- Portada
- Sobre la Cátedra
- El Comandante Sánchez Gey
El Comandante Sánchez Gey
Universidad, Fuerzas Armadas y el Comandante Sánchez Gey
El teniente coronel D. José Manuel Sánchez Gey dedicó la mayor parte de sus 51 años de servicio militar, especialmente los años en que fue capitán y posteriormente comandante, a ser profesor de las milicias universitarias en varias de las etapas de esta enseñanza militar y en campamentos diversos como Montejaque, Camposoto o Cerro Muriano. Las milicias universitarias, conocidas inicialmente como IPS (Instrucción Premilitar Superior), posteriormente como IMEC (Instrucción Militar para la Formación de Oficiales y Suboficiales de Complemento) y al final como SEFOCUMA (Servicio de Formación de Cuadros de Mando), fue una modalidad de realización del servicio militar obligatorio en España para estudiantes o titulados universitarios. En ella, los estudiantes universitarios realizaban la instrucción militar como oficiales (alférez) o suboficiales (sargento) de la Escala de Complemento y, para no perder sus estudios, podían realizarla en los meses de verano o al finalizar los mismos.
Según José Miguel Quesada González (2014; El reservismo militar en España), más de 168.000 universitarios se convirtieron en oficiales y suboficiales de complemento durante los treinta años de vigencia de la IPS (desde 1943 hasta 1972), más de 68.000 durante los dieciocho años de vigencia de la IMEC (desde 1973 hasta 1990) y más de 9.500 durante los once años de vigencia del SEFOCUMA (desde 1991 hasta 2001), lo que supuso que, hasta que se estableció un límite de plazas en 1965, las milicias universitarias atrajeron como promedio al 48 por ciento de todos los estudiantes universitarios españoles.
El entonces comandante Sánchez Gey destacó como profesor de esos jóvenes universitarios tanto por sus cualidades profesionales como humanas, dejando en muchos de ellos una profunda huella de admiración y agradecimiento. En palabras de uno de esos estudiantes universitarios que se formaron bajo su mando, el comandante Sánchez Gey fue un "ilustre militar y mejor persona, (...) quien, con su vitalidad, prudencia e inteligencia, constituyó en su día un ejemplo de liderazgo de jóvenes universitarios" (Salvador de Pedro Buendía, 2015; Agostiembre (El retorno a Montejaque)).
Su especial capacidad para enseñar y comunicar valores le llevaron a escribir en 1977 su libro "Reflexiones militares", obra en la que ofrece 847 máximas dedicadas a los militares en diferentes momentos de su carrera y 453 adagios de carácter más general. Esta obra se ha convertido en libro de cabecera de muchas promociones de alumnos de las academias militares en las sucesivas reediciones que de la misma se han venido haciendo en los últimos cuarenta años, incluyendo la realizada especialmente con motivo de la creación de la Cátedra Extraordinaria UCM-UME que lleva su nombre.
Breve biografía del Teniente Coronel Sánchez Gey
(Texto basado en la glosa realizada por el Tte. Col. Luis Cortés Delgado durante el acto de presentación de la Cátedra en el Cuartel General de la UME y en la entrevista realizada al Tte. Col. José Manuel Sánchez Gey por Emilio López Mompell y publicada el 18/01/2014 en el Diario de Cádiz)
D. José Manuel Sánchez Gey nació en Villamartín (Cádiz) en 1919. Su madre, María Dolores Gey Mena, era maestra de escuela y su padre, Ramón Sánchez Herrada, sargento de la Guardia Civil. Su inclinación por la vida miliar le llevó a ingresar en el Ejército de Tierra el 5 de noviembre de 1935, a la edad de 16 años, descartando el ingreso en la Guardia Civil porque para entrar en el Cuerpo habría tenido que esperar a cumplir los 18 años.
Las vicisitudes de los inicios de su vida militar le hicieron participar en la Guerra Civil encuadrado en el Regimiento de Infantería Cádiz nº 27, en el que ascendió a sargento, y, posteriormente, ya como alférez provisional, en el 5º Tabor de Regulares de Melilla, destino en el que permaneció al término de la guerra.
En diciembre de 1944, siendo ya teniente de complemento de Infantería, se casó con Juana Venegas Espada, maestra de escuela también como su madre y como posteriormente lo sería su hija mayor, María Dolores, que nació al año siguiente, y a la que siguió el resto de sus siete hijos: Salvador, José Manuel, Ramón, José María, Juana y Ernesto.
Después de su paso por la Academia de Transformación de Oficiales de Villaverde (Madrid), ascendió a alférez de Infantería de la Escala Activa quedando encuadrado en la IV promoción y siendo destinado al Regimiento de Infantería Álava nº 22 en Tarifa, donde también llegó al empleo de teniente efectivo de Infantería en julio de 1950 y a capitán en octubre de 1957.
En junio de 1961 pasó a la 2ª Zona de la Instrucción Premilitar Superior (IPS) en Cádiz, iniciando así su andadura como profesor de las milicias universitarias, dedicación que le ocuparía la mayor parte de sus 51 años de servicio militar y en la que tuvo distintos destinos durante las etapas de esta modalidad de enseñanza militar de la Escala de Complemento para estudiantes universitarios conocidas como IPS y, posteriormente, como IMEC (Instrucción Militar para la Formación de Oficiales y Suboficiales de Complemento). En la 2ª Zona de la IPS en Cádiz permaneció hasta finales de 1966, para pasar luego al Centro de Instrucción de Reclutas nº 16 en Camposoto. Ya de comandante, desde noviembre de 1968 a febrero de 1969 estuvo en el Regimiento de Infantería nº 47 en Palma de Mallorca, del que volvió al Regimiento de Infantería Álava nº 22 de Tarifa hasta finales de febrero de 1970. Luego, hasta octubre de 1971, fue destinado como ayudante de campo del gobernador militar de Cádiz.
Posteriormente fue jefe del Distrito de la IMEC en Cádiz y agregado al Gobierno Militar de Cádiz, hasta que ascendió a teniente coronel en febrero de 1976, siendo entonces destinado al Centro de Instrucción de Reclutas nº 16 en Camposoto, después al Gobierno Militar de Zamora, a la Residencia Militar La Cortadura, de la que fue el primer director, y, de nuevo, al Gobierno Militar de Cádiz, siendo otra vez ayudante de campo de su gobernador militar. El 17 de septiembre de 1986 pasó a la situación de retirado.
Fue distinguido con diversas condecoraciones, tanto en tiempo de paz como en guerra. Entre ellas, destacan las concedidas al valor en sus diferentes gradaciones: la Medalla Militar Colectiva, la Cruz de Guerra y la Cruz Roja al Mérito Militar. En su hoja de servicios se prodigan elogios a sus capacidades tanto humanas como profesionales, destacando su actitud de permanente servicio, su competencia, su consolidado prestigio y su elevado celo en el cumplimiento de sus obligaciones. Además, se le califica de excepcional por su elevada formación y desarrollo profesional.
Las diferentes reorganizaciones del Ejército y la desmovilización de efectivos, tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, supusieron el bloqueo de las posibilidades de ascenso para los componentes de su promoción, pero como alta distinción, por su excelente servicio, se le concedió el empleo de teniente coronel en 1976.
Su especial capacidad como comunicador de valores, siempre a través del ejemplo, le llevaron a escribir en 1977 su libro “Reflexiones militares”, obra que se reedita periódicamente como libro de cabecera de los alumnos de las academias militares. Posteriormente, publicó los libros “Jugos”, “Padres, hijos, educadores y educandos”, “Senectud” y “Cautiverio en el Sáhara”. Este último, publicado en 2005 y escrito en colaboración con su hijo José Manuel Sánchez-Gey Venegas, coronel de Infantería, relata el ataque, captura y posterior cautiverio por el Frente Polisario de su hijo José Manuel, entonces teniente de Infantería, junto con dos patrullas de tropas nómadas del ejército español, y que se prolongó desde mayo a septiembre de 1975.