Autor: Yaisa Córdoba Zabala

UNIR

 

Modalidad: Presencial

 

Abstract: 

La legitimidad es esencial para garantizar la gobernanza y para construirla se requiere y en un área como la ambiental donde con el paso del tiempo se generan incertidumbres y sobre todo muchas tensiones, se hace necesario el fortalecimiento de la gobernanza, no solo desde el ámbito nacional sino comprender la forma en que los diferentes niveles de gobierno y sus instituciones se articulan. Los gobiernos locales tienen una responsabilidad en el desarrollo de la sociedad en la medida que conocen las necesidades de los ciudadanos y son quienes pueden actuar con mucha mayor rapidez.

La gobernanza ambiental local está encaminada a armonizar los procesos de los componentes de la naturaleza, de forma que pueda garantizarse la participación de los diferentes actores y gestores públicos y privados para la adopción de decisiones y de esta forma garantizar la gobernabilidad. Además, implica gestionar de manera articulada a los actores para que puedan participar en la definición, regulación, aplicación y evaluación de las políticas públicas ambientales, como elemento esencial para el desarrollo sostenible.

El cambio a la gobernanza, como bien lo han manifestado varios autores, no puede hacerse por decreto, ya que lo que ha de cambiar es nada menos que las reglas estructurantes de la acción colectiva, y con ellas los modelos mentales que las ordenan, los valores compartidos que las legitiman, las actitudes y capacidades que las implementan y los equilibrios de poder que las sostienen, lo cual conlleva cambios importantes que implican incertidumbres, riesgos y esfuerzos complejos de asumir.

En este marco, la Agenda 2030 parte de la premisa de “no dejar a nadie atrás” lo que implica una mayor colaboración entre todas las esferas de gobierno y partes interesadas, de tal forma que los gobiernos locales son clave para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De esta forma se requiere que haya una solidez de las instituciones, se generen compromisos de los líderes locales, siempre con el respaldo de los gobiernos nacionales. 

Es así como se requiere un acuerdo para la gobernanza, pero no necesariamente con las formas y mecanismos tradicionales (un acto administrativo, por ejemplo) sino que debe obedecer a un sobre una nueva forma de administración, coordinación y desarrollo.

Para materializar estos presupuestos es necesario una convocatoria de la administración local para discutir roles y responsabilidades de los actores en la consecución de objetivos ambientales que faciliten la implementación de planes y programas que se conecten con el desarrollo a nivel nacional e internacional. Las políticas públicas ambientales necesitan aprovechar los conocimientos y herramientas locales para adaptar los compromisos de una agenda internacional en la materia.