¿Estamos preparados para el posible impacto de 2024 YR4?
Esta semana saltaban las alarmas como si de una película de ciencia ficción se tratase: el asteroide 2024 YR4 alcanzaba una probabilidad de impactar con la Tierra en 2032 del 2,8 % -según la ESA- y del 3,1 % -según la NASA-, las mayores registradas para un cuerpo superior a 30 metros. ¿Qué supone esta actualización? ¿Seguirá subiendo? ¿Dónde impactaría? Y, lo más importante, ¿estamos preparados?
Imagen generada por IA de un asteroide acercándose a la Tierra. / Shutterstock.
20 de febrero de 2025.
*Actualizado 21 de febrero de 2025.
El 6 de junio de 2024, uno de los sondeos a la caza de asteroides cercanos a la Tierra que podrían colisionar con nuestro planeta descubrió el objeto designado como 2024 PDC25, unos meses más tarde, se confirmó que iba a colisionar con la Tierra el 24 de abril de 2041, el impacto devastará un área habitada de más de 100 kilómetros cuadrados. Estos datos ficticios corresponden al ejercicio práctico diseñado para ser realizado durante la próxima Conferencia de Defensa Planetaria, a celebrarse en Stellenbosch, Ciudad del Cabo, Sudáfrica entre los días 5 y 9 de mayo de 2025.
El ejercicio fue propuesto hace meses como una forma de comprobar nuestro nivel de preparación ante una hipotética catástrofe cósmica. Pero a veces la naturaleza juega con nosotros y lo que parecía un escenario de ciencia ficción puede transformarse repentinamente en algo muy real.
Un porcentaje que podría variar con más datos
El pasado 27 de diciembre uno de estos sondeos caza-asteroides que observa desde Río Hurtado en Chile descubrió uno más de los centenares de miles de objetos cercanos a la Tierra que habitualmente se aproximan a nuestro planeta sin consecuencias. Sin embargo, este objeto en particular, 2024 YR4, estaba destinado a acaparar las portadas de los medios a nivel mundial.
A finales de enero, conforme se obtenían más datos de 2024 YR4, empezó a quedar claro que no era uno más. Los cálculos indicaban que podría colisionar con la Tierra el 22 de diciembre de 2032 con una probabilidad del 1%. En estudios estadísticos, cuando la probabilidad de un suceso supera el umbral del 5 % se empieza a considerar significativa. Por tanto, todavía no se trata de algo que deba preocuparnos en exceso.
En ocasiones anteriores, se han producido situaciones puntuales en las que la probabilidad de impacto de un objeto recién descubierto ha tenido valores iniciales relativamente elevados, aunque siempre por debajo del 5 %. Lo normal es que, al obtenerse más datos, el valor de la probabilidad de colisión disminuya rápidamente. ¿Está ocurriendo esto en el caso de 2024 YR4?
La respuesta es que, de momento, tal vez no. Los valores estimados de esta probabilidad a 18 de febrero de 2025, estaban entre 2,8 % y 3,1 %, todavía por debajo del valor umbral del 5 %. Sin embargo, un día después (19 de febrero), una de las estimaciones ha bajado al 1,5 %. El 20 de febrero la probabilidad ya ha descendido al 0,28 %.
¿Qué pasa si en los próximos días se supera el 5%? Nada, todavía tenemos casi un 95 % de posibilidades de que 2024 YR4 pase a una distancia segura de nuestro planeta, sin colisionar con él.
¿Y si la probabilidad se convierte en certeza y eventualmente se confirma que la colisión tendrá lugar el 22 de diciembre de 2032? Ciertamente, no será el fin del mundo.
Un tamaño ya conocido y un posible impacto en alta mar
A falta de datos adicionales, este objeto podría tener un tamaño similar (las estimaciones hablan de entre 43 y 96 metros) al que causó el impacto de Tunguska en Siberia, el 30 de junio de 1908, que no produjo víctimas entre la población aunque sí daños materiales muy cuantiosos.
Ya existe incluso una estimación del área de riesgo que podría resultar afectada por el impacto de 2024 YR4. Dado que el 71 % de la superficie de la Tierra está ocupada por mares y océanos, no es sorprendente que la región de riesgo incluya principalmente áreas correspondientes a alta mar. El hecho de que el tamaño de 2024 YR4 sea relativamente pequeño y que las predicciones sugieran un probable impacto, si este llega a producirse, en el Atlántico, hacen que el riesgo real de causar víctimas y daños materiales sea bajo.
¿Y si con más datos se llega a la conclusión de que el impacto afectará a lugares habitados, quizás incluso densamente poblados? En este caso habría que pensar en evacuaciones pero con una fecha de impacto a finales de 2032 hay tiempo más que suficiente para minimizar los efectos del impacto.
Pero, ¿y si no está sólo y viene acompañado por otros objetos aún por descubrir? Existe una posibilidad real de que existan otros objetos similares a 2024 YR4, en términos de tamaño y propiedades orbitales.
Un estudio reciente muestra que, en efecto, hay más objetos pero ninguno de ellos en peligro inmediato de colisión y todos de tamaños similares o menores que el de 2024 YR4. Incluso un fragmento más pequeño podría haber colisionado con la Tierra el 9 de enero de 2015 dando lugar a una brillante estrella fugaz observada en Porangaba, Sao Paulo, Brasil, que produjo meteoritos.
En resumen, la situación está bajo control y ocurra lo que ocurra no hay motivo para la alarma en el caso de 2024 YR4. Sin embargo, este episodio nos puede ayudar mucho a mejorar, a nivel planetario, nuestro nivel de preparación de cara a un futuro impacto de mayor importancia.
El autor de este texto, Raúl de la Fuente Marcos, es investigador del grupo de Astronomía Espacial y Minería de Datos de la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid.
Referencias:
Is Virtual Impactor 2024 YR4 Related to the Porangaba Meteorite Fall?
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
Universidad Complutense de Madrid
uccucm@ucm.es
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