La comunicación de la crisis climática en 2023: avances, desigualdades y desinformación

La interacción comunicativa resulta indispensable para promover la acción climática. En pleno siglo XXI, los productos y procesos de digitalización han transformado las formas tradicionales de comunicación mediada y han desarrollado nuevos dispositivos digitales de uso común, que nos mantienen conectados de forma ubicua e inmersos en un ecosistema comunicativo que nos desborda con información y estímulos constantes. Esta sobreabundancia de información ¿Sitúa a los ciudadanos en las mejores condiciones para conocer y comprender cuáles son los riesgos que afrontamos y las medidas necesarias para hacer frente a la crisis climática?

 

El informe examina los códigos éticos de la comunicación de la crisis climática. / Shutterstock. 

El informe examina los códigos éticos de la comunicación de la crisis climática. / Shutterstock. 

2 de agosto de 2024.

El V Informe del Observatorio de la Comunicación del Cambio Climático 2023 titulado 'La comunicación de la crisis climática y la transferencia social del conocimiento sobre la acción climática en medios e Internet' recoge los resultados del análisis de contenido aplicado a una muestra de 2627 informaciones procedentes de 41 medios convencionales en España de cobertura nacional y regional: (20 canales de televisión; 17 emisoras de radio y 4 diarios de prensa impresa); 311 fuentes online, diarios digitales en su mayor parte; y 381 cuentas de X, antes Twitter. Se presenta aquí un breve resumen de los resultados del análisis de aquellas publicaciones que abordan la crisis climática como tema principal (n=1699).

Entre otras muchas variables, este V Informe examina el grado de cumplimiento de varios códigos éticos relativos a la comunicación de la crisis climática, especialmente El Decálogo de recomendaciones para la comunicación del cambio climático y de la transición ecológica.

Cobertura informativa y transversalidad de la crisis climática

Los resultados indican que la primera recomendación del Decálogo en cuanto a la necesidad de promover la frecuencia, continuidad y transversalidad del cambio climático en los medios se hizo realidad en 2023. El volumen de información que circuló sobre la crisis climática ha continuado su tendencia alcista desde 2018, convirtiéndose en un asunto público relevante, con una media de 3,6 y 3,9 publicaciones diarias en la prensa convencional y digital, respectivamente. En los medios de radiodifusión convencional el promedio resultó algo inferior, alcanzando una media de 1,3 informaciones por canal y día en los medios de radio y un 1,1 en los medios de televisión.

Un año más comprobamos que los medios ya no divulgan el cambio climático como una crisis alejada en el tiempo y en el espacio. La velocidad a la que se está produciendo el calentamiento y la percepción de los impactos en todos los territorios contextualizaron el relato del cambio climático en el aquí y ahora.

El género informativo predominó en la radio y en la televisión a la hora de comunicar el cambio climático, si bien la transversalidad de esta crisis como referencia informativa provoca su expansión a otras secciones, especialmente en la prensa, en la medida en la que los impactos y las soluciones comprometen la economía, la salud o la alimentación.

En los diarios convencionales y digitales de mayor audiencia apreciamos una amplia cobertura y la existencia de secciones especializadas. En los medios públicos de radiodifusión, encontramos programas que se erigen como clásicos de la información ambiental, si bien la gravedad, transversalidad y aceleración de esta crisis demanda la creación de nuevos espacios con mayor celeridad. En cuanto a los marcos temáticos más empleados, en la siguiente figura podemos apreciar las diferencias por soportes.

Infografía de Isidro Jiménez-Gómez para el V Informe (n=1699)

Infografía de Isidro Jiménez-Gómez para el V Informe (n=1699)

 

Fuentes científicas sí, pero número insuficiente

Aquí conviene tener en consideración un hecho diferencial importante entre los medios y la red X. Mientras que en el 95% de las informaciones en los medios sí es posible identificar la fuente de datos, en X este porcentaje se reduce significativamente. Por otra parte, cabe destacar que en dos terceras partes de las publicaciones analizadas en todos los soportes se emplea una única fuente de información.

En el año 2023, los medios convencionales de radio y televisión progresaron en el cumplimiento del Decálogo a la hora de otorgar prioridad a las fuentes científicas, que fueron también las más frecuentes en X. Resultan destacables las iniciativas emprendidas por parte de la comunidad científica y del periodismo especializado en ciencia y medio ambiente en diversas plataformas, que ofrecen fórmulas alternativas que podrían resultar inspiradoras para los medios de radiodifusión.

Sesgo de género en los medios y anonimato en X

En 2023 se introdujo la perspectiva de género en el estudio, analizando el género de los declarantes y del principal aludido/a en todos los soportes. Los resultados han sido sorprendentes y reveladores: el género masculino resultó mayoritario en los posibles roles del declarante principal: científico, periodístico, político/ administración o empresario. Solo es mayoritario el género femenino en el rol del activismo. El género o la identidad no pudieron ser identificados en un 32% de los casos, porcentaje que se incrementa X.

La comunicación de los impactos, las causas y las soluciones de mitigación y adaptación

Los impactos siguen siendo comunicados en mayor medida que las causas. Ya están aquí y son percibidos por la mayor parte de la ciudadanía, sobre todo asociados a las olas de calor y a la falta de lluvia. Cabe destacar el trabajo que realizan los profesionales de la información meteorológica a la hora de comunicar la crisis climática.

El Decálogo hace hincapié en la necesidad de comunicar la ruta de esta transición ecológica que estamos emprendiendo colectivamente. El camino está trazado por las medidas de mitigación y adaptación. Las primeras son comunicadas en un 53,4% de los casos y las más referidas son la conservación de los ecosistemas naturales, la producción de energía con fuentes renovables y cambiar el consumo ciudadano.

En cuanto a las medidas de adaptación, encontramos que el promedio de informaciones en las que no consta ninguna de ellas se eleva al 49,0% del total. La conservación de los ecosistemas naturales, la necesaria mejora en la gestión y el uso cotidiano del agua y la educación en valores son las tres más relevantes.

El negacionismo y los frenos en el avance de la acción climática

El Decálogo también hace referencia a la necesidad de renunciar a la falsa simetría basándose en la certeza científica, así como a la necesidad de desvelar el negacionismo en el discurso para desmentir aquellas informaciones o creencias falsas.

La desinformación es un fenómeno complejo que afecta a esta sociedad hiperconectada en un contexto de sobreabundancia de datos que no todas las personas son capaces de comprender, contrastar y ordenar, especialmente aquellas con menores conocimientos sobre problemáticas complejas, como la crisis climática.

Se han detectado errores y falsedades que guardan relación con el desconocimiento sobre lo que se opina o sobre lo que se publica, fundamentalmente en las redes sociales, pero también en algunos medios.

Lo que encontramos verdaderamente preocupante son aquellos discursos elaborados con la deliberada intención de generar desconfianza en el mensaje de la ciencia o en las medidas de mitigación y adaptación. Hallamos aquí intereses que, por motivos diversos, trataron de desinformar deliberadamente en 2023. Este fue un año en el que se celebraron elecciones autonómicas, municipales y nacionales, y pudimos comprobar cómo diversos postulados negacionistas pasaron a formar parte de las estrategias de campaña.

La crisis climática y la transición ecológica nos sitúan frente a un gran desafío que puede marcar un cambio de época. Esto despierta incertidumbre y temor en gran parte de la población, algo que nos hace más vulnerables ante una estrategia de manipulación que tendrá más éxito cuanto peor sea nuestro conocimiento, tanto del problema como de las soluciones. Frente a estos riesgos, la información de calidad y la alfabetización mediática y digital pueden generar los anticuerpos necesarios para combatir las estrategias de infoxicación. Necesitamos información de calidad y de servicio público, algo que solo nos pueden garantizar las fuentes científicas y unos profesionales de la información formados, independientes y con unas condiciones laborales dignas.

 

La autora de este texto es Gemma Teso, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y coordinadora del Observatorio de la Comunicación del CC.

 


 

      
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