Los retos de la comunidad educativa en el síndrome de Asperger
Desde el año 2007, el 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger (SA). Esta fecha conmemora el aniversario del nacimiento de Hans Asperger, psiquiatra austríaco que describió por primera vez este síndrome en 1944. Las peculiaridades y necesidades especiales de las personas con SA en materia de educación requieren que se aborden temas como la formación específica de los profesionales, la adaptación de los centros educativos o el acoso escolar, entre otros.
La adaptación de los centros educativos y la lucha contra el acoso son algunos retos. / Shutterstock.
18 de febrero de 2022.
El síndrome de Asperger (SA) se incluyó en los manuales diagnósticos en 1992 y en la actualidad forma parte de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA), caracterizados por la presencia de dificultades en la comunicación social y patrones repetitivos y restringidos de conducta, actividades e intereses.
El SA presenta unas peculiaridades y características específicas que no siempre son bien entendidas y tratadas en entornos educativos. La edad de diagnóstico media se encuentra en la actualidad en los 6,2 años, siendo este el primer reto: cuanto antes se detecte, mejor podremos entender y apoyar a la persona en las primeras etapas del desarrollo.
Estudios recientes destacan algunos aspectos que hay abordar en las escuelas para mejorar la inclusión y la atención educativa del alumnado con SA.
Formación específica de los profesionales
Esta variable es una de las más importantes para los profesionales involucrados en la educación de estas personas. Frecuentemente, el profesorado percibe carencias y necesidades en su formación específica. Las familias y el alumnado, por su parte, también señalan la formación específica como un elemento fundamental para que se produzca una educación de calidad.
Las áreas más destacadas en las que se necesita formación son el manejo de los problemas de conducta, la intervención en habilidades sociales y la comunicación con el alumnado con SA.
Estructuración y adaptación del entorno
El 18 de febrero es el Día Internacional del Síndrome de Asperger / Shutterstock.
Es importante que los centros se adapten a todo el alumnado y no al revés. En el caso de los alumnos y alumnas con SA, necesitan que se tomen medidas especiales como la reducción del ruido, la estructuración del ambiente, la utilización de Sistemas de Comunicación Aumentativos y/o Alternativos (SAACs), la sensibilización del resto de alumnos acerca de las características del SA, el desarrollo de planificaciones individualizadas de la enseñanza o el tamaño de los centros.
En un estudio, los autores Zainal y Magiatti observaron que los déficits en la adaptación del entorno incrementan la ansiedad y fobia sociales en el alumnado con SA.
Acoso escolar
En los últimos años, se está produciendo un aumento de casos de bullying entre alumnos y alumnas con TEA. En el estudio de Adams, Taylor, Duncan y Bishop se analiza a 54 adolescentes con TEA e indica que el 35 % sufrió algún tipo de acoso durante el último mes, el 50 % una vez a la semana y el 61 % una vez al mes.
Por lo tanto, es necesaria la implementación de programas, como la “tutoría entre iguales”, que tengan por objetivo disminuir la incidencia de acoso escolar.
Colaboración y comunicación entre distintos profesionales y familias
Es fundamental la colaboración con otros profesionales como psicólogos educativos o profesores “asistentes” y con otros centros. Además, la comunicación entre centro y familias es una variable facilitadora de la inclusión educativa.
Intervenciones específicas fuera del centro educativo
Por último, destacan los beneficios de las intervenciones complementarias. McDonalds et al. vieron que, de 89 estudiantes con TEA, el 70.8% acudían al logopeda, el 56.2% a terapia ocupacional, el 15.7% realizaban alguna intervención en problemas de conducta y el 16.9% en habilidades sociales.
Las intervenciones complementarias de logopedas y otros especialistas son beneficiosas / Shutterstock.
El análisis de las variables que inciden en el éxito de los procesos de inclusión educativa de alumnas y alumnos con TEA y SA nos facilita incidir en la mejora de algunos aspectos de nuestro sistema educativo.
Las personas con SA necesitan que los profesionales que les rodean posean una formación especializada para realizar las adaptaciones e intervenciones específicas que cada persona necesite. Además, la cultura inclusiva del resto de la comunidad educativa es un requisito imprescindible, por lo que también será necesario realizar modificaciones a nivel institucional encaminadas a la sensibilización social.
La autora de este texto, Marina Jodra, es investigadora en el Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica de la Facultad de Educación de la UCM.
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
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