Autor: Citlalli Tamayo Linares

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

 

Modalidad: Presencial

 

Abstract:

Las teorías feministas pueden ser variadas, así como sus movimientos y perspectivas de lucha, por lo que las mantiene dentro de una generalidad de feminismo, es simplemente la simplificación de la defensa de la mujer, no obstante, lo primero puede generar una discriminación ante la búsqueda de lo antidiscriminación, es decir, resultar contradictorio.
El feminismo como movimiento social entre muchas cosas busca el posicionamiento de la mujer a la par de los hombres, en un sentido de ser visualizada como una persona que tiene el mismo estándar ante la sociedad que el hombre, ya que por generaciones se ha situado a un solo sexo en la cúspide societal. Esto ha sucedido por los estereotipos generacionales con los que se han calificado a ambos sexos, mismos que fueron naturalizados y aceptados por añadidura.
Lo anterior, es una pequeña parte de lo que el feminismo a querido manifestar en sus diferentes discursos, crear una fortaleza de ya no más degradación de la figura femenina, cualquier acto de minusvaloración tiene un límite de hartazgo, por tanto, esto, unido al ego de cualquier persona sea hombre o mujer, genera una reacción hacia esa acción denigrante.
Lo que muchas veces no se expone es que dentro del propio movimiento feminista existe discriminación lo que es paradójico ante una búsqueda de lo antidiscriminatorio, y esto puede resultar una clara confusión y presión para aquellas instituciones que tienen como objetivo la defensa y regularidad de la figura femenina, de ahí que resulta complejo que dichas instituciones puedan tener un posicionamiento fijo, público y objetivo de esta cuestión que también puede ser subjetiva.

Ante esto, se puede caer en la discriminación por instituciones cuyo objeto sea la búsqueda de la antidiscriminación de la mujer, ante las diferentes perspectivas feministas, ocasionando persecución mediática a quienes se colocan en las titularidades o direcciones de dichas instituciones. Por tanto, también las instituciones a pesar de que traten de actuar conforme a la norma jurídica antidiscriminatoria, no siempre se ajusta a las perspectivas sociales, he ahí la institucionalidad que tiene como eje la garantización del posicionamiento social de la mujer debe ser cuidadoso en su actuar para no ser rechazado socialmente.

Lo anterior, no es de fácil aceptación, y menos en temas tan discrepantes, por tanto, las instituciones deben tener una ruta de actuación para su mejor reacción ante situaciones de discriminación ante la antidiscriminación, una metodología justificada para legitimarse como la defensa objetiva de las mujeres.