Institutos Universitarios

Afectos y emociones en la política: la democracia en la era de la infoxicación y la posverdad

Autor: Luis Jaime Estrada Castro

Universidad Autónoma Metropolitana (México) y Universidad Complutense de Madrid (UCM)

 

Modalidad: Presencial

 

Abstract:

Las democracias liberales en el mundo actual están profundamente vinculadas con las narrativas construidas en los medios de comunicación y las redes sociodigitales. En buena medida, el posicionamiento y la construcción de imagen de un partido político o de un/a profesional de la política, depende de la edificación discursiva y simbólica producida en y por mediación del ejercicio profesional de la comunicación.

Sin embargo, en las últimas décadas se ha presenciado una transformación profunda de esta relación en la que los medios de comunicación y sus contenidos han adquirido una importancia mucho más profunda y determinante para la agenda pública, así como para la construcción de escenarios electorales marcados por una atmósfera afectiva y emotiva que puede llegar a orientar la legitimación y la decisión expresada en las urnas.
Fenómenos como la infoxicación, en tanto intoxicación por exceso de información muchas veces de poca credibilidad y baja calidad investigativa, produce otros como el de la posverdad, que no es sino la construcción de realidades alternas sostenidas sobre discursos falsos pero verosímiles, así como la gestión y manipulación de determinadas emociones y afectos como el miedo, la incertidumbre, la angustia y la tristeza.

Con esto no intenta legitimar la separación dicotómica clásica entre razón y emoción, que derivaría en análisis elitistas de entre quienes votan racional y emotivamente. Razón y emoción confluyen en todo proyecto y discurso político, pero es su uso exacerbado e instrumental lo que puede derivar en oleadas desinformativas y engañosas orientadas a manipular decisiones colectivas en torno a temas de coyuntura e interés público.
Por lo tanto, al tiempo que se resalta la importancia de los afectos y las emociones para la política y la democracia, es importante no dejar de analizar las formas en las cuales pueden convertirse en instrumentos de control manipulación y orientación de decisiones para fines incluso contrarios a los intereses democráticos, particularmente cuando se construyen escenarios de infoxicación y posverdad.

En este sentido, fenómenos como el de los neofascismos y el crecimiento de sus apoyos en el mundo, pueden servir como ejemplo de los efectos que se pueden producir al crear ambientes políticos hostiles sostenidos bajo el miedo, el odio y la venganza como principales emociones movilizadoras del voto y las manifestaciones públicas.