratorios y, en diferentes secciones, Leandro, Alejandro y Andrés les explican cómo eliminar de una muestra de agua un colorante a partir de la interacción entre un reactivo y un catalizador a los que se les aplica luz solar en un simulador, así como los sucesivos controles durante todo el proceso.
“Nos parece una actividad motivadora y una primera inmersión en la universidad, que para ellos es un mundo”, comentan Julia y María Jesús, las profesoras de los alumnos de la optativa Cultura Científica.
Estudiantes del colegio Stella Maris de La Gavia experimentan con el ph ./M. Milán.
En la Facultad de Ciencias Geológicas la contaminación también es el tema principal en el taller que lidera Luz García Lorenzo, “Los colores de la contaminación minera”. Una treintena de estudiantes del colegio Stella Maris de La Gavia entran con energía en el laboratorio, pues es la primera vez que pisan uno en una universidad.
Ataviados con guantes y ganas de tocarlo todo, van a aprender el trabajo de los geólogos en la descontaminación de suelos afectados por la minería, como la arena de la bahía de Portmán (Murcia) que Luz guarda en pequeños frasquitos.
“El medio ambiente lo tenemos en todos lados y el riesgo de la contaminación nos afecta a todos”, justifica la geóloga y Vicedecana de Estudios, Calidad e Innovación de su facultad.
Ciencia para chuparse los dedos
Algunos de los participantes degustando alimentos elaborados con espirulina./ Juana Navarro.
Llega la tarde y José Luis y María Paula, matrimonio, acuden un año más a una actividad de “la Noche”, esta vez en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UCM. “Yo siempre estoy pendiente de estas actividades que sé que se celebran en septiembre”, comenta ella. “Y yo busqué una que le gustase, porque ella está muy interesada en los productos naturales, cuenta él. Y así es como llegaron a “Verde que te quiero verde: microalgas o el superalimento verde”, la actividad que lideran Juana María Navarro y Begoña Gómez.
Ellas, junto a los estudiantes de doctorado Marcos y Loles, nos adentran en el mundo de la espirulina, una microalga con nutrientes y proteínas que la convierten en un alimento de gran potencial, pero al que hay que saber tratar. Bizcochos, pastas y tartas de queso con y sin espirulina les esperan a los asistentes en la cata posterior a la charla introductoria. Por sus caras, parece que no les disgusta el nuevo ingrediente.
Una profesional de la escuela de hostelería prepara la degustación. /M. Milán.
De catas iba la tarde porque, en el otro lado del campus, en la Facultad de Veterinaria, los garbanzos, las lentejas y las algarrobas, entre otras, protagonizan la última actividad, “Legumbres. Un poquito de historia, una pizca de ciencia y mucho de cocina".
En esta ocasión, las profesoras Isabel Cambero y María Arias se alían con la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid y el maridaje resulta un éxito. La veintena de asistentes observan a los aspirantes a chefs trabajar con diferentes legumbres en cuatro talleres en los que crearon recetas con nuevas texturas apoyadas en la cocina molecular.
Miguel Ángel Contreras, su profesor en la escuela, observa orgulloso a sus alumnos de primer y segundo curso y comenta que para uno de ellos hoy es el primer día que se enfunda su “chaquetilla” de chef. Probamos el aire de manzana, guisantes y apio que nos ofrece Lucas y relamemos la cuchara. Esto sí que es dejar con buen sabor de boca al público de la Noche. ¡Qué aproveche!
La Noche Europea de los Investigadores e Investigadoras es un evento de divulgación científica que se celebra simultáneamente en más de 350 ciudades del continente. En Madrid, está coordinado por la Fundación para el Conocimiento madri+d y las actividades de la UCM están organizadas por la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) de la OTRI.