Autor: Jordi Oliver Alberich

UB e IESE

 

Modalidad: Presencial

 

Abstract:

En el contexto de las guerras convencionales actuales, las ciudades juegan un papel esencial y multifacético que influye decisivamente en la dinámica de los conflictos. Este estudio tiene como objetivo explorar cómo las ciudades pueden apoyar y potenciar las necesidades de la guerra convencional. Basándonos en tres puntos clave extraídos del análisis de los principales autores de la geopolítica: innovación y producción, defensa estratégica y posición geográfica nacional de la ciudad, analizamos el rol crítico de las ciudades en el escenario bélico contemporáneo.

 

Primero, las ciudades actúan como centros de innovación y producción, lo que es crucial para la mejora tecnológica y la creación de stocks necesarios en una guerra convencional. Históricamente, las ciudades han sido cuna de avances tecnológicos y manufactura, un papel que se ha incrementado con la industrialización y la globalización. La concentración de recursos humanos calificados, instituciones académicas y centros de investigación en áreas urbanas fomenta el desarrollo de nuevas tecnologías militares. Además, la capacidad de las ciudades para producir y almacenar grandes cantidades de material bélico asegura un suministro constante de recursos durante los conflictos. Autores como Mahan y Mackinder han subrayado la importancia de las ciudades en la productividad y la capacidad de un estado para sostenerse en tiempos de guerra.

 

En segundo lugar, las ciudades son puntos de defensa estratégicos debido a la dificultad inherente de controlar áreas urbanas densamente pobladas. La complejidad del entorno urbano y la alta densidad de población, proporciona un terreno favorable para la defensa y la resistencia. Mackinder y Spykman han destacado la relevancia de localidades fuertes y equilibradas en la estrategia defensiva. La defensa urbana requiere una preparación específica, pero ofrece ventajas significativas al obstaculizar el avance enemigo y aumentar los costos de ocupación. Las experiencias históricas de conflictos urbanos muestran que la defensa de las ciudades puede ser prolongada y costosa para el atacante, convirtiendo a las ciudades en baluartes esenciales de resistencia.

 

La posición geográfica de las ciudades, en particular la de las costeras, actúan como puntos de influencia y comercio hacia el estado y su hinterland. Estas urbes no solo facilitan el comercio ultramarino, sino que también sirven como nodos críticos de transporte y comunicación, conectando el interior del país con el resto del mundo. Brezezinski argumenta que las ciudades y centros urbanos son vitales para acceder a inversión extranjera y comercio global, mientras que Spykman destaca la importancia de las ciudades costeras en la logística y distribución de recursos. La ubicación estratégica de las ciudades costeras permite a los estados proyectar su poder marítimo y económico, influyendo tanto en el ámbito doméstico como en el internacional. La interdependencia entre las ciudades asegura un flujo constante de recursos necesarios para sostener el esfuerzo bélico.

 

En conclusión, las ciudades son actores indispensables en la guerra convencional moderna. Comprender estas funciones es crucial para evaluar las capacidades y estrategias de los estados en los conflictos contemporáneos y futuros.