Pioneras de la danza moderna: Loïe Fuller (1862-1928) y montaje con escenografía.

Nada que ver la forma contenida, precisa de representar el apolíneo espíritu acuático de comienzos del siglo XVII, con el dionisíaco y ondulante movimiento marino, con el que se identifica el escorzo de Duncan, en una guerra de elementos que enfrenta su puesta en escena con la igualmente expresionista hasta la apoteosis, de su compatriota, Loie Fuller.

Ésta, reflejo por antonomasia de idéntico sentido “de lo espiritual en el arte”, que mejor retrató Kandinsky, sin embargo asentó los convulsos movimientos de ondulada floritura modernista con los que aderezaba su vestimenta, en equilibrada hipérbole visual de epatante escenografía y efectos especiales, que servían al propósito de simular el crepitar ígneo.

Y ellas abrieron las puertas de otras pioneras como Mary Wigman, Martha Graham y Pina Baus.