En el curso que homenajea a Francisco Umbral

22 jul 2014 - 18:08 CET

El periodista y escritor Raúl del Pozo asistió a los Cursos de Verano para homenajear a Francisco Umbral en el curso dedicado al polifacético autor, del que heredó la columna que firmaba cada día en el diario El Mundo y que hoy escribe él mismo. “Tuve el honor y la gloria de ocupar su columna, pero también el trabajo terrible, porque suceder a un genio es imposible” dijo.

La relación entre Raúl del Pozo y Francisco Umbral discurría entre terrenos profesionales y personales. Por ello, del Pozo transmitió el sentido de responsabilidad que le otorga ocupar el lugar que ocupa como columnista en El Mundo. “Aunque era un amigo, era también demoledor en las críticas” apuntó.

El veterano periodista valoró el género de la columna como “la mejor cosa castellana que se haya hecho en los periódicos. Se trata de una mezcla de costumbrismo y paja mental, pero gusta mucho a los lectores”, y consideró que en este sentido, “Umbral no daba noticias, daba seres humanos y eso era maravilloso. Fue un columnista inmortal, imbatible e intratable”.

Siete años después de su muerte, Francisco Umbral sigue siendo una figura de referencia en el mundo de la literatura. “Era un torrente de vocablos y la gente le leía con gran alegría y sencillez”, señaló. El periodista destacó también la faceta juvenil del homenajeado, definiéndole como la “eterna adolescencia que consiguió convertir la columna en una discoteca, con toda la música contracultural”.

Por último, Del Pozo aconsejó a los columnistas actuales no alejarse de la actualidad si quieren realizar correctamente su trabajo: “Hay que descolgar el teléfono y escuchar el ruido de la calle”, nombre con el que además se conoce al espacio de su columna.