"En esta crisis estamos pagando en parte la reducción presupuestaria en innovación"
Físicos, médicos, matemáticos, bioquímicos y economistas de prestigio internacional integran, entre otros perfiles académicos, el reducido equipo de 16 investigadores e investigadoras del Grupo de Trabajo Multidisciplinar que asesora y apoya al Ministerio de Ciencia e Innovación en materias científicas relacionadas con las consecuencias, presentes y futuras, de la COVID-19. José Molero Zayas, Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid es uno de los miembros de este equipo. El experto en industria e innovación explica la misión del grupo, analiza el papel de la política científica y tecnológica en la recuperación de nuestra economía y destaca la importancia de la inversión en I+D+i para no caer en errores pasados.
José Molero en el acto académico Premio de Transferencia 2019. / UCM.
MARÍA MILÁN y ANA CASADO | El día 22 de abril se reunió por primera vez el grupo de trabajo multidisciplinar en que usted es uno de los expertos integrantes. ¿Cuáles son las prioridades y objetivos a corto plazo ahora mismo?
Hoy, 27 de abril, hemos tenido la primera sesión de trabajo propiamente dicha tras la primera toma de contacto de la semana pasada. Con este grupo vamos a hacer todo lo posible para ayudar, con datos, a la toma de decisiones del Ministerio. Por un lado, hay una orientación a corto plazo en la que participan expertos en todo lo que tiene que ver con la crisis de salud. Por otro, hay un segundo punto, en el que estoy incluido, sobre propuestas estratégicas como consecuencia de esta crisis. Es el menos inmediato, yo lo llamaría el “día después”. En mi campo de trabajo vamos a estudiar cómo deberíamos orientar la política científica y tecnológica del país.
Dicen que de las grandes crisis surgen grandes oportunidades. Como experto en Economía, ¿qué sectores destacaría que estén aprovechando la situación?
Hay sectores a los que les está viniendo muy bien como a las plataformas online: Microsoft Teams, Zoom o Amazon, entre otros. Más allá de eso, la propia crisis ha demostrado algunas cosas. Un ejemplo que utilizamos en el Foro de Empresas Innovadoras es la fabricación de respiradores en España coordinados por un grupo español que se ha hecho de la noche a la mañana, una reacción espontánea, innovadora, con nuestros propios medios. Al igual que ha sucedido en la Universidad Complutense, poniendo sus laboratorios al servicio del virus o fabricando material sanitario. De repente, un shock hace que se pongan en juego los mejores talentos y que estén saliendo cosas positivas. ¿Qué preocupa? Que sea flor de un día, que haya servido como mecanismo de reacción de la crisis y que después sea un “si te he visto no me acuerdo”. Una parte de mi misión es que, después de esa experiencia positiva, hagamos algo estructurado no solo para ahora, sino también para un futuro inmediato.
¿Valoraremos más la producción nacional?
Durante la crisis santitaria hemos necesitado material que no producimos aquí. Nos hemos tenido que poner a fabricar con una fantástica capacidad de reacción, pero si hubiésemos tenido una base estructural distinta, se podía haber hecho antes. Esto forma parte del mundo globalizado, pensar que podemos producir todo aquí es una utopía, no lo hace ningún país. Tendremos que ver de qué cosas debemos disponer. La política científica y tecnológica tiene que conseguir que tengamos un país más confiable en un futuro. No por la gente, que es muy válida, pero organizativamente nuestro sistema es más endeble que el de otros países más avanzados.
¿Acusaremos en esta crisis la insuficiente inversión en I+D+i en nuestro país?
Sin duda. Desde la crisis de 2008, los presupuestos en I+D+i se derrumbaron aproximadamente un 40%. Ha sido uno de los países de toda la OCDE que más ha reducido sus presupuestos en esta área, mientras que en otros aumentó a raíz de la crisis. Y eso se tiene que notar. Equipos desmantelados, gente que se tiene que ir fuera, proyectos interrumpidos. Así se resiente el sistema. En parte estamos pagando esa reducción presupuestaria en innovación y a ver si aprendemos que no podemos recortar en cosas críticas. Afortunadamente, ahora podemos estar reaccionando porque no se ha desmantelado al 100%. Si nos hubiera cogido con un sistema más fortalecido y menos reducciones presupuestarias y contratos de personal eliminados, hubiéramos tenido más fortaleza. Pero ahora hay que pensar en el futuro.
Según el Fondo Monetario Internacional, estamos ante la crisis más dura desde el crack del 29. ¿Nos tenemos que preparar para lo peor?
Molero asesorará sobre política científica y tecnológica del país. / Michal Jarmoluk.
Nadie duda de que ya ha comenzado una crisis que tendrá un impacto duro a corto plazo, no solo en España, y este será menor si las ayudas del Estado y de la Unión Europea son suficientemente grandes para amortiguarlo. El tema está en cuánto durará el impacto. Lo que dice el FMI sobre que en el corto plazo la caída de la producción va a ser muy alta es verdad, pero no acierta en la duración. La crisis del 29 no se resolvió hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Mi impresión de que no acierta en esa comparación se debe, entre otras cosas, a que ahora la Unión Europea ha reaccionado mejor que en la crisis del 2008. Se está poniendo más dinero en juego y el Banco Central Europeo va a ser más flexible. Nos ayudará si aplicamos de forma inteligente las medidas y hacemos bien las cosas.
¿Qué factores clave pueden recuperar el PIB perdido?
Todos los informes insisten en no cometer un error frecuente en la crisis de 2008 en España: despedir a la gente de las empresas, descapitalizarlas de su mayor activo que es su personal. Hay más conciencia de evitar esto para que cuando las cosas funcionen mejor las empresas no hayan perdido a sus trabajadores y puedan reaccionar. También hay que intentar que el capital tecnológico no se pierda. Si hacemos eso, mantener personal y tecnología, podemos evitar que la crisis sea todo lo dramática que podría ser.
En la recuperación industrial, y teniendo al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico dentro de este grupo de trabajo, ¿se tendrá en cuenta la sostenibilidad a la hora de reconstruir la economía?
Eso es lo que vamos a proponer. En mi área del trabajo, el binomio básico es industria e innovación, pero esos grandes proyectos industriales hoy en día están alineados con la sostenibilidad. En Europa tienen bastante claro que la sostenibilidad sea una oportunidad de inversión y de innovación y no un problema. Ahora mismo estamos concienciados, pero luego, cuando las crisis se pasan, la conciencia se olvida y tendremos que pelear para ello.
Sin duda, un sector que ya se está viendo golpeado en nuestra economía es el de los servicios, con el turismo a la cabeza. ¿Cómo podrá reducirse su impacto?
Está previsto que el mayor número de empleos perdidos sea en el sector turístico y en el de la construcción, porque han venido siendo un espejo ficticio de nuestra sociedad. Justo lo que proponemos es ir caminando a un modelo en el que la industria moderna y la tecnología lideren la economía del país. España debe ser conocida, además de por sus playas, por su ciencia, por su tecnología y por su capacidad de innovación. Soportaremos mejor otra crisis si trabajamos desde ahora. Aquí entraría también el papel de la Universidad, que no solo tiene por objeto investigar, sino también innovar. Hay que reivindicar más este rol.
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
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