Autor: Juan Carlos Santillán Berrones

Universidad Complutense de Madrid

 

Modalidad: Presencial

 

Abstract:

El 9 de enero de 2024, el presidente Daniel Noboa declaró oficialmente la existencia de un ""conflicto armado interno"", lo que conllevó la movilización de las Fuerzas Armadas para combatir a las organizaciones criminales, ahora clasificadas como terroristas. Esta declaración coloca a Ecuador en una situación delicada en el contexto regional e internacional. La relación simbiótica entre actores criminales y sectores del gobierno ha sido un tema recurrente, especialmente desde el desmantelamiento de instituciones clave de seguridad en los últimos años, lo que ha permitido a las organizaciones criminales expandir su control en la gobernanza delictiva.

 

El narcotráfico y el terrorismo, cada vez más interconectados, han transformado el conflicto en Ecuador en uno de naturaleza híbrida, en el cual se difuminan las fronteras entre crimen organizado, guerra y terrorismo. Este fenómeno resuena con las tipologías de guerra contemporáneas, donde las definiciones tradicionales de conflicto armado resultan insuficientes. La categorización de estos grupos como terroristas plantea la cuestión de si estamos ante un conflicto armado tradicional o si, en realidad, nos enfrentamos a una nueva forma de guerra en la que se mezclan elementos criminales y terroristas.

 

El crimen transnacional organizado ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, como señalan Berdal y Serrano (2018), desafiando a los Estados y forzándolos a repensar sus estrategias de seguridad. Este fenómeno está íntimamente relacionado con los procesos de globalización, que han abierto nuevas oportunidades para las redes criminales. En Ecuador, esto se ha manifestado de forma alarmante, ya que el gobierno ha optado por designar a las organizaciones criminales como grupos terroristas, lo que resalta la creciente dificultad para trazar una línea clara entre crimen organizado y terrorismo. En este contexto, la pregunta de si el terrorismo puede considerarse una forma de guerra se vuelve especialmente pertinente para analizar las dinámicas de violencia en el país.

 

El concepto de ""campo de seguridad"" desarrollado por Bowden (2019) proporciona un marco analítico útil para comprender las transformaciones en la gobernanza de la seguridad en Ecuador. La reciente intervención militar y la cooperación con Estados Unidos, como lo ejemplifica el Memorándum de Entendimiento de 2023, sugieren un cambio hacia un modelo más pluralizado de seguridad. En este modelo, múltiples actores —tanto nacionales como internacionales— compiten por el control del capital simbólico y económico en la lucha contra el narcotráfico. Bowden describe este fenómeno como un ""campo plural de seguridad"", donde las estructuras de seguridad estatales se fragmentan y emergen nuevas alianzas para hacer frente a amenazas globales como el narcotráfico.

 

Finalmente, surgen preguntas clave que son esenciales para entender esta crisis: ¿Es la expansión del narcotráfico un proceso inevitable en la región o es el colapso institucional en Ecuador lo que ha permitido que el crimen organizado penetre en las estructuras del Estado? ¿Qué implicaciones tiene esta guerra contra el narcotráfico para la posición geopolítica de Ecuador? Y, quizás lo más importante, ¿cómo se redefine el concepto de guerra en un contexto donde las actividades criminales y terroristas están profundamente entrelazadas?"