Doctor Pico de Roma
Título: Doctor Pico de Roma
Datación: 1656
Autor: Paul Fürst
Fuente: La caricatura y la sátira en la medicina: estudio histórico médico-arte 2ª ed. (Stuttgart: Ferdinand Enke, 1921), fig. 79 (pág. 171).
Esta es la imagen que se me viene a la mente cuando alguien me habla de la peste negra, pero la realidad es que estas máscaras no se crearon hasta el siglo XVII en Italia donde cobraron un especial protagonismo, aunque fueron comunes en toda Europa.
Si bien, hay que detenerse antes en el concepto médico de la peste, este fue acuñado a partir de la teoría bacteriológica del siglo XIX. Por lo que si bien, nosotros identificamos rápidamente la enfermedad, hay que entender que en siglos anteriores se denominaba igual a cualquier epidemia/pandemia que provocase una alta mortalidad entre la población.
Ya durante los siglos XIV y XV se comenzaron a desarrollar diversas estrategias para la lucha contra las enfermedades epidémicas que se fueron difundiendo de forma gradual por toda Europa. Y se mantuvieron hasta el surgimiento de lo que hoy conocemos como salud pública a finales del siglo XVIII. Además, la peste o pestilencia era considerada una condición del aire, su corrupción, y por lo tanto una condición celeste, también fue entendido como la voluntad de Dios en el contexto cristiano, musulmán y judío hasta bien entrado el siglo XVIII. Si bien, los médicos, dejando de lado las atribuciones celestes a los teólogos, observaron que podría haber causas terrestres para esta enfermedad en casos concretos. Del mismo modo se contempló la idea de que la peste podía estar causada por mano humana proyectando esta idea en chivos expiatorios y dando lugar a una mayor estigmatización de algunos grupos sociales como los judíos.
Las medidas de contención van desde evitar o detener el proceso de “corrupción” del aire fomentando la ventilación de los hogares y las ciudades, liberándolas de las basuras y eliminando el mal olor mediante hierbas aromáticas y fumigaciones con vinagre. También intentaban mantener a los enfermos bien atendidos y proporcionándoles algunos antídotos de eficacia probada y fomentando de algún modo las cuarentenas preventivas y la reclusión en los hogares para evitar las aglomeraciones. Asimismo, contrataban durante las epidemias a médicos de peste, que reforzaban el sistema sanitario. En resumen: saneamiento urbano y trato a los enfermos.
En el Decamerón de Boccaccio se hace referencia a los atuendos que llevarían estos “médicos de peste”, que si bien era muy visible y daba lugar al miedo y al terror, era muy poco servible contra la enfermedad. La capa cerraba todo el cuerpo, los guantes y la varilla para evitar el contacto directo con el cuerpo del enfermo y la máscara con el pico, que se rellenaba con hierbas y sustancias aromáticas para disminuir el olor de los enfermos y así evitar aspirar el aire “corrupto”.
Varios autores hablarían de la peste en sus libros como Albert Camus, en su novela La peste, donde narra la historia de un doctor en una ciudad con epidemia de peste; Ken Follet, en Un Mundo sin Fin en el que el narrador nos cuenta cómo se sintió el protagonista al superar la terrible enfermedad y comenta en el mismo la relación de estos métodos para intentar no contagiarse al estar en contacto con enfermos.
REFERENCIA
ARRIZABALAGA VALBUENA, Jon (1998-199): “Discurso y práctica médicos frente a la peste en la Europa Bajomedieval y moderna ”, Revista de Historia Moderna: Anales de la Universidad de Alicante, nº 17 , pp. 11-20.
CAMUS, Albert (2002): La peste. Barcelona, EDHASA.
GIL-CARCEDO GARCÍA, Luis María, y GIL-CARCEDO SAÑUDO, Elisa (2018): “Enfermedad y literatura. La peste”, Anales RANM, Nº 135, pp. 262-165. FOLLET, Ken (2017): Un mundo sin fin, Barcelona, Plaza & Janes.
https://www.nationalgeographic.es/historia/2020/03/por-que-usaban-medicos-peste-negra-ma scaras-picudas (consultado 16.04.2023)