Proyectos de Innovación

Juicio Final


Autor: Giotto di Bondone

Cronología: 1302-1306

Lugar de conservación: Capilla Scrovegni (Iglesia de la Arena de Padua)

 

Se trata de una pintura al fresco pintada para el banquero Enrico Scrovegni en la iglesia que mandó construir. Pertenece al trecento florentino, siendo por tanto una obra bisagra entre la tradición gótica y las primeras manifestaciones del renacimiento. Se puede ver un comienzo de búsqueda de profundidad y perspectiva con el pedestal semicircular de los apóstoles, la disposición de los palcos de los ángeles y las dos figuras que en la parte superior parecen plegar la bóveda celeste creando un trampantojo. Pero a su vez se aprecia una gran influencia  de las portadas góticas, con una jerarquización de las figuras siendo Cristo la figura de mayor tamaño, seguido de los apóstoles y los ángeles, después los hombres que van al paraíso y finalmente siendo los más pequeños los abocados a la condenación. También se presenta un gran dramatismo en las figuras retorcidas y torturadas del lado del infierno, ambas características muy propias del gótico. La obra tiene, además, una gran influencia de la miniatura y del arte bizantino.

La pintura se divide en registros, estando en la parte inferior el mundo terrenal, dividido en tres planos, uno en el que se encuentran los hombres salvados por los ángeles, otro opuesto en el que los pecadores son arrastrados por los demonios y en el centro y partiendo estas dos áreas se encuentra la cruz de Cristo y la personificación de la Iglesia con las tres Marías, por la cual los hombres pueden salvarse. En el siguiente registro se encuentra la Jerusalén celeste en el que se encuentra Jesús a modo de juez en una mandorla, siendo el centro de toda la composición y hacia donde van las líneas de fuga. A este le acompañan los apóstoles.

Finalmente, en el registro superior se encuentran en asamblea las huestes celestiales. Para esta obra, Giotto opta por apenas detallar el paisaje. Para el mundo terrenal apenas realiza un pequeño yermo resquebrajado donde se representa la resurrección de los muertos. Por otro lado, la zona del paraíso está perdida en parte y no se puede saber si habría algo más de detalle, pero se puede teorizar que tendría un paisaje semejante al de la Jerusalén celeste. Esta se encuentra en un fondo completamente azul, una bóveda celeste en el que Giotto juega con su profundidad con la disposición de las figuras y el palco de los apóstoles. Finalmente, una especie de puente es el que conecta la tierra y el infierno. Este infierno está plagado de seres infernales, de tamaños diversos y aspectos grotescos, humanoides, con cuernos, colas y pieles negras grisáceas, mezclados con animales como serpientes o dragones. Giotto deja volar su imaginación con las numerosas torturas a las que se ven sometidos los hombres, mientras que dibuja un “paisaje” oscuro, totalmente negro en la parte inferior pero que se vuelve ríos de fuego o de sangre según se retuerce el propio espacio en dirección hacia Cristo.

 

Bibliografía

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