SANGRE
La sangre es un tipo de tejido conjuntivo especializado. Como todos los tejidos conjuntivos tiene un componente celular y una matriz. En este caso, la matriz extracelular tiene la particularidad de ser líquida, ya que está compuesta mayoritariamente por agua, y permite la vehiculación de las células sanguíneas a través de los vasos.
La sangre requiere técnicas de estudio especiales para visualizar los componentes celulares y sus características. Para ello lo más frecuente es la realización de un frotis sanguíneo. Se extiende una gota de sangre sobre el portaobjetos, se seca al aire y se fija con metanol durante 3 minutos. Se utilizan tinciones policromáticas que contienen diferentes colorantes:
– Azul de metileno: azul oscuro
– Azur de metileno: violeta oscuro
– Eosina: rosa
Los métodos de tinción utilizados son el de Giemsa o May-Grünwald Giemsa.
Los componentes celulares son los eritrocitos o glóbulos rojos, los leucocitos o glóbulos blancos, y las plaquetas. Los leucocitos se pueden dividir a su vez en granulocitos, que comprenden los neutrófilos, eosinófilos y basófilos, y los agranulocitos, como los linfocitos y monocitos.
Las aves en vez de neutrófilos tienen heterófilos, que son equivalentes a los anteriores salvo que carecen de la enzima mieloperoxidasa. El resto de células son semejantes.
Otra peculiaridad de las aves es que sus eritrocitos son biconvexos y tienen núcleo, versus a los eritrocitos de mamíferos que son bicóncavos y carecen de núcleo.