Investigadores de la Universidad Complutense localizan en perros un patógeno humano resistente a un antibiótico de último recurso
Madrid, 24 de abril de 2017.- Un equipo de investigadores de la Universidad Complutense ha descrito el primer caso de una bacteria hospitalaria resistente a tigeciclina que se ha adaptado a vivir en animales de compañía, concretamente en perros. La tigeciclina es un antibiótico de último recurso, es decir, se utiliza cuando todos los demás antibióticos han fallado. El trabajo ha sido publicado en la revista Antimicrobial Agents and Chemotherapyde la Sociedad Americana de Microbiología.
Este descubrimiento pone de manifiesto que estas bacterias probablemente han sido y están siendo introducidas repetidamente en los hospitales, afirma Bruno González Zorn, profesor de microbiología perteneciente a la Facultad de Veterinaria y al Centro de Vigilancia Sanitaria (VISAVET) de la Universidad Complutense. “Esto es una seria amenaza para la salud pública" declara.
La bacteria portadora del mecanismo de resistencia es Klebsiella pneumoniae, asociada frecuentemente con enfermedades nosocomiales (hospitalarias) como neumonía, septicemia, meningitis e infecciones en heridas e incisiones quirúrgicas. De hecho, las dos cepas de K. pneumoniae descritas en el artículo han resultado pertenecer a dos clones diseminados por hospitales de todo el mundo.
La resistencia a antibióticos es la amenaza más importante para la salud pública a nivel mundial, según las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud. Los investigadores del artículo decidieron estudiar la resistencia a los antimicrobianos en animales de compañía entre otras razones porque las mascotas han sido una pieza descuidada en este campo. En el estudio caracterizaron bacterias que habían sido aisladas de pacientes caninos en el Hospital Veterinario de la Universidad Complutense.
"Estas bacterias son patógenos humanos que han llegado a ser capaces de colonizar perros y mantener la resistencia a tigeciclina", afirma González Zorn. "Probablemente se hicieron resistentes a la tigeciclina en el ambiente hospitalario, ya que los animales no habían sido tratados con tigeciclina".
Inicialmente, los investigadores estudiaron la resistencia de estas bacterias frente a antibióticos usados principalmente por veterinarios. Pero posteriormente decidieron determinar la resistencia a antibióticos utilizados mayoritariamente contra patógenos humanos. "Y así comprobamos el inesperado resultado: las bacterias eran resistentes a la tigecilina, uno de los últimos recursos antibióticos para los seres humanos, que se utiliza exclusivamente en los hospitales de humanos".
Los hallazgos "muestran la adaptación [de las bacterias] desde los humanos a los animales, aumentando la propagación de los mecanismos de resistencia contra una de las últimas opciones terapéuticas para infecciones multirresistentes en los seres humanos", escriben los científicos.
“Eso plantea la posibilidad de que los dueños de mascotas y otros en estrecho contacto con ellas puedan infectarse con patógenos hospitalarios multirresistentes”, dice González Zorn. Los investigadores están ahora llevando a cabo la secuenciación del genoma completo en un esfuerzo por determinar el hospital donde se originaron las cepas multirresistentes de K. pneumoniae. "El tratamiento con antibióticos en los animales de compañía debe hacerse con cuidado y minimizarse lo máximo posible, al igual que con los seres humanos y los animales de producción".