La importancia de la coordinación docente en un centro bilingüe
Autora: Dra. Marta Jaén Campos
14 feb 2023 - 19:18 CET
La capacidad de dialogar, negociar, cooperar o llegar a un acuerdo son ya herramientas clave que, como ciudadanos del siglo XXI, tendremos que aprender a manejar en contextos profesionales y educativos. Los profesores debemos inculcar día a día esta habilidad en nuestros estudiantes, los ciudadanos adultos del futuro. Pero ¿qué pasa con nosotros mismos? ¿Hacemos lo mismo con nuestros compañeros? La comunicación, cooperación y coordinación con otros profesores que den clase al mismo grupo o nivel de alumnos que nosotros es esencial en cualquier contexto educativo, pero cuando se trata de un centro bilingüe, cobra aún más relevancia.
El coordinador bilingüe
No todo el mundo sabe que en un centro bilingüe existe la figura del coordinador. Aunque no hay un ‘departamento bilingüe’ en sí, el coordinador es un profesor especialista en la lengua meta, generalmente el inglés. Además, esta persona no tiene por qué ser a su vez el coordinador del Departamento de Lenguas Extranjeras. Es decir, lo más común es que haya un coordinador que se encargue de todo lo que tenga que ver con el programa bilingüe y otra persona que sea la responsable de las materias de primera y segunda lengua extranjera.
¿Y de qué se ocupa el coordinador bilingüe? Podríamos señalar dos tareas fundamentales. En primer lugar, organiza reuniones semanales entre los profesores que enseñan sus materias en inglés tanto en el programa como en la sección bilingüe, y coordina a los profesores de inglés a cargo de la asignatura de Inglés Avanzado para los alumnos de la modalidad de sección. En segundo lugar, recibe, supervisa y coordina la labor de los auxiliares de conversación nativos que estarán de apoyo unas horas a la semana tanto en las materias de contenido como de inglés. Pero, además, Pavón (2014) recoge otras responsabilidades que son igual de importantes, como aconsejar a los profesores en el uso de criterios y herramientas de evaluación homogéneas para todos, así como guiarlos en el uso de metodologías, materiales o en el tratamiento de la lengua.
Aunque muchos celebran contar con este espacio de encuentro semanal para exponer sus preocupaciones, compartir experiencias o tratar dificultades, en ocasiones no es suficiente. ¿Cómo potenciar, pues, la coordinación entre los docentes?
Los profesores de inglés y de contenido
Al comienzo de curso, el profesor de inglés y los profesores que imparten materias como Biología o Geografía en inglés en un mismo grupo pueden empezar por la planificación de su programación didáctica de una forma coordinada. ¿Qué significa esto? Que ambos pueden contrastar y adaptar su planificación para intentar encontrar los puntos de conexión entre ambas materias. Veamos un ejemplo. Imaginemos que nuestros alumnos de 2º ESO van a tener que enfrentarse a textos en los que abunde la voz pasiva desde las primeras semanas de curso. Si los profesores de inglés se han dado cuenta a tiempo, pueden realizar modificaciones en su planificación para abordar la voz pasiva en el aula de inglés antes de lo que quizá les pueda corresponder. Esto ayuda a que los alumnos tengan las herramientas lingüísticas necesarias para enfrentarse a los materiales de las asignaturas de contenido. Veamos otro ejemplo. Supongamos que los alumnos de 1º de Bachillerato tienen que redactar ensayos argumentativos en inglés. El profesor especialista en el idioma puede prepararlos para esta tarea trabajando con textos argumentativos en su propia asignatura de inglés.
Esta labor de coordinación conjunta puede extenderse al resto del curso. Si el profesor de contenido detecta dificultades lingüísticas entre sus alumnos, debería avisar al profesor de inglés para encontrar soluciones que pueden pasar por un refuerzo concreto y puntual de esa cuestión gramatical. Además, la realización de cualquier actividad o proyecto interdisciplinar que involucre tanto a las materias lingüísticas como a las no lingüísticas será un mecanismo de apoyo al aprendizaje de los alumnos, garantizando también así la homogeneidad de herramientas y criterios de calificación que comentábamos anteriormente.
Profesores de contenido
Los alumnos ganarán seguridad y confianza si todos los profesores de contenido trabajan de una manera parecida y utilizan unos mismos criterios metodológicos y de evaluación. Es por eso por lo que pueden intercambiar prácticas efectivas en su aula, sobre todo en lo que se refiere a cómo crear un entorno comunicativo o las técnicas de andamiaje para facilitar la adquisición de la lengua y el contenido. Además, también pueden favorecer una cohesión temática en la medida de lo posible. Es decir, los alumnos aprenderán mejor si son capaces de establecer conexiones entre las diferentes materias o relacionar conceptos que ya hayan aprendido anteriormente.
Los profesores de la lengua materna
Hay ocasiones en las que los alumnos matriculados en centros bilingües presentan dificultades lingüísticas que, en verdad, están originadas en el propio uso de su lengua materna. Por ejemplo, no podemos esperar que los alumnos de Secundaria y Bachillerato sean capaces de redactar bien en inglés y hacerlo en base a unos criterios académicos apropiados para su nivel educativo si no lo hacen en su propia lengua. Además, la nueva ley educativa ya recoge la necesidad de que los alumnos sean capaces de establecer conexiones entre las diferentes lenguas que manejan, competencia que favorecerá una mayor comprensión acerca de cómo funcionan las lenguas. Por todo ello, es fundamental también implicar a los profesores de la lengua materna y otras lenguas en estas conversaciones.
El fomento de la coordinación
Todas las acciones y ejemplos que hemos ido abordando en este artículo conllevan un esfuerzo extra para el profesorado, que en la mayoría de los casos tiene que utilizar su tiempo personal que más allá de esa hora de coordinación semanal de la que disponen. Es por eso por lo que el apoyo de los propios equipos directivos y las administraciones es esencial. Se debería poder garantizar que los profesores cuentan con el tiempo y los recursos suficientes para tal fin. Sería positivo que estas estructuras de coordinación se den a conocer al resto del profesorado y a las familias, como un paso más para avanzar en la regularización de estas y, en definitiva, de la mejora de los programas bilingües.
Referencias
Pavón, V. (2014). Enhancing the quality of CLIL: making the best of the collaboration between language teachers and content teachers. Encuentro, 23, 115-127.