La celulosa es el polímero renovable más abundante sobre la tierra, a partir del cual es posible obtener materiales lignocelulósicos nanoestructurados de gran interés y aplicación en diversos sectores industriales. La nanocelulosa, término general para refirse a estos materiales, constituye una alternativa sostenible a los materiales derivados del pétroleo en aplicaciones industriales de gran volumen (pasta y papel, materiales compuestos, embalaje, construcción, pinturas, alimentación, energía, medio ambiente, etc) y aplicaciones de elevado valor añadido (biomedicina, cosmética, electrónica flexible, sensores, baterias, catalizadores, etc).

El interés de la nanocelulosa radica en las excelentes características que posee: alta resistencia, elevada superficie específica, gran reactividad, buena estabilidad térmica, propiedades ópticas, eléctricas y magnéticas únicas, elevada capacidad de absorción de agua, transparencia, alta disponibilidad, renovable, biocompatible, sin toxicidad, material ligero, etc.

Debido a que la nanocelulosa se puede obtener prácticamente a partir de cualquier material lignocelulósico, es posible obtener una amplia familia de productos nanocelulósicos en función de las características y aplicaciones deseadas.