La dieta de las ardillas voladoras condiciona la forma de su cráneo
- Las especies con dietas poco nutritivas necesitan unos músculos masticadores más potentes
- El estudio de la Universidad Complutense de Madrid aporta conocimiento sobre un grupo poco estudiado y puede aplicarse en estrategias de conservación
Las ardillas voladoras forman parte de un grupo poco estudiado que habitan principalmente en Asia. / Shutterstock.
UCC-UCM, 9 de abril de 2025. La forma del cráneo de las ardillas voladoras (Pteromyini Sciuridae) está muy ligado a su dieta, ya que una menos nutritiva y más abrasiva requiere músculos más potentes, según un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
“Esta relación es congruente con algo estudiado en múltiples grupos: que, en general, las especies con dietas poco nutritivas y abrasivas necesitan comer más y durante más tiempo y, por tanto, necesitan aparatos masticadores potentes, mientras que dietas más nutritivas y/o blandas no requieren unos músculos tan grandes”, explica Álvaro Quesada García, investigador del Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la UCM.
El estudio, publicado en Frontiers in Zoology y en el que también participa el Instituto de Geociencias (UCM-CSIC), se centra en las ardillas voladoras, un grupo muy poco estudiado que habita principalmente en las selvas del Sudeste Asiático, Malasia e Indonesia.
Los investigadores señalan cráneos grandes, anchos y robustos en las especies folívoras –las que se alimentan de hojas– y generalistas –alimentación tanto de hojas como de frutos secos y de semillas–. Por su parte, las especies frugívoras –se alimentan de frutas– tienden a cráneos más pequeños y estrechos, y las nucívoras –comen frutos secos y semillas– presentan una amplia variabilidad.
Otro de los objetivos del trabajo fue evaluar si en los ambientes con más variedad de recursos, los biomas tropicales, existía más disparidad craneal que en los ambientes templados. Sin embargo, para sorpresa de los investigadores, apenas hay diferencias entre ambos ambientes.
“La explicación que encontramos es que, aunque en los biomas tropicales hay gran disparidad porque tienen más diversidad de ardillas voladoras, las especies de biomas templados tienen formas "más extremas" por adaptarse a nichos ecológicos más extremos, y eso les da más disparidad”, señala Quesada García.
Para llevar a cabo el estudio, Iris Menéndez, una de las autoras realizó una estancia doctoral en los museos de Historia Natural de Nueva York y Smithsonian de Washington, donde recopiló fotografías de cráneos de ardillas voladoras, de las que se extrajeron datos de sus formas utilizando técnicas de morfometría geométrica.
Después, en el Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la UCM se realizaron análisis estadísticos para evaluar la relación forma-dieta, tamaño-forma y para evaluar la disparidad morfológica por bioma.
Los resultados de este estudio pueden aplicarse en estrategias de conservación, ya que la mayoría de estas especies se encuentran con tendencias decrecientes y varias amenazadas por la destrucción de sus hábitats.
“Además, también aporta conocimiento general sobre el mundo que nos rodea, sobre la adaptación de los mamíferos a los distintos biomas, sobre su distribución en el planeta, sobre el funcionamiento de cada bioma”, concluye Quesada García.
Referencia bibliográfica: Quesada, Á., Hernández Fernández, M. & Menéndez, I. Cranial morphology in flying squirrels: diet, shape, and size disparity across tropical and temperate biomes. Front Zool 22, 5 (2025). DOI: 10.1186/s12983-025-00556-4.
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