El uso de la traducción en niveles avanzados de educación bilingüe
Autora: Sara Rodríguez Estebaranz
15 dic 2022 - 12:28 CET
Como ya se ha podido observar en las publicaciones anteriores, el tema del bilingüismo y la educación bilingüe está de moda en el mundo de la educación, tanto para los propios centros como para los profesores y profesoras que, o bien se ven obligados a refrescar su conocimiento del inglés o bien a aprender nuevos términos que puedan ser utilizados en el ámbito académico.
De hecho, todos los problemas empiezan con un punto en común: la dificultad de implementar un sistema de enseñanza del inglés que sea fructífero para todos los estudiantes. A pesar de muchos avances realizados en esta dirección en la investigación en educación bilingüe, todavía no existe un método único que produzca los efectos deseados por todos, esto es, que todas y todos los alumnos puedan desenvolverse de manera autónoma tanto en español como en inglés.
Un desafío en la enseñanza del inglés en España en los últimos años ha sido la implementación de metodologías como AICLE (Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras). Muchos profesores, sin una competencia avanzada de inglés, han visto grandes problemas en tener que impartir su conocimiento experto en materias como biología o educación física en una lengua extranjera. De esta forma, muchos profesores se quejan de que, prácticamente de la noche a la mañana, tuvieron que cambiar su metodología para adaptar sus clases, con todo su contenido al igual que los exámenes, ejercicios y pruebas, a un programa bilingüe.
Y es que, como decía aquel famoso anuncio que se hizo ‘viral’, muchos creen que “el inglés se enseña mal”. Pero la verdad es que este tipo de creencias se basa también en ciertos mitos comunes de la enseñanza de idiomas. Por ejemplo, sin ir más lejos, ¿en qué consiste la educación bilingüe? Muchas personas pensarán que simplemente se trata de enseñar a los alumnos algunas materias, en principio poco o nada relacionadas con el inglés, en otra lengua distinta a la que ya dominan los alumnos, en el caso de España, enseñar geografía en inglés.
Otro de los mitos de la enseñanza bilingüe tiene que ver con el campo de la traducción; algo entendible, pues el método de traducción ha sido predominante en la enseñanza de idiomas durante prácticamente todo el primer y segundo milenio después de Cristo. A día de hoy la traducción parece denostada en la educación bilingüe, y se opta más por usar métodos comunicativos en la enseñanza del inglés, pero la traducción puede ser útil también.
Para que la traducción pueda ser utilizada como herramienta en una clase, es importante destacar que los estudiantes deberán dominar el segundo idioma (L2), en este caso, el inglés al igual que su lengua nativa (L1), en este caso, el español. De hecho, como ya apuntaba Titford (1985), la traducción sólo debería usarse en niveles avanzados, ya que sin el suficiente conocimiento de la segunda lengua (L2), esta no podría llevarse a cabo con normalidad y sin mayores problemas para los estudiantes. Algo que también destaca Titford (1985:78) es que los estudiantes de una segunda lengua utilizan ‘de manera silenciosa’ la traducción a su lengua materna para facilitar el proceso de adquisición de la L2. De todos modos, siempre hay que tener en cuenta el fin último de las clases que se imparten a los alumnos, este puede ser específico (para cualquier utilidad específica como la economía, el comercio o el turismo entre otros) o general (saber inglés para manejarse mejor en todos los aspectos de la vida).
Tras esta breve explicación, cabe destacar que la traducción puede ser algo beneficioso a la hora de enseñar / aprender un idioma diferente al nativo, siempre y cuando se haga con la suficiente cautela y se sigan un número de directrices que deben ser establecidas antes del comienzo del curso. Pero, por el contrario, si no se hace o se implanta de manera correcta, puede tener el efecto contrario al deseado, los alumnos pueden tener una dependencia de su primera lengua (L1) y no conseguir progresar todo lo rápido que se quisiera en la segunda (L2), sobre todo a la hora de aprender algunos términos que puedan no tener una traducción literal (también llamados false friends), como sympathetic, que en español sería ‘compasivo o solidario’, mientras que ‘simpático’ sería nice en inglés, y así una larga lista de términos que poco tienen que ver sus equivalentes en inglés – español.
Referencias:
Titford, C. and Hieke, A.E. (eds.). (1985). Translation in Foreign Language Teaching and Testing. Tübingen: Narr.