Autor: Laura López Paz

Universidad Complutense de Madrid

 

Modalidad: Online

 

Abstract:

Como destacaba Rosa M. González, Consejera Regional en Comunicación e Información de la UNESCO para América Latina y el Caribe, “la desinformación en contextos electorales supone una gran amenaza para la democracia. Desde la UNESCO consideramos que para contrarrestar este fenómeno necesitamos generar capacidades en la ciudadanía para detectar la desinformación, conocer las formas en las que se propaga, no contribuir a su difusión e incluso crear contra narrativas”. De esta forma, se puede afirmar que la desinformación toma fuerza en los contextos electorales y España no escapa de este fenómeno, que se muestra como una clara amenaza a la democracia, con narrativas que impulsan la polarización, el odio y la desconfianza en el sistema democrático y político. Así pues, en primer lugar, sería oportuno encontrar la procedencia de esa desinformación, descubrir lo qué es y cómo se manifiesta, para que los esfuerzos por combatirla tengan éxito y se pueda responder ante ella. Asimismo, no se puede pasar por alto las fuentes que promueven los mensajes engañosos o falsos durante las elecciones, ya que estos tienen la capacidad de crear desinformación a gran escala en un contexto en el que muchos electores todavía están madurando sus ideas y decidiendo el sentido de su voto. En segundo lugar, habría que buscar los lugares en dónde se reproducen, promueven y difunde la desinformación… ¿la desinformación únicamente se difunde en las redes sociales?, ¿los algoritmos tienen algún tipo de efecto en la promoción de las fake news?, ¿los medios de comunicación tradicionales también han colaborado en la visibilización de las noticias falsas o medias verdades? Todas estas cuestiones nos pueden ayudar a replantearnos el dónde se manifiestan este tipo de noticias y hacia dónde son comunicadas. En análisis de los lugares en dónde se difunde este tipo de noticias y el estudio del impacto que crean en la ciudadanía y el electorado será clave a la hora de analizar el grado de información que un ciudadano tiene sobre un determinado Partido Político o corriente ideológica y que determinará sus posteriores consecuencias en los procesos electorales. En tercer lugar, de cara a revisar qué metodologías se pueden aplicar para contrastar la información verídica y las propuestas ideológicas que se hacen durante una campaña electoral o en el propio ciclo parlamentario, será oportuno realizar una cobertura más centrada en las propuestas, en la repercusión que estas generan en el país y en la realización de un seguimiento exhaustivo y en donde se interrelacione la información política que se propone durante las campañas y las propuestas políticas que se realizan y aprueban durante la legislatura. Por el momento, los esfuerzos de los verificadores siguen siendo válidos, aunque no son suficientes ante la cantidad de desinformación que se crea durante las campañas electorales que puede provocar la toma de decisiones desinformadas que pongan en riesgo la democracia.