Posiciones fetales en el útero materno

Foetus positions before birth

Autora: Irene GONZÁLEZ HERNANDO irgonzal@ucm.es

Palabras clave: gestación, feto, ginecología, ciencia, medicina

Keywords: pregnancy, foetus, gynaecology, science, medicine

Fecha de realización de la entrada: 2015  

Cómo citar esta entrada: GONZÁLEZ HERNANDO, Irene (2015): "Posiciones fetales en el útero materno", Base de datos digital de iconografía medieval. Universidad Complutense de Madrid. En línea: https://www.ucm.es/bdiconografiamedieval/posiciones-fetales

© Texto bajo licencia Creative Commons "Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International" (CC BY-NC-ND 4.0)


Genecia de Muscio, escrito originalmente ca. 500, copia del s. IX -X de la Koninklijke Bibliotheek van België - Bibliothèque royale de Belgique, ms. 3701-15, fol. 27r 


Abstract

In the Middle Ages, what happened inside mother’s womb during pregnancy was a common concern among physics and theologians. Physics were mainly concerned about the difficulties of birth while theologians were mainly concerned about the generation of the soul. However, the formation of the soul was rarely depicted. On the contrary, positions of the foetus before labour were sometimes depicted in medical books, since success in birth depended on the correct position of the baby.

The iconography of the foetus positions before birth appeared in medical books already in Early Middle Ages. It was very frequent in the copies and translations of the treatise of Muscio, but it also appeared in other kind of science books, such as the one entitled Miqosi ha-Leda (BnF, ms. héb. 1120) written by a Spanish Jewish author in the 14th century, or the another one called Der Swangern Frauwen und hebammen Rosegarten de Eucharius Rosslin dating at the beginning of the 16th century. In all of the images coming from books, there were three common features. Firstly the shape of the uterus, that was like a bottle. Secondly the shape of the foetus, which was depicted like a little adult, that is to say by modifying the scale but without a childish look. And thirdly the movements made by the foetus that were not realistic although they were full of dynamism and vitality. 


Estudio iconográfico

Tanto la literatura ginecológica como los escritos teológico-filosóficos de la Edad Media prestaron gran atención al feto, los primeros con el objetivo de asegurar nacimientos exitosos y los segundos con la finalidad de aclarar el origen de la vida humana. Así, pensamiento religioso y médico se entremezclaron y constituyeron el trasfondo de las distintas teorías en torno a la generación y el desarrollo embrionario, que son el marco de las obras de arte aquí explicadas sintéticamente.

El largo proceso que tenía lugar entre la concepción y el nacimiento fue objeto de diversas especulaciones en nuestra historia pasada, lo que no debe extrañar pues aún la medicina actual sólo puede recoger imágenes aisladas de la gestación y después intentar recomponer el proceso completo, no habiendo grabado hasta ahora un embarazo, segundo a segundo, por dentro y en movimiento.

Por otra parte, el conocimiento obstétrico medieval ignoró las fronteras políticas, religiosas y culturales, habiendo mucha transferencia y circulación de ideas. Así, entre los autores medievales que escribieron acerca de la embriología, contamos con figuras adscritas a las tres confesiones religiosas existentes. Hubo autores procedentes del ámbito cristiano (Isidoro de Sevilla del s. VII, Hildegarda de Bingen del s. XII, Alberto Magno del s. XIII, Arnau de Villanova del s. XIII-XIV), del ámbito islámico (Rhazes del s. IX, Arib Ibn Sa’id del s. X, Abulcasis del s. X-XI, Avicena del s. XI, Averroes del s. XII) y del ámbito hebreo (Los infortunios de Dina del s. XIII-XIV y el Miqosi ha-Leda del s. XIV). Además, los escritos medievales sobre embriología no supusieron una ruptura respecto a la tradición clásica. Más bien al contrario, todos bebieron de las fuentes comunes de la Antigüedad. Escritores como el griego Hipócrates (s. V a.C.), el grecorromano Soranos de Éfeso (s. II d.C.) y el latino Muscio (s. VI, cuyo tratado fue en realidad una traducción del de Soranos), ya habían mostrado una gran preocupación por la embriología y por ello ejercieron una influencia decisiva en el mundo medieval.

De acuerdo con estos tratados, el desarrollo del feto en el útero tiene lugar del siguiente modo. Después de la fecundación, la matriz se cierra. Seguidamente se van creando las membranas que envuelven el embrión. A continuación éste atraviesa diversas etapas. Primero tiene un aspecto indefinido. Luego van formándose algunos órganos. Más adelante adquiere la forma de un boceto, de tal modo que se van dibujando sus distintas partes. Hacia el día cuarenta de su desarrollo, todas las partes del cuerpo son visibles, de tal modo que algunos autores hablan de homúnculo, considerando que es el momento en que éste adquiere alma. En los meses siguientes, gracias a la sangre materna que lo nutre y al calor, el nuevo ser va creciendo poco a poco. Asimismo, a lo largo de los nueve meses que dura la gestación, se ve sometido a la influencia de diferentes astros. Uno de los momentos decisivos era el final de la embarazo, pues entonces el feto, que hasta ese momento habría estado replegado sobre sí mismo, con las rodillas junto a sus mejillas (tal como indicaban Hipócrates e Isidoro de Sevilla, entre otros), debía colocarse adecuadamente, es decir con la cabeza asomando en primer lugar y a continuación el resto del cuerpo. Esta posición suele ser descrita por los historiadores y médicos con los términos parto natural, nacimiento natural o vertex presentation (presentación vertical). Con ella aumentan las posibilidades de supervivencia del niño y la madre. Pero hubo otras muchas presentaciones (de nalgas, transversa, compuesta, gemelar, etc.). Si el feto no se colocaba adecuadamente, el parto se complicaba y la vida de madre e hijo corrían peligro. Era entonces cuando debía intervenir la matrona, que tenía una enorme responsabilidad, ya que de su experiencia y su habilidad con las manos dependía que se pudiese recolocar el feto y situarlo de modo adecuado.

Como es lógico, dado el desconocimiento sobre lo que ocurría en el interior del útero femenino, lo que solía representarse eran los elementos visibles externamente, es decir el vientre prominente de la mujer gestante. El único momento del proceso interno de la gestación que fue objeto de representación, fueron las posiciones del feto justo antes de nacer. No debe sorprender este hecho pues las matronas, por palpación, debían tener una información bastante próxima a la realidad. Además, las embriotomías y cesáreas que se practicaban in extremis cuando había un riesgo de muerte de uno de los dos, madre y/o hijo, también debieron proporcionar un contacto directo con las posiciones fetales que habían impedido un parto exitoso.

La iconografía de las posiciones del feto antes de nacer apareció exclusivamente en soporte librario y en manuscritos de temática médica, ya desde la Alta Edad Media.  Fueron relativamente frecuentes en las distintas copias y traducciones del tratado de Muscio, escrito originalmente hacia el año 500 pero copiado durante toda la Edad Media, al menos desde el s. IX hasta el XV. También se incluyeron en otros tratados menos conocidos, como el libro titulado Las dificultades del nacimiento (Miqosi ha-Leda, BnF, ms. héb. 1120), tratado escrito por un judío hispano de hacia el siglo XIV, o en el Der Swangern Frauwen und hebammen Rosegarten de Eucharius Rosslin de inicios del XVI. En todas las imágenes librescas, hay tres elementos comunes. Primero la forma del útero, que se asemeja a una botella panzuda dotada de un largo cuello, lo que tiene un claro precedente en los exvotos anatómicos depositados en los templos romanos durante la Antigüedad clásica, y responde además con una cierta veracidad a la realidad anatómica del útero femenino. Segundo el feto, que es representado como un adulto de pequeño tamaño, convencionalismo iconográfico que lo aleja del aspecto infantil que le correspondería si lo que se persiguiese fuese el naturalismo. Y tercero y último, que los movimientos que describe el feto preparándose para nacer son casi acrobáticos, llenos de dinamismo y vitalidad.


Selección de obras

  1. Útero, exvoto anatómico, terracota, arte romano, ca. 200 a.C.- 200 d.C., Wellcome Library (Londres, Reino Unido), nº de inventario A636076.
  2. Genecia de Muscio, escrito originalmente ca. 500, copia del s. IX-X de la Koninklijke Bibliotheek van België - Bibliothèque royale de Belgique (Bruselas, Bélgica), ms. 3701-15, fol. 27r y 27v.
  3. Tratado médico basado en Soranos de Éfeso, códice del siglo XII, Det Kongelige Bibliotek (Copenhague, Dinamarca), ms. 1653 [reproducido por LYONS (1978: p. 339)].
  4. Miscelánea médica, de origen británico, ca. 1280-1290, Bodleian Library (Oxford, Reino Unido), ms. Ashmole 399, fol.14v, 14r y 15v.
  5. Genecia de Muscio, escrito originalmente ca. 500, incluido en un Compendio médico de origen británico del 1er cuarto s. XV, hoy en la British Library (Londres, Reino Unido), ms. Sloane 2463, fol. 217r, 217v, 218r y 218v.
  6. Compendio que incluye un Apocalipsis con la glosa a la vida de San Juan, un Ars Moriendi y diversos textos médicos y científicos, ca. 1420-1430, hoy en la Wellcome Library (Londres, Reino Unido), ms.49, fol.35v y 38r.
  7. Miqosi ha-Leda, tratado obstétrico anónimo escrito por un hebreo hispano en el siglo XIV, copia alemana de finales del s. XV, conservada en la BnF (París, Francia), ms. Hébreu 1120, fol. 68v, 69r, 69v y 70r.
  8. Genecia de Muscio, escrito originalmente ca. 500, incluido en un Compendio de textos médicos y botánicos, latino del s. XV, hoy en la Bibliothèque Universitaire de Médecine de Montpellier (Francia), ms. H277, fol.161r, 161v, 162r, 162v, 163r y 163v.
  9. Compendio médico que incluye el “De arte phisicali et de cirugía” y “Fistula in ano” de John Arderne junto con la “Genecia” de Muscio, de comienzos del s. XV, seguramente encargo de la princesa inglesa Felipa de Suecia, hoy en la Stockholm Kungliga Biblioteket (Estocolmo, Suecia), ms.X188. [Las posiciones fetales en el útero están intercaladas a lo largo del texto, que está escrito sobre un rollo continuo de pergamino, de más de 5 metros de longitud]
  10. Eucharius Rosslin, Der Swangern Frauwen und hebammen Rosegarten, ed. Huldrych M Koelbing (1513; Zürich: Verlag Bibliophile Drucke von J Stocker, 1976), fol. 3v.

Bibliografía básica

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