Seis claves para prevenir las complicaciones del pie diabético
Cada 20 segundos, en algún lugar del mundo, una persona sufre una amputación del pie o de la pierna a consecuencia de la diabetes. Al año, la cifra asciende a un millón. Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra el 14 de noviembre, ponemos el foco en la prevención de las complicaciones relacionadas con el pie diabético, una de las consecuencias de este trastorno metabólico ocasionado por el exceso de azúcar en sangre.
Si no se trata de forma adecuada, el pie diabético puede derivar en complicaciones graves. / Shutterstock.
14 de noviembre de 2024.- El pie diabético es una de las principales complicaciones en personas que padecen diabetes, que puede afectar gravemente la salud y la integridad de sus pies y que si no se trata de manera adecuada puede derivar en úlcera, infección, necrosis o gangrena, amputación y en los casos más graves la muerte.
¿Por qué ocurre el pie diabético? Las causas
Para entender esta enfermedad, es necesario saber que la diabetes afecta al organismo a distintos niveles. Una diabetes mal controlada puede dañar los nervios, conocido como neuropatía diabética. Quien la sufre pierde la sensibilidad en sus pies y no siente ni un simple roce, presión, o dolor. A ello le sumamos que también puede dañar las arterias, lo que se denomina enfermedad arterial periférica, provocando que la sangre no llegue bien a los pies y las piernas. Aunque existen otras causas, principalmente estas dos condiciones asociadas favorecen la aparición de úlceras que, por pequeñas que sean, pueden empeorar rápidamente infectándose o necrosándose lo que, en ocasiones, requerirá la amputación parcial o total del pie.
La buena noticia es que, con unos cuidados adecuados, es posible reducir el riesgo y prevenir las complicaciones más graves del pie diabético.
Revisión diaria
Uno de los hábitos más importantes que una persona con diabetes tiene que realizar a diario es revisar sus pies, por sí mismo, quizás utilizando un espejo para las zonas más difíciles de ver o, si no puede, pidiendo ayuda a un familiar o persona responsable de su cuidado. Recordemos que, debido a la neuropatía, es posible no sentir una rozadura o una pequeña herida que pueden ser el inicio de una úlcera. En la revisión, tómate tu tiempo, presta especial atención a la planta, el dorso y los espacios entre los dedos.
Ante la presencia de roces, ampollas, cortes, cambios de color en la piel, inflamación, zonas anormalmente frías o con calor, patologías de la piel o de las uñas como durezas o uñas clavadas o si encuentras cualquier anomalía, es importante acudir a unidades especializadas en el manejo del pie diabético de inmediato para evitar que la lesión empeore.
Higiene adecuada, secado minucioso e hidratación
Lavar los pies a diario con agua tibia y jabón neutro, comprobando previamente la temperatura del agua con la mano, es una medida esencial, ya que se pueden evitar quemaduras por no sentir con los pies que el agua quema. Una vez lavados, hay que secarlos minuciosamente, sobre todo entre los dedos, ya que la humedad puede favorecer la proliferación de infecciones.
Además, es recomendable aplicar una crema hidratante. Las hay específicas para esta complicación, pero si el especialista no recomienda ninguna, una crema hidratante con un 10 % de urea en su composición puede prevenir la sequedad y las grietas. Es importante que no se aplique entre los dedos, ya que esto podría aumentar la humedad y favorecer las infecciones.
Uso de calcetines y calzado adecuado
Los calcetines son un aspecto relevante para tener en cuenta, ya que deben ser de fibra natural, sin costuras, sin gomas y de color claro, preferiblemente blancos para detectar manchas de sangre en caso de heridas.
El calzado juega un papel fundamental en la prevención de úlceras Se recomienda utilizar zapatos con suficiente amplitud, con horma ancha que evite comprimir zonas de presión, sin costuras internas que puedan generar roces o heridas y en casos seleccionados las suelas no deben ser flexibles. Los zapatos especialmente diseñados para el pie diabético y supervisados por un especialista son una excelente opción para quienes ya tienen deformidades, neuropatía y/o enfermedad arterial periférica.
Un aspecto muy importante para incorporar en la rutina diaria es revisar el interior de los zapatos antes de ponérselos para asegurarse de que no hay objetos o costuras irregulares que puedan causar una herida. También se debe evitar andar descalzo, incluso dentro de casa, ya que al no sentir se pueden producir cortes o clavarse un objeto accidentalmente sin darse cuenta.
Corte correcto de uñas
Realizar un corte de uñas correcto es crucial para evitar que se claven y se infecten. Además, debe evitar cortarse las uñas en casa debido a la dificultad para llegar a los pies, la pérdida de sensibilidad y en muchas ocasiones la pérdida de la agudeza visual relacionada con la retinopatía diabética hace de un acto cotidiano una práctica de riesgo. Por lo tanto, la mejor opción es acudir al podólogo especializado que podrá manejar las uñas evitando complicaciones.
Control de los niveles de glucosa en sangre
Mantener un control de la glucosa en sangre es básico para prevenir muchas complicaciones relacionadas con la diabetes, incluido el pie diabético. Como adelantábamos al inicio del artículo, niveles altos de glucosa son los responsables de generar un daño a nivel de arterias y nervios, provocando la enfermedad arterial periférica y la neuropatía diabética, lo que favorece la aparición de úlceras de pie diabético y la no cicatrización de estas.
Consultas periódicas con el especialista
El seguimiento regular en revisiones periódicas con un médico y un podólogo especializado en pie diabético es esencial para prevenirlo y tratarlo.
Estos profesionales ayudarán a detectar signos tempranos de neuropatía, enfermedad arterial periférica o deformidades en los pies y proporcionarán un cronograma de visitas según el riesgo de desarrollar complicaciones, que van desde revisiones una vez al mes a revisiones anuales, además de pautar los tratamientos adecuados para evitar complicaciones.
Ante antecedentes de úlcera y/o amputación es fundamental que se sigan las indicaciones pautadas por el especialista. El riesgo de recurrencia es alto y una atención precoz puede marcar la diferencia entre una recuperación y una amputación.
En resumen, en personas con diabetes, el pie diabético es una complicación grave con devastadoras consecuencias. Adoptar una rutina diaria de cuidado de los pies, mantener un control adecuado de la glucosa y acudir regularmente al especialista son medidas esenciales para reducir el riesgo de úlceras, infecciones y amputaciones.
La autora de este texto, Aroa Tardáguila García, es investigadora del Departamento de Enfermería de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología. Es miembro del Grupo Interdisciplinar de Estudio de Pie Diabético.
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