• Financiados por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, investigadores de la Universidad Complutense de Madrid analizan el estado de los territorios de la España rural.
• Además de las diez propuestas, se han elaborado mapas colaborativos y organizado talleres en centros educativos, entre otras actuaciones.

UCC-UCM, 13 de octubre de 2022. Un decálogo de actuación contra la despoblación de la España rural dirigido a las Administraciones públicas es uno de los resultados de la segunda edición del proyecto GEOVACUI de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Entre las propuestas se encuentran exigir el consenso entre partidos políticos, simplificar las trabas administrativas, mejorar la conectividad a Internet o analizar la singularidad de cada territorio.

La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) financia por segundo año este proyecto. Si bien en 2021 se realizó un estudio de aproximación general al fenómeno, la novedad de este año radica en centrarse en las iniciativas de cooperación contra la despoblación en áreas rurales.

“Hemos adoptado un discurso positivo en el que se ha querido visibilizar el trabajo que se está realizando para poder identificar patrones comunes", explica Carmen Mínguez, investigadora principal de GEOVACUI-2 y de la Facultad de Geografía e Historia de la UCM.

Además del decálogo, los investigadores han elaborado otra serie de materiales como el vídeo “Ni vacía ni vaciada: una España rural activa”, un mapa colaborativo y un repositorio con 89 iniciativas y la actualización de los geovisores que se crearon en la primera edición: sociodemográfico, población, accesibilidad y movilidad. 

Una parte importante de este proyecto es acercar el estado de la despoblación a las aulas para concienciar a los más jóvenes. Por eso, se han realizado talleres en educación Secundaria y Bachillerato en Badajoz, Ávila, León, Yecla, Calpe, Seseña, Chapinería, Las Rozas y Madrid.

Modelo de ciencia ciudadana

El proyecto también tiene como objetivos estimular la participación ciudadana en actividades de investigación y abrir debates colaborativos sobre la situación de la despoblación. 

GEOVACUI-2 sigue el modelo de ciencia ciudadana en el que los participantes están involucrados a lo largo de todo el proceso: conocen de primera mano los resultados, los comentan y proponen sugerencias a los investigadores.

“No son ciudadanos científicos, se trata de ciencia ciudadana. Nosotros escuchamos sus propuestas, las debatimos y las tenemos en cuenta, pero la última palabra la tenemos nosotros siguiendo el método científico”, diferencia Mínguez.