Institutos Universitarios

¿Quién debe ser ahora la inteligente?

Autor: Verónica López Blasco

Doctoranda UNIZAR - DPD Diputación Provincial de Huesca

 

Modalidad: Presencial

 

Abstract:

Este V Congreso del ICCA hace referencia en su título a la “Administración inteligente” pero ¿a qué se refiere con esta expresión? ¿Quiere decir que hasta ahora la Administración Pública no ha sido lo suficientemente inteligente como para que se la denominase de esa manera? ¿Se trata de un llamamiento a la Administración porque es ahora cuando debe esforzarse en ser “inteligente”, sin dejar que la denominada “inteligencia” de las nuevos sistemas o programas tecnológicos la superen? Podría enumerar un abanico de cuestiones planteadas a raíz de la incertidumbre generada en la actualidad por determinadas prácticas, las cuales obligan a realizar una profunda reflexión acerca del funcionamiento actual de la Administración Pública. También es necesario un planteamiento sobre el cómo deberá funcionar en un futuro ésta para no menoscabar el sistema de derechos fundamentales del que es garante.
En los últimos años se ha producido un aumento del uso de la tecnología en las Administraciones bajo el lema de mejorar su eficiencia y realizar una mejor prestación de servicios a la ciudadanía. Con esta motivación se han modernizado muchas organizaciones y han cambiado su forma de relacionarse con las personas. Esta evolución ha provocado cambios en diversos ámbitos públicos, si bien, el que más preocupa aquí es el operado en el ámbito de la privacidad a la vista del tratamiento de datos necesario para que pueda tener lugar ese fenómeno disruptivo.

Conceptos como computación cuántica, gemelos digitales, inteligencia artificial, sensores biométricos, reconocimiento persistente, tokenómica, interfaz cerebro-ordenador, entre otros, aparecían recogidos bajo la denominación “tsunami de innovación” en una reciente exposición con ocasión del aniversario por los cien años de la empresa Telefónica. A lo largo de los paneles se podía verificar el recorrido de las tecnologías desde el año 2007, con la aparición del primer móvil inteligente, hasta la actualidad, planteando un escenario de futuro protagonizado por muchas de esas tecnologías, programas o sistemas disruptivos. Al inicio de esta exposición se mostraba un cartel antiguo con la frase: “No se quede atrás. Los que tienen teléfono van cada vez más deprisa” y más hacia el final, otra pantalla en la que se afirmaba que: “El 85% de los trabajos que habrá en el 2030 aún no se han inventado. ¿Te imaginas una inteligencia artificial como compañera de trabajo?”.

Como poco, estas frases y el reflejo de esta evolución tan rápida en la vida cotidiana de las personas merecen una reflexión. ¿Se estará corriendo demasiado? ¿Existen las garantías suficientes para la puesta en marcha de determinados sistemas? Es urgente que las Administraciones actúen para evitar que determinados productos o herramientas provoquen daños a la privacidad de la ciudadanía, pero ¿con qué herramientas cuentan para garantizar un adecuado tratamiento de datos en relación con el uso de estas tecnologías? ¿Se estarán convirtiendo en cómplices, con la puesta en marcha de determinadas prácticas, sin haber evaluado previamente su impacto en materia de protección de datos?
Celebro la organización de este V Congreso con un grupo de trabajo en el que se pueda debatir acerca de este fenómeno, para la puesta en común de diversas posiciones que mejoren a futuro el tratamiento de datos personales en las organizaciones.