Las riadas en Valencia: acertada predicción, fallida prevención

A inicios de la semana del 28 de octubre se formó en España una depresión aislada en niveles altos (DANA), anunciada desde días antes por la Agencia Española de Meteorología (AEMET). Una DANA es un fenómeno atmosférico que suele producir fuertes lluvias que pueden provocar inundaciones y riadas en ríos y torrentes que permanecen secos el resto del año. Las DANA no son eventos extraños en el este y sur de España, con un clima mediterráneo con frecuentes lluvias cortas y fuertes en otoño. Sin embargo, esta DANA ha sido excepcional en cuanto a volumen de lluvias, duración, extensión y cuantiosos daños, incluyendo pérdidas de vidas.

 

La provincia de Valencia fue la más afectada por la DANA del martes 29 de octubre. / Shutterstock.

La provincia de Valencia fue la más afectada por la DANA del martes 29 de octubre. / Shutterstock.

13 de noviembre de 2024. Aunque son muchas las zonas afectadas, la devastación en el área metropolitana de Valencia es excepcional; a día de hoy, las víctimas mortales ascienden a 215 y todavía hay 17 desaparecidas. Este elevado número de víctimas no tiene precedentes desde hace décadas, y creemos que no se debe únicamente a la excepcionalidad de esta DANA sino también a la gestión de la emergencia.

Una enorme DANA que los servicios de meteorología predijeron con precisión

El viernes 25 de octubre, AEMET ya anunció la formación de una DANA con fuertes lluvias generalizadas en España, pudiendo ser muy fuertes en la zona mediterránea. Durante los días siguientes, según avanza el fenómeno, la información va siendo más precisa respecto a la localización, la intensidad y los tiempos.

Poniendo el foco en el área de Valencia, el día 29 de octubre, AEMET a las 7:36h cambia su alerta naranja de la noche anterior por alerta roja en el litoral sur de Valencia: fenómeno meteorológico inusual, de intensidad excepcional, con riesgo muy alto para la población. La AEMET fue emitiendo sucesivas alertas extendiendo el área afectada por alerta roja, y a las 9:20h AEMET envía el siguiente mensaje: “¡Mucha precaución! Lluvias torrenciales en puntos de la Comunitat Valenciana. El peligro es importante, e incluso extremo, en algunas comarcas. Mantente informado de la predicción del tiempo y aléjate de cauces, ramblas y zonas bajas inundables”. A las 9:41h, extiende la alerta roja a toda la provincia.

Demasiado tarde y acciones reactivas

En España, cuando una emergencia afecta a varios municipios, la ley de protección civil determina que la máxima autoridad es el/la Presidente de la Comunidad Autónoma, con la asesoría de un equipo de expertos. Pese a las numerosas alertas previas de la AEMET, el Presidente Autonómico no se refirió públicamente a la DANA hasta ese mismo martes a las 9 de la mañana, pidiendo a la población mantenerse alerta en las carreteras y seguir los avisos de las autoridades.

Las fuertes lluvias de esta DANA se han producido en las cabeceras de los ríos. El agua que caía río arriba, con precipitaciones que alcanzaron en pocas horas los 500 mm por metro cuadrado, se vertía río abajo inundando pueblos como Utiel hacia el mediodía, y la zona de la Ribera por la tarde. La riada se desplazaba como un tsunami, siguiendo el recorrido de ríos y torrentes inundándolo todo. Aunque estos volúmenes de agua no tenían precedentes, y, en cualquier caso, habría sido una catástrofe ante la falta de medidas preventivas a largo plazo, la posibilidad de grandes riadas era previsible desde la mañana. Sin embargo, el Presidente restó importancia a las previsiones e incluso envió un mensaje en redes sociales sobre las 13.00 horas indicando que el episodio cesaría a las 18.00 horas. El hecho de que no lloviera en la ciudad de Valencia también puede haber influido en la subestimación del riesgo, sin embargo, los expertos saben que la cantidad de lluvia caída en un lugar no refleja el volumen de agua que puede llegar desde aguas arriba.

A medida que la situación empeoraba y varios pueblos se inundaban, a las 16:00 horas, se convoca la primera reunión del CECOPI (Centro de Coordinación Operativa Integrado) que se reúne a las 17:30h. Casi a la misma hora, se solicita al Gobierno Central el apoyo de la UME (Unidad Militar de Emergencia), que es asignada a la zona ya inundada de Utiel.

Si bien Emergencias 112 CV lanzó alertas a lo largo del día, incluido un aviso especial de alerta hidrológica en los ríos Magro y Júcar a las 17:41h, no fue hasta las 20:12 horas cuando se envió el primer mensaje de advertencia a los teléfonos móviles de todos los ciudadanos. El mensaje pedía a la población que, como medida preventiva, evitara cualquier desplazamiento en la provincia de Valencia y estuviera alerta de futuros avisos. A esa hora, muchas personas ya estaban atrapadas en sus automóviles, y otras, después de leer el mensaje, fueron a sus garajes para sacar sus vehículos a la calle. Esta ha sido una práctica común en otros casos porque los garajes suelen inundarse. Todas eran actividades arriesgadas que dejaban a la gente atrapada en sus garajes o viajando hacia lugares seguros, sin saber el poco tiempo que tenían entre el aviso y la llegada del agua.

Todas las acciones que se organizaron fueron en respuesta a eventos desastrosos. ¿Por qué las autoridades no planearon suficientes acciones preventivas o no actuaron más rápidamente? Esta pregunta debe estudiarse en detalle en las próximas semanas.

El papel de los expertos en gestión de desastres

Las autoridades tuvieron una percepción errónea de los riesgos, y muchas acciones no se tomaron o se realizaron en el momento incorrecto. Una hipótesis es que no hubiera personas expertas en gestión de desastres en el equipo de emergencias; la otra es que esas personas no fueran escuchadas. Para diseñar un buen plan de acción se requiere amplio conocimiento y experiencia en gestión de desastres, y medios de apoyo a la toma de decisiones (como simuladores conectados con servicios meteorológicos e hidrológicos), para estimar y valorar las situaciones actuales y futuras.

A pesar de las predicciones acertadas sobre la llegada de una DANA, su potencial devastador fue inesperado, y el desastre material probablemente no se podría haber evitado con medidas tomadas ese día. Afortunadamente, España cuenta con recursos suficientes para responder y recuperarse de este evento, además de contar con otros mecanismos como el Fondo de Solidaridad de la Unión Europea para minimizar el impacto económico en un país que sufre un desastre natural importante.

Sin embargo, lamentablemente, muchas personas pensamos que una mejor gestión de esta DANA, con una toma de decisiones preventiva en lugar de solo reactiva a los trágicos acontecimientos que se iban desarrollando, tal vez habría llevado a un número inferior de víctimas mortales.

 

Las autoras de este texto son:

Begoña Vitoriano

Profesora de Investigación Operativa, Universidad Complutense de Madrid (UCM), Coordinadora del grupo UCM Modelos de Decisión en Logística y Gestión de Desastres (Logística Humanitaria), Coordinadora anterior del Máster en Gestión de Desastres de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Politécnica de Madrid.

Gemma Berenguer

Profesora de Organización de Empresas e Investigadora Ramón y Cajal, Universidad Carlos III de Madrid, Coordinadora del EURO Working Group of Humanitarian Operations (EURO-HOPe).


 

      
Unidad de Cultura Científica y de la Innovación
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
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