Autora: Herrada de Landsberg

Cronología: 1176- 1196

Procedencia: Hortus Deliciarum

Lugar de conservación: Se conservó en la biblioteca Temple-Neuf (Estrasburgo) pero en 1870 se perdió en un incendio.

 

Esta ilustración pertenece al manuscrito Hortus Deliciarum, procedente de la abadía de Hohenburg, cercana a Estrasburgo. Su autora fue la abadesa alsaciana Herrada de Hohenburg, por lo que destaca, pues, en la época, pocas mujeres alcanzaban estos logros. En su scriptorium trabajaban sesenta monjas. Herrada tenía una conciencia sobre sus conocimientos y prestigio, por lo que incluso se retrata en el manuscrito. Ella se formó con la abadesa Relinda, que fue la que en realidad inició el Hortus Deliciarum que luego fue concluido por Herrada. Estaba destinado a servir como libro de texto para las otras mujeres que se educaban en el monasterio de Hohenburg: era una recopilación de conocimientos medievales. Incluye textos de Honorio de Autun, Beda el Venerable, Pedro Lombardo y Rabano Mauro, además de partes escritas originalmente por Herrada Hohenburg como la dedicatoria, poesías y textos sobre conocimientos cosmológicos. El Hortus Deliciarum se subdivide en cuatro secciones: la historia de la salvación, Evangelios y los hechos de los apóstoles, la constitución de la comunidad de creyentes y el desarrollo de los novísimos con el Adviento, el Juicio Final, infierno y paraíso. El original fue perdido en un incendio en 1870, sin embargo, se han logrado recuperar partes a partir de copias que se hicieron, principalmente tomando como fuentes los manuscritos Bastard 6045 y Bastard 6083 de la Bibliotèque Nationale de Francia.

El estilo de las ilustraciones muestra referencias de códices bizantinos, sicilianos, contemporáneos y antiguos. Al tener una finalidad pedagógica, las ilustraciones complementaban al texto, además de aligerar su lectura. En esta página vemos una representación del infierno, donde todas las escenas de pecados y de tortura son acompañadas por fuego - que será uno de los elementos principales en esta miniatura, representado repetitivamente con líneas sinuosas que crean la sensación de movimiento y de agobio. El mismo fuego lo vemos resaltado en las calderas donde quemaban a los pecadores, un castigo comúnmente representado en la iconografía del infierno durante la Edad Media. Uno de los pecados representados es la avaricia, en la esquina inferior izquierda, donde el demonio hace al pecador tragar monedas a modo de parodia de la comunión. La escena muestra a un demonio vaciando un saco de monedas en la boca del pecador de forma violenta. En la esquina superior izquierda vemos una representación de la lujuria: una mujer es atacada por una serpiente en sus pechos, mientras esta se acomoda el pelo. Se relacionaba comúnmente al pecado de la lujuria la homosexualidad, representada por la pareja de hombres y el gesto de uno que acerca su mano al pecho del otro. Otras secuencias muestran a los pecadores siendo devorados por demonios. La omnipresencia de este fuego hace énfasis en la idea de la eternidad del sufrimiento en el infierno y el castigo.

 

Bibliografía

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