Herbarios

Herbaria

Autora: Irene GONZÁLEZ HERNANDO irgonzal@ucm.es

Palabras clave: monasterios; ciencia; medicina; botánica; manuscritos.

Keywords: monasteries; science; medicine; botany; manuscripts

Fecha de realización de la entrada: 2014

Cómo citar esta entrada: GONZÁLEZ HERNANDO, Irene (2014): "Herbarios", Base de datos digital de Iconografía Medieval. Universidad Complutense de Madrid. En línea: https://www.ucm.es/bdiconografiamedieval/herbarios

© Texto bajo licencia Creative Commons "Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International" (CC BY-NC-ND 4.0)


Bartolomeo Anglicus, Le livre des propriétés des choses (traducción de Jean Corbechon), siglo XV. París, BnF, Ms. Français 136, fol. 176v (herborista recolectando plantas).


Abstract

There are two meanings of the word herbarium. Herbaria are books concerning medical plants and herbaria are gardens specialized in farming herbal drugs. In the Middle Ages, books of simple drugs included herbal, mineral, and animal substances with medical properties; but plants were the central point of them. Since those books were addressed mainly to pharmacists, who should recognize correctly each plant, they were made up by text and naturalistic images. In that way, images could help to a correct identification of the plants, since a misunderstanding among drugs could let to a fatal end.

Concerning gardens, they were developed in the frame of monastic life during Early Middle Ages and Romanesque period. In monasteries they were at least four kinds of specialised gardens: one of them for vegetables (hortulus), another one for fruits (viridarium), another one for meditation purposes (cloister garden), and the last one for aromatic and medical plants (herbarium). From Late Middle Ages onwards, herbarium gardens were not only set on monasteries but also inside the universities and urban hospitals. Anyway, a good example of that kind of garden was included in the French translation dating from the 15th century of the treatise entitled De propietarum rerum by Bartolomeo Anglicus, today at the BnF, ms. Français 136, fol. 176v, where an herbalist is collecting plants.  


Estudio iconográfico

Reciben el nombre de herbarios tanto los libros dedicados al conocimiento de plantas medicinales, como los jardines orientados al cultivo de las mismas.

Los primeros, los libros de simples o herbarios eran compendios de drogas simples que las explicaban de manera individual. Estas drogas simples eran básicamente hierbas o sustancias de origen vegetal; y aunque se incluían también minerales y animales de uso medicinal, eran los vegetales los que predominaban, de ahí el sobrenombre de herbarios. Normalmente se ordenaban de manera alfabética, así que estaban concebidos a modo de diccionario o enciclopedia. Por cada simple, aparecía una breve descripción, clasificación, indicación de su origen, hábitat, condiciones de cultivo, enfermedades que curaba, productos a los que estaba asociado, y a veces también las falsificaciones y sucedáneos. En principio estos libros de simples o herbarios no tenían un uso terapéutico directo, salvo que fuesen acompañados de una tabla en la que se relacionaban enfermedades y plantas para tratarlas. Más bien, este tipo de textos servían a los médicos para decidir que simples incluir en los preparados que prescribían, y a los boticarios para reconocer los productos, escoger la mejor variedad existente y descartar las falsificaciones.

Estos herbarios, cuyo precedente hay que buscarlo en la Antigüedad, y más específicamente en la Materia Médica de Dioscórides (siglo I), fueron copiados a lo largo de la Edad Media, tanto en el mundo cristiano (occidental y oriental) como en el islámico. Frecuentemente compaginaban texto e imagen, ya que convenía indicar bien al farmacéutico y/o médico la planta que debía escoger. Las representaciones contenidas solían ser, por ello, fidedignas a la realidad, salvo en algún caso muy concreto, como la raíz de la mandrágora, que desarrolló una iconografía simbólica cuyas razones hay que buscarla en sus propiedades alucinógenas.

Algunos de los herbarios medievales que circularon en los monasterios y escuelas de medicina Alto y Pleno medievales fueron: la ya mencionada Materia Médica de Dioscórides, el Herbario del Pseudo-Apuleyo, el De virtutibus simplicium herbarum de Constantino el Africano (autor llegado a la Escuela de Salerno en 1065); el Liber de simplici medicina (también conocido como Circa instans o Platearius), atribuido a otro médico de Salerno, un tal Mateo Platearius, y fechado hacia 1140; el Macer Floridus, atribuido al religioso Odo Magdunensi, residente en Meung-sur-Loire (Francia), de la segunda mitad del siglo XI y comienzos del XII, escrito en latín. De los herbarios bajomedievales podríamos destacar el Simplicia de Arnau de Villanova, médico de origen valenciano y vinculado a la Universidad de Montpellier, que debió escribir este tratado a finales del siglo XIII o inicios del XIV; el Libro de los secretos de Salerno o Arboricultor, que fue muy copiado e ilustrado a finales del siglo XV y durante la primera mitad del XVI; o el Herbario de Maguncia (1484), donde se describe las drogas que se vendían en las boticas, y que también estuvo ilustrado.

Respecto a los jardines herbarios o herbolarios, surgieron ligados al fenómeno monástico, derivando directamente del ora et labora de san Benito (480-547), al entender que los monjes han de desempeñar tanto trabajo intelectual como manual. El jardín monástico cumple esta doble función, ya que sirve para meditar y para desempeñar actividades manuales. El jardín del monasterio se componía de partes: el huerto (con verduras), el viridario (con árboles frutales), el jardín del claustro (para meditar) y el herbolario (con plantas aromáticas y medicinales). El herbolario monástico se justificaba por la actividad médica de los monjes, por la presencia del hospital en el monasterio, y por la dispensa de preparados a través de las boticas. Estas motivaciones desaparecieron con el arranque de la Baja Edad Media. A partir de estas fechas el herbolario monástico fue progresivamente sustituido por los jardines de los hospitales civiles y por los jardines botánicos universitarios. Un buen ejemplo de lo que debió ser uno de estos jardines de plantas medicinales lo encontramos en las distintas copias del tratado de Bartolomeo Anglicus, De propietarum rerum, como por ejemplo en la traducción francesa del siglo XV conservada en la BnF, Ms. Français 136 y que incluye en el fol. 176v a un herborista recolectando plantas.

 


Selección de obras

  1. Dioscórides, Materia Médica:Códice de Viena, siglo VI; Códice de Egipto o Israel, siglo VIII (París, BnF, Ms. Grec 2179); Códice de España, siglos XII-XIII (París, BnF, Ms. Arabe 2850).
  2. Manfredus de Monte Imperiali, De herbis, Italia, c. 1330-1340. París, BnF, Ms. Lat. 6823.
  3. Libro de medicinas simples, Francia, c. 1450. París, BnF, Ms. Français 1310.
  4. Herbario, Italia, segunda mitad del siglo XV. París, BnF, Ms. Latin 17844.
  5. Le livre de simples medicines, Bélgica, siglo XV. Bruselas, Bibliothèque Royale, Ms. IV 1024.
  6. Bartolomeo Anglicus, Le livre des propriétés des choses (traducción de Jean Corbechon), siglo XV. París, BnF, Ms. Français 136, fol. 176v (herborista recolectando plantas).

 


Bibliografía básica

CABELLO DE LA TORRE, Pedro (1976): El herbario médico medieval “Macer Floridus” de la Real Colegiata de San Isidoro de León. Traducción y comentarios al mismo. Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Medicina, 1975 (extracto).

DILLEMANN, Georges (1968), “La pharmacopée au Moyen Âge. I. Les ouvrages”, Revue d’histoire de la pharmacie, nº 199, pp. 163-170.

FRUTOS GONZÁLEZ, Virginia de (2010): “Edición crítica del Regimen Sanitatis Salernitanum transmitido por los manuscritos Add.12190 y Sloane 351 de la British Library de Londres”, Minerva,nº 23, pp.143-195

GÓMEZ FERNÁNDEZ, J. Ramón (1999): Las plantas en la brujería medieval (propiedades y creencias). Celeste, Madrid.

OPSOMER, Carmélia (2002): “La pharmacopée médiévale. Images et manuscrits”, Journal de Pharmacie de Belgique, nº 57, pp. 2-10.

SANTO TOMÁS PÉREZ, Magdalena (2002): Asistencia a los enfermos en Castilla en la Baja Edad Media. Tesis doctoral, Universidad de Valladolid.

VAN HOOF, Henri (2001): “Notes pour une histoire de la traduction pharmaceutique”, Meta: journal des traducteurs, vol. 46, nº 1, pp. 154-175.