Proyectos de Innovación

Antioquía

Autoría: Vega Arribas Greciano
Año inclusión: 2021
País actual: Turquía
Nº Entrada: 0004 © Derechos del texto: https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Cita: ARRIBAS GRECIANO, Vega (2021), “0004. Antioquía”, e-Civitas. Base de datos de Ciudades Medievales. Proyecto de Innovación Docente UCM (Innova UCM 405). Disponible en: https://www.ucm.es/e-civitas/antioquia.



Ubicación

Antioquía está situada en la llanura de Amuk, en alrededores de la cueva de Dafne, entre el río Orontes —cuyo cauce solía ser navegable— y el monte Silpio. Se encontraba en una posición estratñegica, por su cercanía a la costa mediterránea, a través de la cual tenía acceso a algunas de las principales vías de comunicación con el territorio circundante. Además, destaca especialmente su posición fronteriza en diversos momentos de la historia a (Downey 1961, 15-17).


Orígenes

Antecedentes urbanos

Antioquía tendría su época de mayor esplendor durante el periodo helenístico. Este sería el momento en el cual se establecería la planificación urbanística modificada progresivamente en periodos posteriores, siempre sobre el trazado original.
El recinto amurallado clásico fue construido por Xenario, encargado a su vez de desarrollar el plano ortogonal característico del periodo. Se conocen, además, dos ágoras utilizadas durante este periodo, en el cual se desarrollaron la mayor parte de edificios monumentales que contendría Antioquía (Downey 1961, 70).

Fundación

La urbe es de origen griego, habiendo sido fundada por el rey Seleuco I Nicátor en el año 300 a.C. En un primer lugar sus habitantes provinieron de Atenas y Macedonia, aunque poco después se les unirían aquellos provenientes de Etolia, Eubea y Creta (Jones 1971, 243). Antioquía fue descrita por Estrabón como una de las cuatro ciudades seléucidas de características y fundación similares, junto con Seleucia Pieria, Apamea y Laodicea. No obstante, según el autor Libanio, la planificación original relacionada con el emplazamiento de la ciudad se debe al propio Alejandro Magno, a quien Seleuco sirvió como general (Downey 1961, 54-55).
A partir del s. I a.C., la ciudad pasaría a ser controlada por las fuerzas romanas, llegando a recibir la concesión de ius italicum en el periodo augusteo (Jones 1971, 140). Desde este momento, Antioquía quedaría adscrita al Imperio Romano, llegando a ser capital de la provincia de Siria y posiblemente la ciudad más importante de la zona.


Urbanismo

Desarrollo urbanístico

El urbanismo de Antioquía se vio afectado por dos elementos fundamentales. En primer lugar, el nivel de cambios políticos que acaecieron a lo largo del periodo medieval. Asimismo, cabe destacar la importancia de fenómenos naturales como los múltiples terremotos que tuvieron lugar durante el siglo VI. Los daños causados por ambos factores quedan reflejados, por ejemplo, en la reconstrucción documentada bajo las órdenes de Justiniano I, de la cual destacan las nuevas murallas que conllevarían una reducción del espacio, la columnata de la calle principal y, probablemente, la inauguración de nuevos edificios (Kennedy 1985, 6).
Una de las características principales del desarrollo de la urbe es la reutilización de estructuras construidas en periodos anteriores. En este sentido, el callejero medieval se aprovechó del trazado ortogonal original, perteneciente a su etapa fundacional, cuya reforma se asocia al dominio musulmán, aunque ciertamente podría pertenecer al periodo previo (Kennedy 1985, 13). La mayoría de cambios materiales acontecieron previamente a la llegada de los cruzados. Las edificaciones culturales también sufrieron grandes cambios. La actividad teatral, que había gozado del patrocinio imperial del emperador Mauricio, que también construiría un hipódromo, cesó desde la conquista musulmana y, la mezquita, según Kennedy (1985, 19) reemplazaría en cierto modo su función, así como la del ágora y edificios de carácter judicial. Este tipo de transformaciones se documentan también en espacios monumentales, de origen grecorromano, o religiosos, lo que deja constancia, por tanto, de cómo la organización interna de la ciudad evolucionó a través de las distintas ocupaciones, cambiando sus funciones para adaptarse a las nuevas dinámicas que debían reflejar.

Edificios civiles

Pese a tener constancia de cierta continuidad institucional reflejada en la reutilización de los espacios relativos a las actividades sociopolíticas de la ciudad, la documentación arqueológica de las estructuras en las cuales tuvieron lugar es escasa. Más allá de las ampliaciones del recinto amurallado, cuya evolución se presenta dividida en distintas fases, destaca simplemente la ciudadela situada en el monte Silpio, construida tras la reconquista bizantina por el emperador Focas (Kennedy 1992, 192).
En este sentido y al margen de la fecha inicial de la decadencia tradicionalmente atribuida a la etapa medieval de Antioquía, los cambios político-administrativos influyeron de forma clara en su
urbanismo. Frente a la organización previa de su trazado, el callejero se vería transformado al convertirse la ciudad en un lugar de posición fronteriza, tanto en periodo bizantino como bajo dominio islámico, dividida en barrios separados y ocupados por poblaciones de diverso trasfondo cultural (Eger 2013, 101).

Edificios de culto

La reestructuración del espacio resultante de los cambios religiosos debió ser evidente, pero los restos materiales no lo reflejan de esta forma en la actualidad. Se conoce la existencia de una sinagoga, así como de diversos templos cristianos, destacando la importante iglesia de Casiano, de
construcción anterior al s. V y en uso durante toda la Edad Media, pero no se han encontrado extensos elementos pertenecientes al culto del Islam, teniendo en cuenta que la ciudad mantendría un carácter predominantemente cristiano (Kennedy 1982, 189).

 


Poder civil

Poderes civiles

Durante el inicio del periodo medieval, Antioquía quedaría bajo control del Imperio Romano de Oriente y daría comienzo un proceso de decadencia. La ciudad, tras este primer periodo de dominio bizantino, sería atacada por el ejército persa en el año 529 y saqueada en el 540, cayendo en su posesión en el año 609/10.
Posteriormente, sucumbiría a la expansión del califato ortodoxo y al posterior control tuluní y hanmánida en el año 636/7, hasta ser nuevamente recuperada por Bizancio en 969 y perdida en 1084 frente a los turcos selyuqíes. El control turco se mantendría, en última instancia, hasta el año 1078, con la llegada de los cruzados, creando el Principado de Antioquía hasta que los mamelucos conquistaran la ciudad en 1268 (Decker 2007, 234).

Dinastías en el poder

El control político sobre Antioquía fue ostentado por una amplia variedad de dinastías gobernantes. Durante el primer periodo de dominación bizantina destaca el reinado de Anastasio I, durante el cual a ciudad se convirtió en centro neurálgico del conflicto bélico contra Persia, además de contribuir al ascenso del patriarca monofisita Severo en el año 512 (Downey 1961, 511). Asimismo, como ya se ha mencionado, la involucración de Justiniano I en la reconstrucción parcial del urbanismo es de Vital importancia para el posterior desarrollo de la ciudad.
No obstante, si durante época bizantina el poder efectivo sobre la ciudad lo administraba el llamado comes Orientis, la conquista musulmana liderada por Umar ibn al-Khattab en época de Heraclio sustituyó a la población romana que había huido por un destacamiento militar propio (Hoyland 2015, 46). Tras la conquista de la ciudad por parte del emperador bizantino Focas en el siglo X y la instauración de la posición del dux como gobernador de la ciudad, se produjeron invasiones constantes con los cambios dinásticos que estas conllevaron, hasta la llegada de los cruzados en 1098. Durante los dos siglos siguientes, como capital del Principado Latino, se sucedieron distintos príncipes, título adoptado por Bohemundo I, tras el cual ascendieron al trono múltiples miembros de su dinastía hasta la entrada en escena de mongoles y mamelucos y la conquista de Antioquía por el sultán de Egipto (Buck 2017, 62-69).

Oligarquías urbanas

Durante su etapa medieval, Antioquía dependió directamente de distintos gobiernos centrales, élites locales y poderes eclesiásticos, entre otros. En las etapas directamente herederas de la Antigüedad, bajo dominio bizantino, el patrocinio imperial de la ciudad continuaba vigente aunque en decadencia, ostentando el control sobre la ciudad el llamado comes Orientis, gobernador de la diócesis del Este, cuya capital era Antioquía (Downey 1961, 573). La conquista persa del siglo VI, no obstante, constituyó un punto de inflexión por la huida de gran cantidad de miembros de la élite urbana bizantina y un cambio en la organización interna que perduraría durante los siglos siguientes (Mordechai 2018, 38).
Tras la conquista islámica, el gobierno recayó principalmente en las élites regionales, más allá de la autoridad califal o aquella que supliera su figura (Kennedy 1992, 20). El periodo relativo al Principado de Antioquía, no obstante, se tornaría mucho más personalista, principalmente a través de la figura del príncipe Bohemundo, que integraría la ciudad en la órbita de los estados latinos (Asbridge 2000, 45). Destaca, por tanto, una superposición de élites urbanas que estaba principalmente relacionada con los cambios en la autoridad superior y el modo de organización que ésta mantuviera, así como la importancia que Antioquía recibiera por su parte.


Poder religioso

Por su posición de autoridad como Patriarcado, instaurado —según la tradición— por San Pablo y San Pedro, la ciudad fue escenario de diversos conflictos religiosos. Principalmente, aquellos derivados de la división entre el cristianismo calcedonio, el monotelismo y monofisismo, la transformación del calcedonianismo en la Iglesia Melquita (Kennedy 1992, 190), la conquista árabe y la subsecuente huida del Patriarca a Constantinopla, que no volvería a instalarse en la ciudad hasta 742 (Eger 2013, 100). Todo ello nos lleva a entender un dinamismo religioso en el cual el cristianismo mantendría una predominancia a lo largo de la etapa medieval que rivalizó durante los siglos de ocupación musulmana con el Islam, pero que además se enfrentaría a situaciones de división interna que marcarían el desarrollo, no solo religioso sino también sociocultural, de la ciudad.


Economía

La continuidad predominante que caracteriza, como ya se ha mencionado, la etapa medieval de Antioquía, queda también reflejada en su actividad económica.
Esta sería de carácter principalmente comercial, en cuanto a la que cabe destacar la importancia de su inserción en las rutas internacionales de seda y especias, pero manteniendo a su vez una importante industria manufacturera y agrícola. Tras la llegada de los cruzados, se recuperaría gran cantidad de lujosos tejidos de seda, imitación del textil iraquí y persa cuya producción proliferó en época musulmana (Jacoby 2001, 64). Durante el Principado de Antioquía, fundado por Bohemundo de Tarento, la ciudad mantendría su popularidad por esta misma razón. El comercio con ciudades como Alepo sería inicialmente incitado por los bizantino, pero sería a partir del siglo XII cuando este se expandería, teniendo en cuenta que la ruta de la seda comunicaría la ciudad con territorios asiáticos y europeos (Eger 2013, 100).
Además de su esplendor comercial, Antioquía vivía de sus talleres y cultivos, posiblemente manteniendo un carácter autosuficiente la mayor parte del tiempo. Se ha comprobado la existencia de actividad agraria —en su mayoría trasladada dentro de las extensas murallas— a orillas del Orontes, así como al norte de la ciudad, y jardines dentro de esta, provistos de agua por los acueductos, canales y molinos documentados en las fuentes (Eger 2013, 105). Por otra parte, el zoco comercial reutilizaría el antiguo ágora, al igual que los teatros o baños clásicos supervivientes a tener una función industrial, principalmente basada en la manufactura de cerámica, de gran importancia en la ciudad (Eger 2013, 122).


Minorías

En este apartado, cabe destacar la importancia que mantendría el cristianismo en la Antioquía medieval, pese a las etapas de dominio islámico que tendrían lugar a partir del año VII (Kennedy 1982, 189). Destaca, por tanto, la existencia de una convivencia de poderes religiosos que, no obstante, no sería predominantemente pacífica, pero sí refleja el dinamismo entre unas y otras religiones, por lo que dependiendo del periodo que se analice las minorías podría variar. Cabe destacar, como elemento de importancia, la disensión dentro del propio cristianismo entre sus múltiples vertientes, foco de conflicto social, y la existencia de una comunidad judía marginal que llegaría a construir sus propios edificios de culto (Kraeling 1932, 160).


Sociedad

La mayor parte de los conflictos sociales documentados en Antioquía durante el periodo analizado son aquellos relativos a las múltiples invasiones en las cuales la autoridad dominante se disputaría entre grupos que divergían en cuanto a sus características esenciales y que además se encontraban en situaciones de acción bélica por la pugna del poder, además de la relevancia de su posición como ciudad fronteriza en época bizantina y musulmana (Hoyland 2015, 97). Debido en parte a esto, y como apunta Mordechai (2018, 37), las fuentes indican una falta de cohesión dentro del tejido social de la ciudad, documentada desde el siglo VI. Se reportan, además, revueltas internas de carácter predominantemente religioso, como la revuelta monofisita documentada durante el siglo VI (Downey 1961, 573), o directamente desde el poder civil hacia comunidades marginales, como el intento del emperador Focas de convertir masivamente a los judíos de Antioquía en el año 610, que terminaría con una brutal represión contra estos (Kraeling 1932, 160).


Antioquía

  • Antioquía vista desde la orilla del Orontes

    Antioquía vista desde la orilla del Orontes

  • Evidencia del plano ortogonal clásico

    Evidencia del plano ortogonal clásico

  • Plano de Antioquía y sus construcciones más destacadas

    Plano de Antioquía y sus construcciones más destacadas

  • El Principado de Antioquía en 1099

    El Principado de Antioquía en 1099

Bibliografía

Asbridge, T., 2000. The Creation Of The Principality Of Antioch. Woodbridge: The Boydell Press.
Buck, Andrew D., 2017. The Principality of Antioch and its Frontiers in the Twelfth Century. Woodbridge: The Boydell Press.

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Downey, G., 1961. A History Of Antioch In Syria. From Seleucus To The Arab Conquest. Princeton: Princeton University Press.
Eger, A., 2013. "(Re)mapping medieval Antioch: Urban Transformations from the Early Islamic to the Middle Byzantine Periods". Dumbarton Oak Papers, 67, pp.95-134.
Hoyland, Robert G., 2015. In God's Path. The Arab Conquests and the Creation of an Islamic Empire. Oxford: Oxford University Press.
Jacoby, D., 2001. Byzantium, Latin Romania And The Mediterranean. Aldershot: Ashgate.
Jones, A., 1971. The Cities Of The Eastern Roman Provinces. Oxford: Clarendon Press.
Kennedy, H., 1985. "From Polis to Madina: Urban Change in Late Antique and Early Islamic Syria". Past & Present, (106), pp.3-27.
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Kraeling, C., 1932. "The Jewish Community at Antioch". Society of Biblical Literature, 51(2), pp.130-160.
Mordechai, L., 2018. "Antioch in the Sixth Century: Resilience or Vulnerability". In: A. Izdebski and M. Mulryan, ed., Environment and Society in the Long Late Antiquity. Leiden: Koninklije Brill NV, pp.25-41