Fiebre aftosa en Alemania, ¿amenaza para Europa?
El 9 de enero se ha disparado la alarma en Europa. En una explotación de búfalos de agua en Hoppegarten, Brandenburgo, Alemania, ha comenzado un brote de fiebre aftosa (FA). Esta enfermedad, también llamada glosopeda, es la más contagiosa de los mamíferos. Aunque no es una zoonosis y no se pueda transmitir a las personas, su gran capacidad de transmisión la convierte en una de las más perjudiciales para la economía ganadera.
El 9 de enero se notificó el brote de fiebre aftosa en búfalos de Alemania. / Shutterstock.
24 de enero de 2025.
La alarma de fiebre aftosa (FA) alemana no es infundada, puesto que produce enormes pérdidas económicas al limitar las exportaciones (tanto de animales vivos como de sus productos) y por las medidas de control que hay que implementar. El Reino Unido experimentó una crisis similar con enormes pérdidas en 2001 (que se extendió a Francia, Países Bajos, e Irlanda), muchos de los lectores lo recordarán. El último caso europeo se dio en Bulgaria en 2011 y en Alemania no se había dado ninguno desde 1988. En España no hemos tenido FA desde un foco en Talavera de la Reina en 1986.
¿Qué es la fiebre aftosa?
El nombre de fiebre aftosa deriva de que se forman aftas (vesículas muy dolorosas) en el morro, boca y lengua (de ahí el término gloso), en las pezuñas y piel próxima a ellas (de ahí el término peda), y en las ubres. Se puede pensar que la formación de aftas no es peligrosa, pero a los animales que padecen la enfermedad les cuesta comer por las aftas en la boca y porque la cojera les impide llegar a los comederos, por lo que pierden peso, y además tienen disminución de la producción láctea.
Está producida por un virus (FMDV), en concreto un picornavirus, que presenta gran variabilidad genética y del que se conocen siete serotipos (el alemán es de serotipo O, muy próximo a un FMDV secuenciado el año pasado en Turquía) sin reacciones cruzadas entre sí, cada uno con muchos subtipos. La falta de reacciones cruzadas dificulta extremadamente la prevención mediante vacunación.
La FA afecta a los animales de pezuña hendida, tanto domésticos, como los bóvidos, las ovejas, las cabras, los cerdos, como silvestres, incluidos los ciervos, los jabalís, los muflones. El ganado vacuno es el hospedador natural, y el búfalo africano es el principal reservorio. A pesar de su amplio rango de hospedadores, no se transmite a las personas, es decir, no es una zoonosis.
No obstante, su gran capacidad de transmisión, pudiendo afectar al 100% de las poblaciones susceptibles, convierte a esta enfermedad en una de las más perjudiciales para la economía. Tras programas de erradicación de la infección rigurosos, la mayoría de los países desarrollados están libres de FA.
Este virus es muy resistente a las condiciones ambientales y a los agentes físicos y químicos, y muy estable en sangre, cadáveres, leche y carne. Se puede transmitir por múltiples vías: por contacto entre animales infectados y susceptibles, por los productos antes mencionados (carne, leche, cuero, lana, etc.), por el aire, pudiendo viajar hasta 60 km por tierra en zonas templadas y húmedas, y más de 300 km sobre el mar, y por objetos inanimados, como monos de trabajo, botas, camiones, bebederos y cualquier otro utensilio que se haya podido contaminar con el virus. El panorama se vuelve más alarmante si tenemos en consideración que los animales infectados eliminan grandes concentraciones de virus en secreciones y excreciones antes de la aparición de la sintomatología y que los animales recuperados pueden quedar como portadores inaparentes.
¿Cómo se pueden controlar los brotes?
Es una enfermedad de declaración obligatoria y muy difícil de controlar. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) exige que cuando aparezca un brote en un territorio, éste se intente erradicar sin demora. Actualmente existen vacunas que permiten diferenciar los animales que están vacunados de los que están infectados (vacunas DIVA). Los países se resisten a su empleo principalmente por dos motivos: (1) su eficacia está mermada por la gran variabilidad de los virus, con ausencia de protección cruzada entre los serotipos, por lo que deben ser polivalentes o muy específicas de la región, y (2) perderían el reconocimiento de “país libre sin vacunación”, que implica ventajas comerciales sobre el de “país libre con vacunación”. No obstante, los Países Bajos acaban de adquirir 100 000 dosis por si la enfermedad llegara a sus puertas: para ellos es más barato limitar las exportaciones que sacrificar miles de animales.
En la zona de Brandenburgo han implementado una serie de medidas que de momento parece que están conteniendo la difusión del virus, incluyendo entre otras la inmovilización de la explotación afectada, el sacrificio de todos los animales de pezuña hendida de la misma (no se permite el tratamiento), el establecimiento de un radio de bioseguridad de 10 km de vigilancia alrededor del foco. Estas medidas pertenecen al protocolo anti-FA de la Unión Europea, Reglamento Delegado 687/2020.
Alemania cuenta también con una poderosa herramienta: tiene un banco de antígenos derivados del virus de la FA que le permitiría emplear vacunas muy próximas a las que han producido este brote, aunque de momento no están vacunando. A 20/01/2025 el brote parece controlado.
Numerosos países terceros, incluidos Rusia, Japón y Reino Unido, han cerrado el comercio con Alemania de animales y sus productos. En España los servicios veterinarios han inspeccionado las explotaciones que han recibido animales susceptibles de la zona afectada en los últimos 60 días y no han detectado síntomas o lesiones compatibles con la enfermedad. Hay que extremar las medidas de bioseguridad, especialmente en lo que se refiere a cuarentenas, control de acceso de personas, y desinfección de vehículos y equipamientos. Hay que sensibilizar a la población general sobre el peligro de esta enfermedad y la necesidad de notificación inmediata ante cualquier sospecha de la enfermedad. Además, no se podrán exportar productos importados de Alemania.
Parece que la contundencia con la que las autoridades alemanas han actuado frente al brote ha protegido al resto de Europa de que se difunda. España tendría mucho que perder si la FA llegara a nuestro país, por el alto puesto que ocupa en el ranking de exportaciones animales de bovino y porcino. No bajemos la guardia, que el virus acecha en muchos sitios.
Esperanza Gómez Lucía es experta en virus animales. Hasta 2024 ha trabajado como Catedrática de Universidad en el Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria (UCM). Miembro de la Sociedad Española de Virología (SEV).
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
Universidad Complutense de Madrid
uccucm@ucm.es
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