Policía Nacional pone el acento en las víctimas de la trata de personas
4 jul 2019 - 13:34 CET
Julia Martínez Mallada/ Foto: Nacho Calonge
Carlos Río, comisario jefe de la Brigada Central de Falsedades Documentales (CGEyF-UCRIF), señaló que uno de los grandes objetivos de la Policía Nacional, de acuerdo con el Plan Estratégico 2017-2021, es la lucha contra la trata y tráfico de seres humanos, en la que los derechos de las víctimas son el centro de todas sus actuaciones.
En su intervención en el curso Derechos humanos e igualdad en el ámbito policial dirigido por Mario Hernández Lores, el comisario jefe explicó la diferencia entre tráfico y trata. Mientras el primero se refiere simplemente al transporte porque, la persona al llegar a España, termina la relación con la organización criminal, la trata es el proceso siguiente al del transporte, “cuando la persona es explotada sexualmente o para fines laborales”. Además, en la línea con la nomenclatura de la Policía Nacional, recordó que el tráfico implica consentimiento y la trata se caracteriza por el uso de la coacción, el engaño o el abuso.
Asimismo, Río puntualizó que los principales problemas a los que se enfrentan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en lo relativo a la trata y el tráfico ilegal de personas son “la desconfianza o incredulidad de las víctimas a la policía, el miedo a represalias como ser detenidos y retornados o problemas de comunicación como el lenguaje, que requiere la presencia de traductores”.
Por último, clarificó, “las personas tratadas o traficadas no son delincuentes, son las víctimas”. Para atenderlas, el comisario manifestó que la Policía Nacional ofrece una respuesta “profesional, integral y multidisciplinar”, basada en la identificación, el asesoramiento, la posterior asistencia y, la actuación “muy importante” de la protección y la gestión de asilo.
Por su parte, Bernardo Alonso, jefe de Materialización de la Unidad Central de Expulsiones y Repatriaciones CIES y MENAS, dijo que el año pasado se inscribieron alrededor de 13.000 menores extranjeros no identificados en España, sobre todo de las áreas del Sahel y del Magreb, aunque, en general, de toda África. En declaraciones a los medios de comunicación, también precisó que el flujo migratorio depende de las condiciones del estado del mar.